A la izquierda, Marcos Alonso y Bamba, a la derecha, la caída de Williot en el área del Madrid.
El Celta cae en Madrid: Pudo contra el viento y la marea, pero no contra el árbitro
Munuera Montero no llegó ni a revisar una acción más que dudosa durante la caída de Williot en el área rival. Otro presunto fuera de juego invalidó un posible penalti a favor de los gallegos
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La semana grande del fútbol gallego en Copa del Rey acabó con la tristeza de la derrota, pero con orgullo gallego. Y es que tanto el Ourense CF, como el Pontevedra CF y el Celta de Vigo pisaron con dignidad el terreno de juego, lejos de achicarse contra equipos "superiores".
Eliminados pontevedreses y ourensanos, la vista estaba puesta este jueves por la noche en Madrid y en la posibilidad de que el equipo olívico perpetuara el sueño gallego en esta competición. Sin embargo, una vez más, la fortuna no caía del lado de los celestes y, queda fuera de toda discusión, las decisiones arbitrales ayudaron a ello.
"Giráldez va con todo", era el comentario que, ayer por la noche, emitían muchos seguidores celestes: El once inicial lo componían Iván Villar, Javi Rodríguez, Starfelt, Marcos Alonso, Carreira, Fran Beltrán, Moriba, Mingueza, Hugo Álvarez, Borja Iglesias y Williot.
La competición se iniciaba igualada en los primeros compases. Iván Villar callaba bocas sobre su titularidad con dos buenas intervenciones y la primera ocasión clara de gol se decantaba del lado de los vigueses: Starfelt enviaba el balón por encima de la portería de Lunin.
Lamentablemente, la acción que llevaría al traste las ilusiones y las esperanzas gallegas ocurría en el minuto 38. Williot caía dentro del área del Madrid en una acción, dudosa o no, que ni siquiera se llegaba a revisar en el VAR. Lejos de hacer el gesto del monitor, Munuera Montero indicaba que se siguiera la jugada, la cual terminaba en gol para los madrileños gracias a Mbappé.
Gaña o Real Madrid no Santiago Bernabéu.
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40' ⋄ 1-0 ⋄ #RealMadridCelta pic.twitter.com/3cfsYgsDqA
A la vuelta de la segunda parte, el Madrid sorprendía a los de Vigo anotando Vinicius el 2-0 y alejando, todavía más, las opciones gallegas.
Cuando parecía que todo estaba perdido, Bamba, que podría tener cerca su salida del club olívico, revivía el sueño celtista en el minuto 80. Poco después, mismo protagonista y un penalti que sí pitaba Munuera Montero: Era Marcos Alonso el encargado de dominar la presión que supone un tiro de estas características y quien metía al Celta en la prórroga.
La locura se desataba entre los celtistas del planeta y, especialmente, entre los que se desplazaron a la capital española, que dieron un recital como afición y no solo a la hora de hablar de cánticos -que resonaron por encima del propio Bernabéu-, sino de lo que significa luchar y ser de un equipo humilde.
Sin embargo, el Celta se volvía a encontrar con el enemigo: Las decisiones arbitrales. Ya en la prórroga un presunto fuera de juego de los olívicos invalidaba otro posible penalti a favor del Celta. Sin embargo, las imágenes no se mostraron.
Lo que vino después ya se sabe: Endrik y Valverde terminaron de sentenciar un partido que, lejos de ser apasionante, solo hizo levantar ampollas y dudas en el terreno futbolístico. Pese a todo, el orgullo de ser del Celta ha sido la máxima en las últimas horas entre una afición que ha valorado el esfuerzo de los suyos.
Grazas por apoiarnos un día máis ata o derradeiro alento, celtismo!
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Sempre xuntos 🩵 O Celta é a nosa vida. pic.twitter.com/OfwkBM7iN2