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Sukha Funk en Vigo, el paraíso del sushi y las hamburguesas más coloridas

Videlva Fariñas y Rubén Torres acaban de abrir un original restaurante en la calle Tomás Alonso con una propuesta gastronómica atípica y llena de personalidad
Comida multicolor e interior del restaurante Sukha Funk, en Vigo.
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Comida multicolor e interior del restaurante Sukha Funk, en Vigo.
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Desde hace unos días, la calle Tomás Alonso tiene más color. En el número 19 ha abierto sus puertas un nuevo restaurante llamado Sukha Funk, dispuesto a revolucionar el panorama gastronómico de Vigo con una original carta donde el sushi y las hamburguesas toman el protagonismo. Videlva Fariñas y Rubén Torres son sus creadores. "Queríamos abrir un espacio alternativo, distinto y lleno de alegría", explican.

Lo cierto es que toda la decoración del local y el propio menú está teñida por ese espíritu multicolor. Tal y como cuenta Videlva, quien está a los fogones, el nombre del restaurante refleja toda esa mentalidad. 'Sukha' es una palabra en sánscrito que significa "el estado de verdadera y permanente felicidad", mientras que el 'funk' hace referencia al alegre género musical surgido en plenos años 60.

El matrimonio emigró a Vigo hace cuatro años. Originarios de Venezuela, pasaron un tiempo en Chile antes de llegar a Galicia, una tierra a la que "le deben mucho", confiesa Fariñas. Ambos contaban con experiencia en el mundo de la hostelería, aunque ella estudió Historia del Arte y siempre introdujo esa parte de su formación en la gastronomía; eso explica el papel tan importante que tiene el color en Sukha Funk.

Comida no tradicional y casera

Videlva comenzó a interesarse por las teorías de la psicología del color y su relación con la cocina. A la hora de preparar un plato, el cromatismo captaba su atención tanto por el aspecto puramente visual como por el ámbito nutricional. Así, exploró qué ingredientes naturales eran los que podían teñir la comida de un tono u otro y pasó a integrarlos en sus recetas.

Debido a su experiencia en restaurantes de comida rápida, los puntos fuertes de Videlva Fariñas son el sushi y las hamburguesas. Los experimentos con el color fueron con estos dos platos, que ahora componen el corazón de la carta de Sukha Funk. Además, el matrimonio se aseguró de que casi toda la comida del restaurante fuese apta para personas veganas e intolerantes al gluten. "En algún punto espero tener un local más grande y ofrecer comida para celíacos", comenta la chef.

"No hago comida tradicional", cuenta Videlva, "Trabajo con sabores tropicales, utilizo mucho el mango, la maracuyá o el plátano macho frito. Sabores que aquí no son tan comunes pero sí en Latinoamérica". Su cocina es el resultado de combinar la gastronomía de su tierra natal con la gallega, pues reconoce que le gusta mucho "la comida de aquí". Como muestra, una de las hamburguesas de Sukha Funk supone "una oda a Galicia": está hecha con pan de chorizo y criollo, salsa de pimiento de padrón y cebolla caramelizada con laurel y membrillo.

Prácticamente toda la carta de este original restaurante está preparada a mano por Videlva, mientras que Rubén Torres, su marido, se encarga de atender las mesas. Los panecillos de colores de las hamburguesas, uno de los detalles más llamativos de Sukha Funk, son de elaboración artesanal y la propia cocinera pinta sobre ellos caras sonrientes, espirales o flores repletas de alegría.

Un lugar lleno de "amor"

La decoración del interior de Sukha Funk, como decíamos, destaca por su originalidad y consigue crear esa atmósfera de alegría multicolor. Las paredes están cubiertas con múltiples obras de arte que el matrimonio fue recopilando gracias a su participación en el Mercado Reciclado, donde Videlva se encargaba del servicio de catering con el proyecto Tasty Colors. "Cuando armamos el local quisimos mostrar parte de lo que habíamos comprado a artistas de aquí y de otros países que participaron en los mercadillos. Es un agradecimiento por ser tan buenos", confiesa la cocinera.

Videlva define su proyecto con palabras como "diversión", "color" o "amor". Rubén, en cambio, afirma que lo haría con un nombre: el de su mujer. Ella ríe y cuenta que las primeras personas que han pasado por el restaurante, conocidos y amigos del matrimonio, no dudaron en señalar que es "muy ella". Para su marido, Sukha Funk es una demostración de "la alegría con la que ella vive la vida".

Rubén y Videlva esperan poder trabajar a pleno rendimiento a partir de la próxima semana, a la espera de concluir un par de detalles propios del largo proceso de emprender un negocio. Por el momento, tras una pequeña preapertura el pasado viernes, abren en horario de 19:00 a 23:00 horas. "Obviamente siempre hay miedo cuando montas algo que es nuevo, pero la ilusión puede con ello", concluyen.

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