Luz Herrero, investigadora.

Luz Herrero, investigadora. Cedida

Educación

Luz Herrero: "Las mujeres científicas trabajan en la NASA, pero también en O Porriño"

Esta química formada en A Coruña y que desarrolla su labor como investigadora en O Porriño señala, en el Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia, que es posible crecer profesionalmente en este ámbito desde la propia tierra y, concretamente, en Galicia. Todo para mejorar la vida de las personas más cercanas

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Este martes, 11 de febrero, se celebra el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. Se trata de una jornada en la que se quieren poner en valor las contribuciones de las investigadoras del mundo a este ámbito, puesto que, inicialmente, o se silenciaron o no había demasiadas mujeres que pudieran acceder a él. 

La historia ha cambiado y, sin duda, hoy día no hay que irse muy lejos para comprobar el trabajo que, diariamente, realizan miles de científicas e investigadoras -ya sean químicas, ingenieras o matemáticas, entre otras- para mejorar la calidad de vida de las personas. 

Y es que no es necesario cambiar de país o, incluso, de comunidad, para comprender que hay proyectos punteros que reciben financiación y compiten a nivel europeo. Y, precisamente, estos planes están liderados por muchas mujeres. 

Luz Herrero, la química que descubrió su pasión gracias a una profesora

Una de ellas es Luz Herrero, madrileña nacida en 1975 pero afincada en Galicia desde los 12 años. Esta licenciada en Química -especializada en Ambiental- se formó en la Universidad de A Coruña y también en esta ciudad encontró su vocación gracias a una de sus profesoras del colegio: La que le inculcó el la pasión por esta rama científica, descubriéndole que tenía mucho que decir en la vida diaria de las personas. "Para mí fue muy inspiradora. Me hizo entender cómo influía la química en la vida diaria", recuerda Luz. "En mi familia no hay ninguna persona que se dedique a esto y a mí, a priori, se me daban mejor las letras. Pero ella me hizo ver todo de manera distinta", añade. 

Tal y como cuenta Luz, aquella docente ponía ejemplos a sus alumnos de cómo podían emplear materiales accesibles para ellos para descomponerlos en otros compuestos y dar lugar a otros nuevos elementos. "Recuerdo que aprendíamos cómo hacer jabón con cosas que podíamos encontrar por casa", relata la investigadora. 

Las mujeres se inclinan más por la docencia

De su época universitaria, Luz recuerda que, inicialmente, había en su clase tantas chicas como chicos, sin embargo, advertía una tasa de abandono más alta de esta formación dentro del primer grupo. "No recuerdo entrar en una clase y que hubiera más chicos, pero sí que, a medida que iban pasando los años, notaba que más chicas iban abandonando la carrera", relata la investigadora. 

Por otro lado, la química recuerda que, de las compañeras que terminaban esta formación, muchas se decantaban por la enseñanza sin buscar oportunidades en una empresa o en investigación. "Mis padres siempre me apoyaron para que estudiara lo que quisiera, pero sí que me llegaron a sugerir el que hiciera oposiciones para tener un mejor horario y más posibilidades de conciliar con la familia. Es algo lícito. Al final, en algún momento podían tener miedo de que no pudiera compaginarlo todo o me faltara alguna oportunidad laboral por esto", cuenta Luz. "Yo no me dediqué a la docencia, pero no creo que las compañeras que eligieron esa opción lo hicieran coaccionadas, ni mucho menos. Creo que pensaron que era lo mejor para ellas y ya está. También tengo compañeras que se han dedicado a la investigación y han tenido familia e, incluso, se la han llevado a otro país. Lo importante es, en todo caso, poder tener la oportunidad de elegir. Esa es la clave", añade. 

Equipo de investigadoras de Aimen, en O Porriño.

Equipo de investigadoras de Aimen, en O Porriño. Cedida

Aimen, un motor de I+D+i en O Porriño

En 2004, la investigadora se movió a Vigo, en donde reside desde entonces y, hoy en día, trabaja en uno de los epicentros industriales de Galicia: O Porriño. Allí desempeña su labor en Aimen, un centro tecnológico I+D+i con más de 50 años de historia al servicio de la innovación y la industria. 

Luz ejerce como coordinadora de la Unidad de Investigación de Tecnologías Ambientales. Concretamente, su equipo investiga las mejoras alusivas a la calidad del agua y la depuración mediante tecnologías naturales. "Mi función es coordinar y gestionar la unidad: Por un lado, tratando de orientar la investigación, y, por el otro, gestionando a las propias personas", remarca la investigadora. Para impulsar esta labor, el departamento cuenta con financiación europea y nacional, pero también regional o, incluso, empresarial. 

"Hay que hacerse valer"

Esta madrileña afincada en Galicia asegura que siempre pudo trabajar en lo que le marcaba su vocación, aunque, en algún momento, sí se encontró con alguna actitud ciertamente "paternalista" por ser chica: "Sí al principio de todo noté algo así. Tenía que insistir en que estaba en este mundo al igual que el resto y que, si había que salir a hacer un trabajo de campo a mancharse las manos, pues lo iba a hacer", recuerda. "Creo que hay que hacerse valer en el mundo científico y en el empresarial, en general. No callarse cuando tienes algo importante que decir y no tener miedo", apunta. 

Con todo, y a pesar de ser un mundo que, al inicio, estaba "dominado" por hombres, la incorporación de las mujeres ha sido notoria: "Se ve en los congresos de ingeniería ambiental, en los que hay muchas ponentes femeninas", remarca. 

Por último, sobre la romantización de la ciencia como una disciplina en la que solo se puede "triunfar" si se trabaja en un laboratorio de algún país europeo o americano, la investigadora apuesta por desmitificarla: "Quizá piensas en una mujer científica como alguien que trabaja en la NASA. Por supuesto hay gente que trabaja ahí. Pero bueno, yo vivo en Vigo y mis compañeras también. O en Porriño o en los alrededores. Son madres, hacen su vida en este entorno y trabajan en proyectos punteros en los que están involucrados investigadores de otros países", señala. "Estas investigaciones, además, se aplican en nuestros entornos más cercanos", añade. 

Actualmente, el equipo de Aimen está integrado por 246 profesionales de los que 78 son mujeres: Se trata del 31,7% de la plantilla, un dato que demuestra la continua incorporación de la figura de la mujer investigadora a esta compañía. 

Entre otros proyectos, en los que esta química trabaja directamente, destaca el encaminado a analizar el agua de escorrentía y cómo podría tratarse para que, cuando llegue a los ríos, lo haga con una buena calidad; o el que busca implementar soluciones basadas en la naturaleza -con pocos reactivos y poca energía- para tratar y depurar las aguas. Se trata, concretamente, de los bautizados como "Waterun" y "Life Green Adapt".