Carlo D’Anna y Adele Crispino, dueños de una mítica 'trattoria', junto a Sergio Paolini, chef de Mamma Pazzo. EE
Adele y Carlo, los italianos dueños de una mítica 'trattoria' en Valencia: "Abrimos en 1987 y fuimos los pioneros"
Mamma Pazzo rindió homenaje a su carrera con un Menú Degustación exclusivo de seis platos que reinterpretaron su legado y espíritu culinario.
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El único, el irrepetible, el inconmensurable Carlo D’Anna, junto a una de las mejores cocineras italianas que recuerda la ciudad de Valencia, Adele Crispino, está de vuelta… al menos por una noche.
Mamma Pazzo celebró el pasado jueves la segunda edición de su Aperitivo Gastronómico, un formato creado hace un año que regresó con un propósito muy especial: rendir homenaje a la Trattoria Da Carlo, uno de los restaurantes más emblemáticos que ha tenido Valencia.
Pese a su cierre en junio de 2022, su pizza de los lunes, su recetario del sur de Italia y su calidez en el trato perduran en la memoria colectiva de toda una capital.
Con este espíritu, Mamma Pazzo propuso recuperar, desde el respeto absoluto al legado de la trattoria, una parte de aquella esencia. Para ello, planteó un homenaje que evocó los viejos tiempos.
"Es un tributo a su carrera, coincidiendo con el reciente reconocimiento de otras publicaciones, como la guía de los 55 de Santos Ruiz. Queremos traer de vuelta los recuerdos de la Trattoria Da Carlo y la cocina de Adele", explica el chef de Mamma Pazzo, Sergio Paolini.
Aperitivo de Carlo D'Anna y Adele Crispino, en Mamma Pazzo. EE
Paolini resume el propósito en permitir que Valencia vuelva a reencontrarse con platos icónicos, que hicieron conocer mejor y en profundidad la verdadera cocina italiana.
El aperitivo gastronómico consistió en un Menú Degustación exclusivo de seis platos, creado en colaboración entre Sergio Paolini, Carlo D’Anna y Adele Crispino, reinterpretando su legado y espíritu culinario.
Los platos permanecieron en secreto hasta el inicio del evento, donde se presentaron uno a uno a los asistentes ofreciendo una experiencia única, con respeto, memoria y admiración.
¿El motivo? En la trattoria, Carlo nunca tuvo carta: la carta era él.
Un legado: una noche
La historia de Trattoria Da Carlo comienza mucho antes de convertirse en mito. Fue en 1987 cuando Carlo d’Anna llegó a Valencia, se instaló en Port Saplaya y se puso al frente de un primer restaurante, que entonces era la Pizzería Blitz.
Con los años, el estilo de cocina evolucionó hasta convertirse en la trattoria que marcaría a generaciones, dejando las pizzas únicamente para los lunes, cuando los aficionados, amantes y peregrinos del local acudían en masa a probarlas.
Aperitivo de Carlo D'Anna y Adele Crispino, en Mamma Pazzo. EE
Pero a decir verdad, Carlo y Adele fueron pioneros en Valencia al defender la pasta al dente cuando aquello aún era una rareza, y al introducir la pasta fresca en una ciudad que solo conocía los espaguetis y macarrones.
"En la trattoria, cocinábamos con amor, pasión y producto", recuerda Carlo, que revive sus casi 30 años de trayectoria: "Fuimos el único restaurante italiano de Valencia que aparecía en todas las guías gastronómicas del país".
"Es un orgullo volver a presentar los platos históricos de la trattoria napoletana Da Carlo en Mamma Pazzo. Son recetas que nos hicieron conocidos en toda España, y estoy muy agradecido a Mamma Pazzo por la oportunidad. Es uno de los mejores restaurantes de Valencia, con Jorge Herrero y el gran chef Sergio Paolini al frente, concluye Carlo, que así elogia al equipo de Conde Salvatierra.
Mucho más que un restaurante italiano, Da Carlo era casi un museo: las paredes colgaban de fotografías con futbolistas, empresarios, políticos y artistas, todos posando junto a Carlo y su inconfundible pulgar levantado.
Y si Carlo era el alma visible de la sala, Adele Crispino era la fuerza indiscutible de la cocina; la dueña real de los fogones, la que daba identidad a cada receta.
Aperitivo de Carlo D'Anna y Adele Crispino, en Mamma Pazzo. EE
En la trattoria nacieron anécdotas legendarias: no permitió a Michael Jordan poner ketchup en la pasta y hasta atendió cuentas de hasta 19.000 euros.
Todo formaba parte de una magia, que ya no existe de la misma manera… pero que mereció ser celebrada, en una trattoria tan extravagante como Mamma Pazzo.
Un tributo íntimo, gastronómico y emocional para quienes vivieron la trattoria y para quienes desean recordar, aunque sea por una noche, aquella forma de entender la cocina y la hospitalidad.
Como diría Carlo, no comment!