
El pueblo de Pontevedra donde mejor se veranea y se come.
Ni agobios ni turistas masivos, el pueblo de Pontevedra donde mejor se veranea y se come: exquisito arroz con bogavante
Descubre el pueblo costero de Pontevedra donde se veranea sin agobios y se disfruta de uno de los mejores arroces con bogavante frente al mar gallego.
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Cuando llega el verano, muchos destinos de la costa gallega se llenan de visitantes en busca de playas, buen clima y gastronomía marinera. Sanxenxo o Baiona suelen llevarse los focos, pero a apenas unos kilómetros de esos núcleos más concurridos, existe un pueblo que sigue siendo auténtico, tranquilo y delicioso en todos los sentidos. Hablamos de O Hío, una parroquia del municipio de Cangas do Morrazo, en Pontevedra, donde el arroz con bogavante se saborea con vistas al Atlántico y veranear es un lujo sin multitudes.
O Hío es uno de esos lugares que aún conserva la esencia del verano gallego tradicional. Aquí no encontrarás playas colapsadas ni colas para sentarte en una terraza. A cambio, disfrutarás de playas pequeñas y recogidas, como Areamilla, Nerga o Barra, rodeadas de vegetación y con aguas cristalinas. Son arenales ideales para quienes buscan naturaleza, silencio y ese olor inconfundible a mar y pinar.
El ambiente es relajado, familiar y local. Muchos gallegos tienen aquí su segunda residencia, y los visitantes que llegan lo hacen guiados por el boca a boca, no por la masificación. Es el lugar perfecto para quienes quieren descansar de verdad, leer frente al mar, pasear al atardecer y disfrutar del tiempo sin prisas.
Si hay algo que hace especial a O Hío, y a buena parte de O Morrazo, es su gastronomía sencilla y contundente, basada en producto fresco. Y entre todos los platos, el más buscado por locales y turistas es el arroz con bogavante, preparado en su punto justo, con el sabor salino del mar y ese caldo espeso y perfumado que convierte cada cucharada en una experiencia.
El bogavante gallego, capturado en las propias rías, aporta una textura y sabor inconfundibles. El arroz se sirve habitualmente en cazuela de barro, acompañado de pan gallego y vino albariño. Comerlo frente al mar, escuchando el romper de las olas, es una de esas experiencias que justifican un viaje.
Y no solo hay arroz con bogavante. En O Hío puedes encontrar también zamburiñas a la plancha, pulpo a feira, empanadas de millo rellenas de xoubas, y pescados frescos como la lubina o el sargo, preparados a la brasa o al horno, siempre con sencillez y respeto por el producto.
Además del relax y la gastronomía, O Hío y su entorno ofrecen planes para todos los gustos. Por ejemplo, senderismo por la costa hasta el faro de Cabo Home, uno de los miradores más espectaculares de Galicia. También paseos en kayak o paddle surf por las tranquilas aguas de la ría, así como visitas culturales, como el Cruceiro de O Hío, considerado uno de los más bellos y trabajados de Galicia. Y si quieres más movimiento, siempre puedes acercarte a Cangas, donde hay más actividad comercial, mercados y conciertos al aire libre.
Llegar a O Hío es muy fácil desde Vigo. Solo hay que cruzar el puente de Rande y tomar la carretera hacia Cangas. En menos de una hora estarás allí, en un entorno que combina mar, monte y tradición gallega, sin necesidad de coger avión ni sufrir caravanas interminables. Además, hay servicio de barco regular desde Vigo a Cangas, una forma diferente y preciosa de iniciar tu escapada.
¿Por qué elegir O Hío este verano? En primer lugar, porque no hay turismo masivo ni playas saturadas. También porque la gastronomía local es excelente, con especialidades marineras como el arroz con bogavante. Además, hay variedad de alojamientos rurales y apartamentos con vistas. Igualmente, cabe destacar que el entorno es natural, auténtico y accesible, y ofrece planes tranquilos y otros más activos en plena Ría de Vigo.
O Hío es, sin duda, uno de los secretos mejor guardados del verano gallego. Si buscas un lugar donde veranear sin estrés, comer como un rey y disfrutar de un entorno privilegiado, este rincón de Pontevedra tiene todo lo que necesitas. Pero date prisa: los que lo descubren... suelen volver.