
El rincón de Pontevedra al que van famosos como Amancio Ortega.
El rincón de Pontevedra al que van famosos como Amancio Ortega: una isla sin coches con uno de los hoteles más exclusivos
La isla gallega de lujo donde reina la calma, el marisco y la tradición termal, elegida por personalidades como Amancio Ortega.
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En el corazón de las Rías Baixas, frente a la villa marinera de O Grove, se encuentra la isla de A Toxa, un pequeño paraíso gallego que ha seducido durante décadas a aristócratas, empresarios y celebridades. Su acceso restringido, la ausencia de tráfico rodado y su discreto ambiente de lujo convierten este enclave en uno de los destinos más exclusivos del noroeste peninsular. No es casualidad que figuras como Amancio Ortega lo hayan elegido para disfrutar del mar y la tranquilidad lejos del ruido mediático.
Conectada por un puente centenario al continente, la isla de A Toxa (La Toja, en castellano) es conocida por su exclusividad. No se permite el tráfico libre de vehículos, lo que la convierte en un oasis de paz en medio del bullicio turístico del verano. Solo circulan coches de residentes o servicios esenciales, lo que refuerza su atmósfera de refugio privado.
Además, A Toxa no es solo una isla; es un símbolo de clase y tradición. Fue uno de los primeros destinos termales de lujo en España, famoso por sus aguas medicinales y su barro curativo. Esa herencia permanece viva, especialmente en su histórico Eurostars Gran Hotel La Toja, una joya de cinco estrellas que combina balneario, gastronomía y máxima privacidad
El Gran Hotel La Toja es mucho más que un alojamiento: es una institución. Desde su apertura en 1907, ha alojado a la realeza, políticos, escritores y magnates. Su ubicación frente al mar, rodeado de jardines y con vistas a la ría de Arousa, lo convierten en un lugar ideal para el descanso de alto nivel.
Entre sus pasillos, es frecuente cruzarse con empresarios de renombre que buscan desconexión sin renunciar al confort. Aunque siempre con discreción, se sabe que Amancio Ortega ha disfrutado en varias ocasiones de la calma de la isla, atraído por su privacidad y su ambiente sobrio, lejos de los focos.
Pese a su imagen exclusiva, A Toxa conserva una profunda conexión con la Galicia más auténtica. A pocos pasos del hotel se encuentra la Ermita de San Caralampio, también conocida como la Ermita de las Conchas, un templo cubierto de conchas de vieira que es uno de los lugares más fotografiados de la isla.
La isla también cuenta con un pequeño campo de golf, un casino, puerto deportivo y varios senderos desde los que se pueden contemplar las rías y el paisaje costero. Todo, sin aglomeraciones, sin tráfico, y con el murmullo constante del mar.
La isla de A Toxa no necesita promoción. Su prestigio se ha construido a base de historia, tranquilidad y boca a boca. Aquí no hay turismo de masas ni excesos. Es un lugar para disfrutar despacio, donde la discreción es la norma y el lujo no se mide en ostentación, sino en calma.
Si alguna vez te preguntas dónde descansan los grandes nombres de Galicia, o simplemente buscas un rincón donde desaparecer del mapa durante unos días, la isla de A Toxa te espera. Porque hay lugares donde el silencio es el verdadero privilegio… y este, sin duda, es uno de ellos.
Además, la Isla de A Toxa, además de ser un enclave de lujo y descanso en las Rías Baixas, es también un destino gastronómico privilegiado donde la tradición gallega se sirve en cada plato. Su cocina está profundamente ligada al mar, al producto fresco y al sabor auténtico, sin necesidad de artificios.
En A Toxa y su entorno, el marisco es el rey. Aquí se degustan algunas de las mejores almejas finas, berberechos, navajas, percebes y vieiras de toda Galicia, muchas veces recogidos a mano por mariscadoras locales en la ría de Arousa. Las ostras y zamburiñas a la plancha son otras delicias frecuentes, cocinadas con un toque de ajo y perejil, o al natural, para no robarle protagonismo al producto.
Los pescados blancos como la merluza de pincho, el lenguado, la lubina o el rodaballo se preparan a la gallega (cocidos con patatas, cebolla y pimentón) o a la plancha, y muchas veces llegan a la mesa el mismo día que fueron capturados. No faltan los arroces marineros, los guisos de raya o incluso el rape con fideos, un plato humilde que aquí se eleva gracias al sabor del caldo.
Además de los productos del mar, en A Toxa es habitual encontrar preparaciones clásicas como el pulpo á feira (con aceite de oliva, sal gruesa y pimentón sobre cachelos), el caldo gallego con grelos, chorizo y patata, o la empanada gallega, elaborada con masa de pan rellena de zamburiñas, berberechos o xoubas (sardinillas).
El final perfecto llega con dulces como la tarta de Santiago, las filloas (crepes gallegas que pueden ser dulces o saladas), y los melindres. Todo ello, por supuesto, bien acompañado por un vino Albariño de la D.O. Rías Baixas, que con su frescura y acidez es el maridaje ideal para los platos del mar.
En definitiva, se trata de un lugar famoso por su tranquilidad, su balneario centenario y su ambiente elegante sin coches, ha sido durante décadas refugio de élites y celebridades como Amancio Ortega. Rodeada por aguas ricas en marisco y naturaleza exuberante, combina tradición termal, lujo discreto y una gastronomía marinera de primer nivel. Con su icónica ermita recubierta de conchas y su hotel de cinco estrellas, A Toxa representa el equilibrio perfecto entre descanso, belleza natural y cultura gallega.