Con una identidad profundamente ligada al mar y a la tradición familiar, Vigo esconde rincones donde la cocina aún se elabora con la calma y el cariño de antes. Uno de ellos es O Croque, un restaurante que ha sabido evolucionar sin perder su esencia: recetas que atraviesan generaciones y una materia prima que habla de raíces.
Originalmente concebido como un restaurante de alta cocina para el restaurante del Museo do Mar de Galicia, el negocio necesitó reinventarse para adaptarse a los nuevos tiempos y al cambio de localización. Así, durante cuatro años, cambió de rumbo y se trasladó a la Plaza de la Princesa, donde adoptó un concepto más informal bajo el nombre de El Croquetas. Pero la inestabilidad del centro y el distanciamiento con los valores familiares los llevaron a buscar algo más auténtico: un local propio, donde todo encajara.
Tras años persiguiendo el número 4 de la Rúa do Pazo, en el barrio marinero de Bouzas, en 2018 por fin lo consiguieron. Con el regreso a un entorno más íntimo y cercano, el restaurante recuperó su alma: tapeo informal junto al paseo, terrazas soleadas, barras altas y ese "cariño" que solo se imprime en un lugar que se siente como casa.
Una carta con historia y sabor
La propuesta gastronómica gira en torno a la cocina tradicional de la abuela de Celia Cabrera, la propietaria, recuperando platos como la empanada de millo y, sobre todo, las croquetas, que han dado fama al local. El hijo de Celia, Pedro, explica que el maíz utilizado en la empanada se cultiva y muele artesanalmente gracias a su abuelo. Esta empanada, elaborada con una masa delicada a base de maíz y harina de trigo, requiere una técnica tan específica que solo un cocinero del equipo sabe prepararla.
Pero sin duda, el emblema de la casa son las croquetas: hasta 17 variedades diferentes, servidas en formato de bocado para invitar al comensal a probar varias. Desde sabores clásicos como choco, pulpo, cocido o cecina, hasta propuestas más originales como pistacho con rulo de cabra, chocolate, gazpacho o churrasco, algunas de ellas estacionales.
Entre todas, destaca una propuesta que ya se ha convertido en icónica: el "Trío de Neta", un homenaje a la abuela materna de Celia, que consiste en tres croquetas sorpresa (una de carne, una de pescado y una vegetal), seleccionadas al azar y que cambian cada semana. Una fórmula divertida y práctica para los indecisos, y una de las opciones más vendidas.
Además de sus platos estrella, O Croque ha sabido ampliar su carta con aciertos como un menú del día y platos con toques internacionales, como una celebrada parmigiana, que conviven con naturalidad junto a su propuesta más gallega.