Pazo de Barrantes Ribadumia
El pazo do Salnés testigo del primer Pacto de Autonomía que ahora es un templo del vino
El Pazo de Barrantes fue el marco histórico donde en 1930 se firmó el primer Pacto de Autonomía Galega, suscrito por figuras destacas del galeguismo y el replublicanismo como Castelao, Otero Predayo o Santiago Casares Quiroga
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Los pazos fueron durante mucho tiempo el emblema por excelencia del poder en Galicia, especialmente entre los siglos XVI y XIX. Estas residencias señoriales, hogares otrora de la nobleza gallega y los señores feudales, no sólo definieron el paisaje de su época, sino que dejaron una huella imborrable en el patrimonio cultural de la región. Hoy, Galicia guarda en su territorio más de 900 de estas joyas arquitectónicas, según datos del Inventario Xeral de Patrimonio.
En el sur de Galicia, la comarca do Salnés destaca como un auténtico museo al aire libre, donde los pazos que han resistido al paso del tiempo narran historias del pasado mientras se reinventan como protagonistas del presente. Lo cierto es que muchos de estos edificios históricos han experimentado una transformación única, convertidos en hoteles boutique, bodegas de renombre e incluso escenarios de cuento para eventos.
Este es el caso del Pazo de Barrantes, un referente vitivinícola enmarcado en el corazón de las Rías Baixas que esconde en su historia un capítulo muy importante para la política de Galicia. Reconocido en el presente por sus excepcionales albariños, sus muros fueron testigos en el año 1930 del primer Pacto de Autonomía Galega, también conocido como el Compromiso o Pacto de Barrantes.
Breve historia del Pazo de Barrantes
Exterior del Pazo de Barrantes Ribadumia
La historia del Pazo de Barrantes comienza a escribirse a principios del siglo XVI, concretamente al año 1511, cuando pasa a formar parte del legado familiar de los Cebrián-Sagarriga. Situado en el corazón de Ribadumia, este singular edificio ha sido testigo de acontecimientos clave en la historia de Galicia. El 25 de septiembre de 1930, bajo la titularidad de la octava condesa de Creixell, el pazo acogió la firma del primer Pacto de Autonomía de Galicia, conocido históricamente como el Pacto de Barrantes.
El acuerdo en cuestión, suscrito por figuras destacadas del galeguismo como Castelao y Otero Predayo, y del republicanismo de la época como Santiago Casares Quiroga, Antón Villar Ponte o Manuel Portela Valladares, sentó las bases de un movimiento que denunció el centralismo político como origen de los problemas gallegos, abogando en este caso por la plena autonomía política y administrativa para la región. Aunque su interpretación histórica sigue siendo debatida, el Pacto de Barrantes representó un momento fundamental en la unificación de ideas (en torno a la figura de Casares Quiroga) y la consolidación del pensamiento político de la época.
Décadas después, ya en los años noventa del siglo pasado, el Pazo de Barrantes inició una nueva etapa de la mano de la familia Cebrián-Sagarriga. Con experiencia en el universo vinícola gracias a Marques de Muerrieta, en La Rioja, transformaron la finca en un referente en la producción de albariño, consolidando así el vínculo histórico de este palacete gallego con la excelencia y la tradición.
Un referente del vino en O Salnés
Vista aérea del pazo y los viñedos Ribadumia
Junto al histórico Pazo de Barrantes se alza la silueta en piedra de su actual bodega, una elegante edificación construida en el año 1991 por Vicente Cebrián Sagarriga, X Conde de Creixell y padre de los actuales propietarios. Tras consolidar su legado en la renombrada bodega riojana Marqués de Murrieta, fundada allá por 1852, Cebrián-Sagarriga decide emprender un proyecto similar en su querida Galicia. Así nació esta bodega, concebida para una producción limitada y equipada con la mejor tecnología de su tiempo.
Las doce hectáreas de viñedo que rodean la finca, dedicadas exclusivamente a la elaboración de sus vinos, sacan el máximo partido a las excepcionales condiciones de la subzona do Val do Salnés, cuna indiscutible de la variedad albariño. Actualmente, la bodega gallega porduce dos etiquetas de prestigio: Pazo Barrantes, un albariño clásico que refleja la tradición e historia del palacete, y La Comtesse, un vino introducido en 2009 que marcó un hito en la evolución del reconocimiento de esta emblamática casa vinícola.