Vigo Secreto: es una de las calles más antiguas de la ciudad y el motivo de su nombre no es el que piensas

Vigo Secreto: es una de las calles más antiguas de la ciudad y el motivo de su nombre no es el que piensas Google Maps

Vigo Secreto

Vigo Secreto: es una de las calles más antiguas de la ciudad y el motivo de su nombre no es el que piensas

Las primeras referencias a ella se pueden encontrar en escritos del siglo XVI, concretamente en el año 1543, aunque siempre se ha asociado su nombre con la práctica de la prostitución, que abundó en la zona del Casco Vello Alto durante muchos años

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En el callejero de Vigo se pueden encontrar múltiples nombres que, a priori, pueden darnos a entender cosas sobre esos lugares, como si la denominación oficial bebiese de las antiguas costumbres que allí se llevaban a cabo. Ocurre en aquellas que tienen nombre del oficio al que se dedicaba.

Pasa con Cesteiros o con Ferrería; en ambos casos, eran los lugares donde se concentraban los gremios de los cesteros y los herreros, respectivamente. En la segunda calle, con el tiempo, ese oficio fue sustituido por el que llaman "el oficio más antiguo del mundo", la prostitución.

Son varias las calles de la zona del Casco Vello Alto las que fueron conocidas y reconocidas como lugares donde se ejercía la prostitución, con presencia tanto en la calle como en lúgubres locales que hoy ya están cerrados.

De hecho, la transformación de la zona, con la inestimable labor del Consorcio Casco Vello de Vigo, ha devuelto a la vida muchas de estas vías, hoy convertidas en zonas de paseo, negocios o tránsito sin más peligro que el que se puede encontrar en cualquier otro lugar de la ciudad.

Una de esas calles relacionadas con la prostitución durante décadas fue la rúa do Pracer, que parte desde su conexión con Paseo de Granada y asciende hasta el cruce con Ronda de Don Bosco, transitando en paralelo por la calle Granada y el edificio del Concello, en la Praza do Rei.

Referencias del siglo XVI

Según cuenta el libro Odonimia de la provincia de Pontevedra, de Daniel Antomil Pérez, las primeras referencias a ella se pueden encontrar en escritos del siglo XVI, concretamente en el año 1543. Concretamente, comparte nombre con una de las puertas de la antigua muralla de Vigo; eran seis: A Gamboa, Falperra, Sol, Laxe, O Berbés y la mencionada Placer. Extramuros quedaban el Berbés, Falperra, Salgueiral y Areal

La calle que hoy conocemos era de mayor extensión y tenía dos zonas, Placer Alto y Placer Bajo; en su origen, comenzaba en la Plaza de la Constitución y se extendía hasta el actual Concello. En 1894, la parte baja de la calle pasó a llamarse Abeleira Menéndez. En sentido ascendente, llegaba hasta la zona de A Areosa, donde hoy se encuentra la Plaza Elíptica, y contaba con un tramo llamado Rúa do Pracer de Afora.

Vista del castillo del monte de O Castro, en Vigo, en torno a 1920.

Vista del castillo del monte de O Castro, en Vigo, en torno a 1920. Archivo de la Diputación (Atopo)

A pesar de que el rastro etimológico arranca antes de su relación con la prostitución, hay pocos vigueses que no hayan asociado el contenido sexual que ofrecían sus aceras y locales con el nombre de la calle, pero nada más lejos de la realidad.

Es cierto que el génesis es algo difuso y existen diferentes teorías sobre el origen del "placer" que ofrecía y del que recibió su denominación.

Posible origen

Por ejemplo, en 1840, Taboada Leal se refería ella como un "lugar agradable", plagado de árboles, una fuente y buenas vistas, ya que se podía divisar tanto la cima del monte de O Castro como la ría. Para muchos, ahí está la razón y el origen, por el placer que daba transitar por ella.

En la imagen superior, se puede apreciar la zona arbolada, que correspondería a Placer antes de ser urbanizada.

Esta es, también, la razón que esgrimía el autor de Odonimia de la provincia de Pontevedra hasta hace escasos meses. En el blog en el que Daniel Antomil recoge parte de sus trabajos, Vigo360, él mismo se retracta de esta primera versión.

Según Antomil, "este tipo de topónimos hacen referencia al poso de arena que deja una corriente de agua a su paso", y expone como ejemplo Praceres, en la parroquia pontevedresa de Lourizán, "donde hay dos pequeños regatos". Una tesis que, añade, defiende Juan Miguel González-Alemparte Fernández, en el libro Os Nomes das Rúas de Vigo (1640-1945).

Sea cual fuere la razón de que se llame así, parece claro que está ciertamente alejada de la que muchos le han dado por el resultado de la actividad que se ejerció durante años en ella.