Vigo dice adiós a Di San Remo: "Tenían que haber dejado Samil como estaba antiguamente"
Ofrecido por:
Vigo dice adiós a Di San Remo: "Tenían que haber dejado Samil como estaba antiguamente"
Este viernes termina la concesión del último restaurante que se levantó en la playa urbana en su transformación durante la década de los 80 para, en el futuro, ser demolido y proseguir con la recuperación dunar
Información relacionada: Fin a Di San Remo en Samil: el Concello de Vigo rechaza prorrogar la concesión al restaurante
Durante más de dos décadas, en la silueta de la playa de Samil se podían detectar una gran pamela y un tobogán acuático. Ambas desaparecieron en poco más de dos años; Karina Fálagan, la que dio identidad a este tipo de sombrero en el arenal vigués, falleció en mayo de 2013. En septiembre de 2015, comenzaba el desmontaje de la atracción.
Hoy, el único elemento que se mantiene en pie en Samil de aquella época es el Restaurante Di San Remo, y que a finales de esta semana, el viernes 14 de noviembre, cerrará sus puertas de manera oficial, al terminar la concesión que arrancó en 1985 y que, 40 años después, el Concello decidió no renovar, tal y como anunció hace poco más de un mes.
La actual propietaria del establecimiento, Hostelería Samil Playa S.L.U, solicitó el pasado 31 de julio de 2025 la prórroga a la concesión al entender que, ante la "falta de regulación en el pliego de condiciones", ésta se podría ampliar de 40 a 50 años.
Pero la dirección municipal de Patrimonio fue tajante ante "la falta de previsión de una prórroga": "La voluntad de esta administración fue limitar a 40 años el plazo de la concesión". Tampoco fue aceptada la intención de la propietaria de ampliarlo hasta 2031 como compensación por el impacto económico negativo del Coivd.
Un cierre que ya empezó hace tiempo
Cierre de Di San Remo.
A las 10 de la mañana de un día nublado y con mucho viento, el inmueble que acogió el San Remo durante cuatro décadas presenta una imagen casi apocalíptica. Cerrado a cal y canto, todavía se pueden leer en sus vidrieras exteriores anuncios que evocan una vida pasada reciente: "Cerrado por vacaciones. Gracias"; "Se necesita personal"; "Uso obligatorio de mascarilla".
Pero lo cierto es que el único acceso abierto en la fachada muestra un local en pleno desmontaje, con un camión que va almacenando lo que varios operarios extraen del interior. A pesar de que el viernes es la fecha oficial, los propios trabajadores confirman que "esto ya está cerrado"; es más, el cartel que anuncia el descanso vacacional fue una suerte de punto final, ya que nunca se volvió a abrir al público.
Cierre de Di San Remo.
Como tantos días, varios vecinos de la ciudad circulan por el paseo, una caminata que para muchos es costumbre diaria. Es el caso de Juan, vecino de Bouzas, que considera que "esto tenían que haberlo hecho antes", en referencia al futuro derribo del restaurante. "La playa tenía que haber quedado como estaba, como el Vao", reflexiona, pero "todo lo que sea recuperar las playas está bien". Además, matiza sobre el funcionamiento del negocio, "últimamente estaba muy desatendido".
De la misma opinión son Emilio y Encarnación, que reivindican que "tenían que haber dejado Samil como estaba antiguamente" mientras recuerdan cuando el tranvía llegaba hasta la playa y "no había nada"; "una casa, una discoteca y un bar que daba unos pinchos por la mañana y estaba bien". Viven cerca del Vao y lamentan que "aquello tampoco lo van a recuperar tal y como estaba antes", inciden, recordando que entre las dunas "había un lago".
En el caso de Chano y Andrea, en su memoria siempre existió tanto el San Remo como el tobogán. "Era el mejor plan para el verano", comenta él entre risas. A pesar de que la imagen actual es la que siempre les ha mostrado Samil, celebran que se quiera recuperar el arenal y ponen en valor otro tipo de negocios, como "los chiringuitos": "Música, una cerveza y todo a pie de playa, sin tener que salir de la arena", dice Andrea.
Transformación de Samil
Cierre de Di San Remo.
El que fue el referente de Samil a la hora de disfrutar de helados "de cucurucho" forma parte de un proyecto que cambió la cara de la playa urbana, conectada por tranvía con la ciudad desde finales de los años 20 del siglo pasado. El Hotel Samil, en 1968, fue el primer paso para la conversión de aquella playa salvaje en una urbana.
Pero fue en los años 80, bajo el mandato de Manuel Soto, cuando se llevó a cabo la mayor remodelación, con la construcción de los restaurantes, los merenderos, las piscinas, los columpios y el tobogán acuático. Tres décadas después, comenzó un largo camino desde Lois Castrillo hasta Abel Caballero, pasando por Corina Porro, con el objetivo de devolver a Samil su faz natural; lo que hoy está en marcha de la mano del actual alcalde.
Las concesiones de explotación de estas construcciones han ido agotándose poco a poco: el restaurante As Dornas, hasta 2014; en 2016, el Hotel Samil y el Jonathan; en 2019, el Camaleón; y el Di San Remo este año. En el caso del tobogán acuático de este último, fue desmantelado por orden del Concello en 2015.
La estructura nunca contó, desde su estreno en 1986, con licencia municipal y en 2014 el Gobierno municipal ordenó su retirada por "no reunir las medidas de seguridad necesarias". También se eliminó a la vez la piscina que servía de desembocadura del tubo de color azul celeste, que pasó a formar parte de la terraza exterior del restaurante. Tras todo el verano de 2015 cerrado, en septiembre comenzó su desmontaje.
Futuro
Cierre de Di San Remo.
El destino del Di San Remo será la demolición, al igual que en su día As Dornas y el Camaleón. Desde el Concello todavía no se ha precisado fecha, pero todo hace indicar que formará parte de un continuo que ya comenzó en septiembre de 2024 para la recuperación dunar de Samil y la construcción de un nuevo paseo.
Una vez que desaparezca el restaurante que cuya concesión vence este viernes, sólo quedará el Marina Cíes Beach Club, que "heredó" la del Jonathan en 2014 de la mano de Urogallo Capital, que paga un canon anual al Concello de Vigo de 40.000 euros, y que tiene la explotación por 25 años; es decir, habrá que esperar hasta 2039 para que Samil pueda proseguir con su recuperación total.