Imagen del barranco de L'Horteta tras la riada. EE

Imagen del barranco de L'Horteta tras la riada. EE

Valencia

Un estudio de la dana constata que dos barrancos sin medidor fueron los primeros en desbordarse y los más violentos

Los dos "hermanos menores" de la rambla del Poyo, Horteta y Gallego, tuvieron un papel clave en la riada del 29 de octubre, según apuntan los expertos.

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Valencia
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"Lo que seguro no ocurrió es que la responsabilidad principal fuera de las cabeceras de Poyo", afirman los especialistas de la Universitat de Valencia, Avamet y Aemet en relación a la tragedia acontecida en Valencia el 29 de octubre a causa de la dana.

Así lo aseguran en el 'Estudio cronológico de los volúmenes de precipitación en las subcuencas de la rambla de Poyo en el episodio del 29 de octubre de 2024', el cual se ha remitido a la magistrada que instruye la causa de la dana después de que esta los solicitara.

En el informe al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, los expertos señalan el papel relevante que tuvieron tanto el barranco de Horteta como el de Gallego en las inundaciones que dejaron 228 fallecidos en la provincia de Valencia.

El estudio publicado en 'Investigaciones Geográficas', de la Universidad de Alicante, sostiene que "la hipótesis más probable es que la escorrentía que llegó primero a l'Horta Sud fue la generada en la subcuenca del barranco de l'Horteta".

Principalmente, remarca el papel desempeñado por los barrancos de Horteta y Gallego, los dos "hermanos menores" del de Poyo.

Sin embargo, al contrario que la rambla del Poyo, ninguno de los dos cauces contaba con sistemas de medición que avisaran en caso de rebasar los caudales máximos que pudieran provocar riadas.

Cabe recordar que el único punto de medición del barranco del Poyo, el cual quedó inutilizable durante la dana del pasado 29 de octubre, se encuentra a la altura de Riba-Roja.

Esta situación implica que el volumen de agua que discurría por las cuencas fuera incontrolable por el sistema de medición instalado por la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), ya que procedía de otros barrancos.

Una tesis que respaldaría en cierto modo las versiones de los investigados en la causa judicial que afirmaron que, dado que el medidor de la CHJ se encontraba en Riba-Roja, esos datos no fueron suficientes, ya que los aportes procedían de Horteta y Gallego para conocer la magnitud de lo que ocurría en toda la cuenca del Poyo.

Hipótesis "más probable"

Por tanto, en cuanto a los expertos, de acuerdo con la hipótesis "más probable", sostienen que "la escorrentía que llegó primero a l'Horta Sud fue la generada en la subcuenca del barranco de l'Horteta con la aportación de Gallego y de la parte baja de la cuenca de Poyo.

La llegada de la escorrentía de Poyo tuvo una "dificultad añadida", pues parte de ella saltó a la cabecera del barranco de la Saleta ayudada por un "efecto de barrera hidráulica" como consecuencia del aumento de caudal en el Gallego.

Según apuntan, o se juntaron los picos de Horteta, Gallego y parte baja de Poyo (la que rompió el aforo con 2.283 m3/s), y entonces la riada pudo triplicar o más esta cantidad, o llegaron primero las aguas de Horteta y seguidamente lo hicieron las de Gallego y Poyo.

"Lo que seguro no ocurrió en la riada catastrófica de la tarde del 29 de octubre de 2024 en el abanico aluvial de la rambla en l'Horta Sud es que la responsabilidad principal fuera de las cabeceras de Poyo, que tuvieron unos aportes más tardíos y más alejados del punto apical de este abanico", concluyen en el informe.

Registros pluviométricos

El informe elaborado por los expertos Alejandro J. Pérez Cueva y Ghaleb Fansa Saleh, de la UV ; Rafael Armengot Serrano y Adrián Revert Ferrero (Avamet); y José Ángel Núñez Mora, de Aemet, también recoge los diferentes registros pluviométricos que se sucedieron durante esa jornada.

Concretamente pone el foco en las precipitaciones posteriores a las 15:00 horas, cuando "ya se superan intensidades de 60 mm en observatorios de la cabecera del barranco de l'Horteta y de 120 mm en la hora siguiente".

Una fase de lluvias que "alcanza la máxima intensidad entre las 18:00 y las 19:00 horas, y se sigue focalizando en la cabecera de este barranco".

"De 17:00 a 19:00 horas las intensidades llegan a superar más de 100 mm/h en todas las subcuencas de Poyo, excepto en la cuenca del barranco Grande, y apenas se desplazan espacialmente", reza el estudio.

Los investigadores afirman que es a partir de las cinco de la tarde, y hasta las ocho, cuando se producen "los máximos aportes pluviométricos".

En estas tres horas la subcuenca de Horteta recibe 20,7 hm3. La siguiente subcuenca en importancia es la de Gallego, con 18,3 hm3, seguida de la de Poyo medio, con 14,4 hm3.

Casi toda la escorrentía de esta última subcuenca es registrada en el aforo, y genera un caudal, hasta el momento de la rotura del punto de control del SAIH en el Poyo, de 2.283 m3 /s.

Este análisis de los registros pluviométricos en cuanto al ritmo temporal y espacial de las aportaciones es "clave" para entender cómo funcionó la riada, según subrayan.