El nuevo restaurante de Vigo que busca hacerse un hueco en el Casco Vello con su deliciosa tortilla

El Casco Vello de Vigo continúa creciendo semana a semana. Lo que era un área en decadencia, se ha convertido en un punto de atracción para autóctonos y foráneos. Por eso, cada vez más hosteleros buscan su espacio entre estas históricas y estrechas calles para montar su restaurante y formar parte de uno de los mejores ambientes que se pueden vivir en la ciudad.

La taberna de Vigo donde tradición y modernidad van de la mano a escasos metros de Porta do Sol

Este es el caso del restaurante de tapas Elaine, recién abierto en el número 8 de la calle Elduayen. Sus dueños, Elaine y David habían montado un local en la zona de San Roque, pero el Casco Vello les atraía. "Paseamos mucho por aquí y dijimos: esta es la nuestra", explica David, recordando cuando observaron que el céntrico local estaba disponible.

El antiguo local lo montó Elaine sola, que ya contaba con una dilatada experiencia como chef en varios locales del centro de la ciudad. "Él tenía su trabajo, pero como vimos que la cosa estaba creciendo mucho, necesitaba una persona que me pudiera apoyar", relata la cocinera, que admite que no había persona más indicada que su pareja y su don de gentes.

"No había trabajado en hostelería, pero el cara a cara con el cliente me gusta", añade a Treintayseis David, a 30 minutos de abrir al público su restaurante. Esta es unas claves de su gran éxito en la semana que llevan abiertos: el trato con el cliente.

"Si tu entras en un restaurante como este y te ponen una sonrisa, ya entras con ganas", afirma el camarero, que admite: "el tipo de clientela que está viniendo nos gusta mucho". El objetivo de la pareja es afianzarse entre el público de Vigo, más fiel: "La mayoría de los turistas, el que viene en crucero, tiene todo incluido y, aunque gasten, no es lo mismo que la gente de aquí".

Su especialidad: la tortilla de patatas

De hecho, la mayor diferencia entre el antiguo restaurante y el nuevo situado en pleno centro de Vigo es el tipo de cliente. En un barrio, las personas buscan siempre la tranquilidad, un lugar de descanso, mientras que en el Casco Vello el ambiente es lo que más llama la atención a los vigueses.

"A la gente nos gusta el ruido, el barullo", asegura David, que también indica que tuvieron que adaptar un poco la carta al nuevo público. "La carta es un poquito más extensa, la cocina es más grande y el cliente del centro demanda más variedad", añade Elaine.

Eso sí, el rey del nuevo restaurante de tapas sigue siendo el mismo: la tortilla de patatas, considerada una de las mejores de la ciudad. "Nuestra insignia es la tortilla", recalca la pareja, que presume de la calidad de su cocina. "La calidad y el trato al cliente son nuestros puntos fuertes", destacan.

Calamares, croquetas y otros clásicos de la gastronomía gallega y española es lo más demandado en la corta vida del local, que ha tenido una repercusión que no esperaban. Una de las causas es sin duda el ambiente y la reforma que efectuaron antes de la apertura: "De noche se ve muy bonito, muy acristalado y apetece estar", añade David.

Los nervios protagonizaron los días previos al estreno del restaurante el pasado viernes. Pronto se encontraron un local lleno y mucho trabajo. "Estamos muy contentos", asegura Elaine, que dice que ahora toca "mantenerse" y seguir "mejorando día a día".