Sarah Shaw, ciudadana de Nueva Zelanda y residente en Washington, fue detenida junto a su hijo de seis años al intentar reingresar a Estados Unidos desde Canadá. La mujer, que cuenta con un permiso de trabajo válido y un trámite de residencia permanente en curso, relató que la experiencia fue tan confusa y violenta que pensó que estaban siendo secuestrados. Las autoridades de inmigración atribuyen la detención a un problema con su permiso de viaje, pero su abogado asegura que se trató de un error administrativo.
Un arresto que parecía un secuestro
De acuerdo con The Guardian, el incidente ocurrió el 24 de julio, cuando Shaw y su hijo cruzaban la frontera hacia Estados Unidos, luego de haber acompañado a sus hijos mayores al aeropuerto de Vancouver que viajaban hacia Nueva Zelanda para unas vacaciones familiares.
Al intentar reingresar a territorio estadounidense, fueron interceptados por agentes de ICE, quienes los subieron a una camioneta blanca sin identificación y los trasladaron al centro de detención familiar de Dilley, Texas. “No sabíamos a dónde íbamos, no nos explicaron nada. Pensé que nos estaban secuestrando”, declaró la madre a medios neozelandeses.
ICE afirmó que el arresto se debió a que su permiso de viaje había vencido, aunque Shaw contaba con un permiso de trabajo renovado y su solicitud I-360, paso previo a la Green Card, estaba pendiente. Según Fox 13 Seattle, su abogado calificó la detención como “innecesaria y cruel”, alegando que todo pudo resolverse sin separar a una madre de su hijo y someterlos a un proceso de detención prolongado.
Tras el arresto, Shaw solicitó un permiso humanitario, pero los agentes le aseguraron que ya había sido tramitado y rechazado; al día siguiente se confirmó que no existía ninguna solicitud. Esa misma noche, según la campaña de GoFundMe para cubrir los costos de su liberación, ICE la amenazó con retirarle el teléfono si seguía contactando a su representante legal, advertencia que ejecutaron de inmediato al confiscarle el dispositivo.
Condiciones de detención y repercusiones legales
Radio New Zealand (RNZ) informó que, desde su llegada al centro de detención, Shaw y su hijo han vivido en condiciones muy similares a las de una prisión, compartiendo espacio con otras familias detenidas. La madre explicó que el ambiente es hostil, con salidas al aire libre limitadas y estrictos controles de movimiento. “Es como vivir encerrados sin haber cometido ningún delito”, señaló.
La cobertura de Snopes confirma que Shaw tenía un estatus migratorio válido al momento del arresto y que el incidente se originó por un fallo administrativo. La plataforma de verificación también apunta que, tras una revisión del caso, existía un 90% de probabilidad de que fuera liberada antes de finalizar la semana, según declaraciones de su padre en Nueva Zelanda.
El caso ha generado críticas hacia el sistema migratorio estadounidense, particularmente en el manejo de familias con trámites legales activos. Organizaciones de derechos humanos han señalado que detenciones como esta exponen fallos administrativos graves que pueden derivar en traumas para los afectados, sobre todo cuando involucran a menores de edad.
