Ray Loriga presenta 'TIM' en Galicia.
Ray Loriga presenta 'TIM' en Galicia: "El desafío era escribir una novela sobre un segundo"
El escritor madrileño ha pasado por A Coruña y por Vigo, una ciudad con la que mantiene una especial relación familiar: el tío abuelo de su padre tiene una calle a su nombre
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Imagínese despertar en una cama y en una habitación que no reconoce. Así arranca TIM, la última novela del escritor Ray Loriga (Madrid, 1967), una historia corta y contundente en la que obliga al lector a tratar de seguir un camino trazado por un personaje que, todavía en su duermevela, intenta recorrer a través de recuerdos y, sobre todo, de la palabra. Y dos nombres, Tim y Elisa.
Novelista, guionista y director de cine, ganador del Premio Alfaguara de Novela 2017, Loriga es uno de los escritores más reconocidos de la literatura nacional y a lo largo de sus obras se puede viajar a través de su creatividad, siempre buscando retos que solventar.
Así nace TIM, como un "desafío" de escribir "una novela sobre un segundo". "Fue el primer juego que me propuse", explica a este medio. "Toda la novela es el tiempo que dura un despertar. Durante el duermevela, cuando todavía estás en brazos de Morfeo, tienes una estructura mental diferente" y, en la cabeza "todo pasa por empezar a escuchar los sonidos del mundo real y presentarse a sí misma al mundo: quién soy, dónde estoy...". El reto era, resume, "coger ese segundo y alargarlo lo suficiente para que diese para una novela".
Para ello, tenía claro que "la base de todo era el lenguaje". Gracias a la palabra, es capaz de trasladar el lenguaje particular que tiene el sueño, la manera de pensar que tenemos. "No es casualidad que los escritores y las escritoras nos dediquemos a crear realidades con el lenguaje", añade. Este viaje al que invita al lector un personaje que trata de entender y descubrir quién es corto: 133 páginas en la que Loriga explaya una narrativa en la que luce su sentido del humor y su capacidad para guiar al que lo lee.
35 años de profesión
Cerca de los 60, Loriga no rehuye, pero la intuye lejana, aquella imagen con la que se le presentó en los medios y que hoy siguen reproduciendo "por vagancia"; la del escritor maldito, estrella del rock o bastión de la Generación X. "Es verdad que es complicado vender dos cosas a la vez a la misma sociedad si ya has conseguido vender una", reflexiona entre risas. Pero su realidad es la del contacto con el lector, que no es sólo aquel que ha evolucionado con él desde su primera novela, Lo peor de todo, en 1992.
"Son 35 años de profesión desde el primer libro y tengo lectores de todo tipo, del que me sigue por mi última novela, Cualquier verano es un final, los que te han leído desde los 90 o más intermedios, los que me descubrieron por el Premio Alfaguara", analiza. Lo que deja claro es que "no es un tema recurrente" cuando habla con sus lectores.
Loriga atiende a este medio por teléfono, desde la habitación de un hotel de A Coruña; el día anterior, ha pasado por Vigo. Precisamente, en la ciudad olívica reconoce un vínculo sorpresivo: la calle Joaquín Loriga, cercana a dónde ha presentado su última novela, está dedicada al tío abuelo de su padre.
"Mi familia viene de Galicia, Loriga es un apellido gallego. Mi tío abuelo Joaquín, como lo llamaba, aunque lo era de mi padre, está enterrado en Lalín", explica sacando a relucir su árbol genealógico.
Cine y literatura
Un árbol genealógico, pero de uno mismo, es el curriculum; en el caso del escritor madrileño apunta también a su faceta de guionista y director de cine. Loriga deja claro que hay una "diferencia gigante" entre escribir novela y un guion cinematográfico; en lo primero, "la escritura lo es todo", mientras que en lo segundo "es una propuesta" donde la base es la imagen. "No es lo mismo proponer imágenes o un mecanismo de narración para un futuro director que hacerlo a través de imágenes literarias", concreta.
De todas formas, no se plantea que esta novela tenga salida audiovisual. "Si alguna vez he escrito sabiendo que no es filmable, que no tiene sentido llevarla al cine, que no hay necesidad ni es factible, es en esta", revela entre risas.
A pesar de estas otras facetas, Loriga es escritor, un adjetivo que cada vez es menos sencillo atribuírselo a un autor. Para él, la diferencia está en la que hay entre un libro y la literatura. "Si vas a una feria del libro, el 10% son escritores; la mayoría, influencers, tiktokers, concursantes de masterchef, famosos de la tele...", desgrana. "Es como está el negocio ahora", lamenta.
Una reflexión que se vincula a un artículo de opinión de Arturo Pérez Reverte, en el que criticaba que las editoriales ofrezcan escribir libros a famosos y presentadores de televisión. "Es absurdo que desde las editoriales llamen a gente para ver si quieren escribir", sentencia, para después hilar el proceso que, tradicionalmente, se ha llevado a cabo: "Alguien lee, le apasiona, luego empieza a escribir y llega una editorial que te publica", concluye.