Los Reyes Magos en Vigo

Los Reyes Magos en Vigo

Vigo Secreto

Vigo Secreto: El día que los Reyes Magos casi se hunden en la ría

La Cabalgata de 1987 en la ciudad olívica es, sin duda, una de las peores de la historia, con un accidentado viaje en globo y la comitiva real, encabezada por Manuel Manquiña y ‘Morris’, a punto de vivir una tragedia

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La cabalgata de los Reyes Magos es uno de esos momentos marcados en el calendario navideño de todas las familias, especialmente de los más pequeños. La posibilidad de ver a sus Mágicas Majestades en vivo y en directo, con sus lujosas carrozas, acompañadas por un amplio séquito en un desfile que paraliza toda la ciudad es un recuerdo imborrable.

Imborrable recuerdo también lo fue para muchos niños y niñas vigueses la que se celebró en enero de 1987. El gobierno local, comandado por Manuel Soto, preparó una recepción a la altura de los personajes: los tres Reyes Magos entrarían en Vigo por la ría en un globo, para descender hasta el Náutico; allí, se darían un baño de multitudes en el frente marítimo de la ciudad.

Parafraseando a Pantomima Full, en la cabeza del alcalde de la época era espectacular. Pero todo lo que podía salir mal, ocurrió, y la grandilocuencia y pomposidad del evento terminó por convertirse en la peor cabalgata de la historia de Vigo y en la peor pesadilla para los más pequeños: ver cómo los Reyes Magos se ahogaban delante de sus ojos.

Manquiña y Morris, protagonistas

Los protagonistas de la historia, elegidos para representar las imágenes regias, fueron Manuel Manquiña, en el papel de Melchor, Xosé Lois como Gaspar y Antonio Durán Morris como Baltasar, en lo que hoy se conoce como un blackface. Los pajes también tenían "parecidos" famosos: Alberto Comesaña, cantante de Amistades Peligrosas, el actor Alfonso Agra y el portero del Celta de la época, Javier Maté.

Las cosas comenzaron torcidas desde el principio, con una visita a los niños ingresados en los hospitales de la ciudad para repartirles unos caramelos que, según el propio Morris aseguraba en Vigópolis, eran "piedras".
Además, aquel 5 de enero fue "terrorífico" climatológicamente hablando, con mucho viento. A pesar de las advertencias de Alfonso Lubián, experto en el pilotaje de globos aerostáticos, que avisó de que en esas condiciones el globo se desviaría hacia el monte de A Guía, el plan siguió su curso.
Al iniciar el viaje con el globo cargado con los Reyes y su comitiva, tuvieron que controlar la trayectoria con un gran cable que lo sujetaba a un remolcador que lo guiase hacia el Náutico, el "Remolcanosa 5". El punto de partida era Bouzas, y los niños se asomaban al Paseo de Alfonso y al Náutico para presenciar el que, en principio, sería un maravilloso y mágico viaje por el cielo vigués.
Pero, como había avisado el experto, la fuerza del viento hizo que la cesta que portaba a los Reyes Magos fuese descendiendo hacia el mar, y hasta en tres ocasiones el globo se precipitó sobre el agua. Como narra el propio Manquiña, "la primera inmersión fue a la altura del tobillo"; con la segunda, el agua les llegaba a la cintura. A la tercera, a la altura del pecho. Todo, entre los gritos del pasaje.

Con la lona rozando el agua y el piloto manteniendo estable el globo, todos fueron saltando al "Remolcanosa 5" para llegar a puerto; eso sí, todos empapados, los reyes en calzoncillos y con una hora de retraso según lo señalado.

Finalmente, los Reyes llegaron a tierra; vivos, pero sin barbas, sin coronas, sin capas y seguramente lamentándose de que todavía no estuviesen inventadas las cabalgatas estáticas.

"¡Los reyes han muerto!"

El surrealista momento lo recuperó 30 años después el periodista Eduardo Rolland en las páginas de La Voz de Galicia, y aseguraba que tanto los niños, que gritaban "¡Los reyes han muerto!", como los padres asistían atónitos al momento desde el paseo de As Avenidas, "porque la realidad es que Sus Majestades de Oriente estuvieron a punto de morir".

También un año después, La Vida Moderna de la Cadena SER le dio lustre y viralidad a la historia en voz de Quequé, además de contar con Manquiña vía telefónica para dar veracidad a los hechos.

Más tarde, en 2021, el tema lo recuperó La Ventana, también de la SER, en una entrevista a un piloto segoviano de globos, Cristian Biosca, que defendía el papel del experto vigués, del que reconocía que se había llevado "un disgusto" porque, en lugar de hacerle caso, "decidieron tirar con el remolcador". Así, "la política" se antepuso a la razón.