Uno de los restaurantes más míticos del Casco Vello de Vigo

Uno de los restaurantes más míticos del Casco Vello de Vigo Treintayseis

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El mítico restaurante de Vigo cuyas carnes han conquistado el paladar de los vigueses durante medio siglo

Su logo es una de las caras más reconocibles del Casco Vello de Vigo, que vive uno de sus mejores momentos

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La historia del Casco Vello tiene dos caras, épocas de luz y efervescencia cultural, y otros tiempos donde el abandono y las drogas dominaron sus calles. Pocos negocios han sido capaces de mantener su esencia a lo largo de estos años, tan sólo unos elegidos han sobrevivido incluso períodos más oscuros.

Uno de ellos es el mítico Fai Bistés. Situado en el número 7 de la calle Real, ha conquistado los paladares desde hace más de medio siglo gracias a una de las mejores carnes a la brasa del Casco Vello de Vigo.

"Fai Bistés es un local de toda la vida", describe su actual dueño, Néstor Raúl, que lleva cerca de una década al mando de este mítico establecimiento, situado en una de las calles más emblemáticas para la gastronomía viguesa. Allí, también se encuentran O Porco y O Ovo.

Cuando se fundó, Fai Bistés también destacaba por los productos del mar que ofrecía. Mariscos y pescados protagonizaban una carta en la que la carne fue ganando cada vez más peso. Así, las carnes a la brasa se han convertido en el emblema del restaurante.

Entrada de Fai Bistés

Entrada de Fai Bistés Treintayseis

"Nosotros seguimos con la misma línea de toda la vida del local", afirma Néstor, sentado en una de las mesas del local de su amplio comedor, situado bajo el piso donde vive la hija de la dueña original. Con una decoración alegre y desenfadada, el local mantiene su esencia como taberna marinera.

Néstor era antes propietario de un hotel, hasta que un conocido suyo, Alfredo, el anterior dueño de Fai Bistés, les ofreció a su mujer, Verónica, y a él el mítico restaurante de Vigo.

Un local con identidad

El recibimiento de los vecinos a la nueva gerencia de Fai Bistés fue genial, pese a que a algunos clientes de toda la vida les hubiera gustado que el local se mantuviera intacto. Y es que Néstor llevó a cabo una serie de cambios para impregnar también su identidad al local.

Así es como invirtieron para ampliar una terraza y un nuevo comedor, en un taller colindante. Ahora, dan de comer a más personas, sobre todo en verano, cuando las calles del centro se llenan a la noche cuando los vigueses y las viguesas vuelven de las playas.

La personalidad de los nuevos dueños también se traslada a la cocina, donde un parrillero argentino y otro uruguayo trabajaban como nadie las carnes a la brasa. "Pero no dejamos de tener los entrantes y los pescados", aclara Néstor.

La carne, en el centro de la carta

El churrasco de cerdo es de los platos más demandados en Fai Bistés "el rey", como describe Néstor—. El bacalao, la merluza y el pez espada también encuentran su público, especialmente entre los turistas que se acercan a la Rúa Real, ya que están más interesados en los productos del mar que se crían en la Ría de Vigo.

"Nosotros no mezclamos pescado con carne", explica Néstor, que incide en que cada pescado se cocina con un estilo propio: a la plancha o a la gallega, por ejemplo. También desvela que están a punto de lanzar un plato de pulpo, pero no la tradicional receta á feira.

Interior de Fai Bistés, restaurante del Casco Vello de Vigo

Interior de Fai Bistés, restaurante del Casco Vello de Vigo Treintayseis

Como recuerda el hostelero de Vigo, "para eso hay otros locales". De hecho, cuando se acercan turistas interesados en comer marisco y pulpo, el equipo de Néstor trata de recomendarles los lugares ideales para probar estos platos tan demandados por los cruceristas.

Por otro lado, Néstor comenta que, mientras que en invierno viven de las comidas de grupo y de los menús del día, en verano el picoteo "de croquetas, calamares, langostinos y zamburiñas" se convierte en su principal fuente de ingresos gracias a la terraza.

Las críticas por Internet

Fai Bistés tiene capacidad para 150 personas. Néstor admite que añadir nuevos platos, como el caso del pulpo, puede llegar a "romper la cadena de trabajo" que les ha llevado a situarse como uno de los establecimientos de referencia del centro olívico.

Por eso, Néstor agradece la confianza que los vecinos les han otorgado durante más de medio siglo para ser el lugar donde crear momentos que recordar para toda la vida. "Somos mucho de preguntar en el momento qué tal están", añade para demostrar su trato casi familiar con sus clientes.

"Aceptamos las críticas de igual a igual. Yo no soy de redes sociales", se queja Néstor, que a pesar de tener muy buenas valoraciones en Google Maps, le molesta que haya personas que dejen malas reseñas por algún problema que se resolvió en el propio restaurante.