Tatiana Cuschnir
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Florida se convirtió en el epicentro de las ejecuciones en 2025. En solo siete meses, el gobernador Ron DeSantis autorizó la muerte de nueve personas condenadas. Esta cifra supera la de cualquier otro estado este año, y marca un récord histórico para Florida desde que se reinstauró la pena de muerte en 1976.

Estados Unidos acelera el ritmo de las ejecuciones

A nivel nacional, la cantidad de personas ejecutadas en lo que va de 2025 ya supera el total registrado en todo 2024. Además, hay al menos otras nueve ejecuciones programadas en siete estados antes de fin de año. Si se mantiene este ritmo, el país podría superar las 28 ejecuciones registradas en 2015, una de las cifras más altas de la última década.

Según información de ABC, después del pico de 98 ejecuciones en 1999, el uso de la pena de muerte fue disminuyendo debido a múltiples factores: disputas legales, falta de drogas para inyecciones letales y rechazo social. Sin embargo, el contexto político actual parece haber reactivado esta práctica.

El presidente Donald Trump insistió públicamente en aplicar la pena de muerte con más frecuencia y algunos congresos estatales, bajo control republicano, impulsaron leyes para ampliar tanto los delitos que pueden castigarse con la muerte como los métodos utilizados.

Ron DeSantis habló sobre las ejecuciones en Florida: “Es mi obligación”

Según el Departamento Correccional de Florida, actualmente hay 266 personas en el corredor de la muerte. Entre ellas, dos hombres de más de 80 años que llevan más de cuatro décadas esperando la ejecución.

Ron DeSantis dejó claro que no tiene intención de frenar este proceso. “Hay crímenes tan horrendos que la única pena adecuada es la muerte”, declaró en mayo. “Cada vez que autorizo una ejecución, estoy convencido de que el veredicto fue correcto y que el castigo es absolutamente apropiado.”

John Blume, director del Cornell Death Penalty Project, explicó que el aumento en las ejecuciones parece estar motivado más por decisiones políticas que por un cambio en la opinión pública o en la cantidad de condenas.

“Lo más cínico sería decir que como le importa al presidente, también le importa a los gobernadores”, opinó.