Equipo senior masculino del Vigo Rugby Club

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Ricardo 'Richie' Blanco, capitán del Vigo Rugby Club: "Queremos devolver el escudo a lo más alto"

El conjunto vigués se declaró campeón de Galicia el pasado fin de semana, tras ganar la final de la liga contra el CRAT de A Coruña

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Tras perder la final en el año de su 35 aniversario, el equipo sénior masculino del Vigo Rugby Club ha encarado este 2025 con fuerza y determinación. El esfuerzo ha dado sus frutos: el pasado sábado se proclamaron campeones gallegos tras una contundente victoria en el CUVI frente al CRAT de A Coruña.

Después de renunciar hace cinco años a su plaza en la División de Honor B, el equipo vuelve a soñar con competir a nivel nacional. El proyecto de "devolver el escudo a lo más alto" ya está en marcha, impulsado por un vestuario joven, unido y con muchas ganas.

El capitán del equipo, Ricardo "Richie" Blanco, celebró con emoción este nuevo título, subrayando lo especial que fue lograrlo en casa. A sus 34 años, reconoce que ya empieza a contar los partidos que le quedan vistiendo la camiseta rojiblanca, aunque asegura que seguirá en el campo mientras las lesiones se lo permitan. Su sueño está claro: retirarse dejando al equipo de vuelta en la competición nacional. "Siempre que las condiciones me lo permitan, mi gran ilusión es vestir al Vigo en competición nacional", afirma. Y cuando llegue el momento de colgar las botas, tiene claro que quiere seguir vinculado al deporte: "Es mi forma de devolverle al rugby todo lo que me ha dado, desde la posición arbitral, es una manera de seguir en el campo".

Enhorabuena por el título, capitán. ¿Qué significa, tanto a nivel personal como para el club, hacerse con este campeonato?

Para el club es especialmente importante porque el año pasado nos quedamos a las puertas al perder la final. Y, para mí, aún más: me rompí el bíceps en ese último partido y llegué a pensar que no podría volver a jugar. Pero tras la operación, un verano de rehabilitación y mucho trabajo, pude regresar esta temporada desde el primer momento. Entonces, volver a disputar una final, y encima en casa, fue muy emocionante.

Además, este regreso se dio con un grupo ilusionante, compuesto casi en su totalidad por jugadores jóvenes. En el partido del sábado, la mitad del equipo tenía menos de 25 años. Es una alegría poder mirar hacia el futuro con este grupo.

¿Cómo fueron tus inicios en el rugby?

Empecé relativamente tarde, hace 13 años, cuando estudiaba en la Universidad de Santiago. Fui a probar y desde el primer momento me enganchó. Lo que más me atrapó fue el compañerismo en el campo, esa idea de que aunque somos 15, cada uno tiene un rol fundamental. Todos somos diferentes, con cuerpos y condiciones distintas, pero si entendemos el juego de la misma manera, todo funciona.

Como capitán, ¿cómo gestionas la presión y motivas al equipo en los momentos difíciles?

Trato de liderar con el ejemplo. Siempre les digo: "si yo cruzo un puente, vosotros venís detrás". Salgo reventado de cada partido porque creo que esa es mi forma de demostrar compromiso. Como dicen los sudafricanos, hay que llevar el cuerpo al límite por el equipo. Mi objetivo es que vean que el capitán es el primero en dejarlo todo en el campo.

Llevas cuatro años en el club. ¿Cómo ves su evolución?

Cuando llegué, el club acababa de renunciar a su plaza en División de Honor B por el impacto del Covid y el equipo era mucho más veterano. Ahora, el cambio es enorme: hay un relevo generacional brutal.

Precisamente, comentabas que la cantera ha sido clave en esta victoria. ¿Cómo ves el futuro del club?

La cantera es el futuro, sin duda. Cada vez hay más niños en las escuelas y el nivel está subiendo. Nosotros tenemos la responsabilidad de construir un proyecto atractivo para ellos, pero el futuro del club es suyo.

Lo que sí nos preocupa es el momento de incertidumbre en el que estamos. Hemos ganado la liga gallega, pero subir a División de Honor B implica retos enormes: ocho desplazamientos al País Vasco, con todo lo que eso conlleva a nivel económico y logístico. Además, esos clubes tienen mucho más capital: pueden fichar, tienen mejor cuerpo técnico, instalaciones...

¿Se nota una falta de inversión?

Sí, pero en parte lo entendemos. No tenemos el mismo peso que otras federaciones. Pero claro, ahora mismo estamos un poco en tierra de nadie: ganamos el campeonato, pero avanzar es muy difícil.

También necesitamos urgentemente un campo que no esté en el CUVI. Es uno de nuestros grandes hándicaps porque mucha gente quiere venir a vernos, pero dependen del transporte público. Y además, el clima, con niebla constante, no ayuda. Los chavales entrenan en la ETEA, pero tampoco son las mejores condiciones. Necesitamos el apoyo del gobierno local para contar con unas instalaciones dignas. Y también nos encantaría tener una sede, un espacio donde poder juntarnos, ver partidos, hacer club.

Después de una temporada tan exigente, ¿cuál crees que ha sido el factor clave para lograr el título?

Sin duda, la plantilla. El grupo humano que se ha formado, lo unidos que estamos y el buen ambiente en el vestuario. Eso se nota muchísimo en el campo. Si tengo que partirme la cara por el compañero que tengo al lado, y ese compañero además es mi amigo, todo se hace más fácil.