Nada más llegar a Belo Horizonte, el visitante ya se verá gratamente implicado en el movimiento de una ciudad con más de dos millones de habitantes. Con un clima agradable durante todo año es mundialmente conocida por su agitada vida nocturna y su hospitalidad.

Vista aérea de Belo Horizonte con el estadio de fútbol al frente.

Vista aérea de Belo Horizonte con el estadio de fútbol al frente.

Pampulha, delicada sofisticación

Varios son los atractivos de Beagá (llamada así cariñosamente por sus habitantes), entre los que destaca la enorme Laguna de la Pampulha, donde aparte del inmenso conjunto arquitectónico diseñado por Oscar Niemeyer, hay un interesante Jardín Zoológico. Al lado de la Sierra del Curral, el visitante se topará con la Plaza del Papa, uno de los puntos más buscados por la vista que se tiene de la ciudad.

Construida en la época de la fundación de la ciudad, la Plaza de la Libertad abrigó la sede del poder de Minas Gerais. Caminar por los jardines, inspirados en el Palacio de Versalles, es un saludable hábito de los mineiros. El Circuito Cultural de la Plaza de la Libertad cuenta con edificio antiguos de la administración pública que se convirtieron en espacios culturales y de entretenimiento, entre ellos el Centro Cultural Banco do Brasil que forma parte de este grupo desde 2013 y cuenta con una intensa programación cultural.

Belleza del Lago Pampulha.

Belleza del Lago Pampulha.

El Mercado Central, maravillosamente seductor

Algo que dejará huella en el turista es el Mercado Central, donde en más de 400 puestos se vende de todo, desde comidas exóticas, productos típicos o la artesanía
Belo Horizonte es siempre una seductora maravilla para el visitante.

Inaugurado en 1929 se considera uno de los mejores mercados del mundo, siendo uno de los puntos comerciales más visitados de la capital. Recibe todos los días a diversos visitantes de todas las partes de Brasil y del exterior en búsqueda de compras y diversión. Sus más de 400 tiendas venden una enorme variedad de productos, entre los que destacamos los dulces típicos, artesanías regionales, artículos religiosos y condimentos.

Belo Horizontes nos recordará a veces a La Habana o a Rio de Janeiro.

Belo Horizontes nos recordará a veces a La Habana o a Rio de Janeiro.

Salpicado por innumerables bares y restaurantes que dan aun más vida al lugar, es una tradición almorzar los sábados por la mañana una feijoada que, según los mineiros, es la mejor de Brasil. El Mercado Central ofrece visitas guiadas por guías bilingües de lunes a sábado, de las 9h a las 17h, y los domingos y días feriados, de las 9h a las 13h.

Cerca de Bello Horizonte

Diamantina, patrimonio de hace tres siglos

Diamantina, desde lo alto de sus 300 años, cuenta con un patrimonio arquitectónico, cultural y natural muy rico y bien conservado. Su origen, en la 1ª mitad del siglo XVIII, está relacionado con la explotación de oro y diamante. El nombre Diamantina es una referencia a la enorme cantidad de diamantes extraídos en la región. En 1999, Diamantina recibió de la Unesco el título dePatrimonio Cultural de la Humanidad.

Una de las construcciones más pintorescas de la ciudad es el Passadiço da Casa da Glória, en el centro histórico. La construcción une, por medio de un corredor de madera, dos caserones históricos donde funcionaba un estricto colegio para niñas. El pasadizo servía para que ellas se movieran por la institución sin tener contacto con las personas de la ciudad.

Paseos imperdibles por los alrededores de Diamantina incluyen las aldeas de Milho Verde (en el Camino Real) y el Parque Estadual do Biribiri, con pinturas rupestres y lindas cascadas. La Catedral Metropolitana de Santo Antônio da Sé, famosa por sus altares laterales que remiten al barroco, es otra atracción de Diamantina.

El Instituto Inhotim, cerca de Belo Horizonte, tuvo 2 millones de visitantes el año pasado.

El Instituto Inhotim, cerca de Belo Horizonte, tuvo 2 millones de visitantes el año pasado.

Instituto Inhotim, cuna del arte contemporáneo

Organizado en las 110 hectáreas de visita en más de 20 galerías, cercadas por inmensos jardines y senderos, está en la ciudad de Brumadinho. Muchas galerías tienen obras interactivas, que permiten el contacto con lo que está expuesto, lo que torna la experiencia en algo todavía más singular. Inhotim también cuenta con una colección de 4.200 plantas raras y de diversos continentes. Entre los artistas que exponen allí se encuentran creadores de todo el mundo, como Cildo Meireles, Adriana Varejão, Doug Aitken, Chris Burden o Cristina Iglesias.