La gran manifestación rural para reivindicar las actividades agrarias “amenazadas por el animalismo y el ecologismo radical”, que recorrió las calles de Madrid el pasado 3 de marzo, no fue la celebración de la unión del campo que sus organizadores esperaban ni tuvo todo el apoyo deseado. Ni siquiera Alianza Rural, presentada días antes como único interlocutor posible con el campo, era la entidad que habían creado hacía años para aglutinar a todos los sectores, y que tenía en la concentración del pasado marzo su principal objetivo. La nueva asociación “usurpó nuestro trabajo”, señala el power point remitido a miembros del colectivo al que ha tenido acceso este diario. Lo puede consultar aquí.

En febrero, pocos días antes de la manifestación, seis organizaciones (ASAJA, RFEC, Unión de Criadores de Toros de Lidia, Federación Española de Pesca y Casting, AMFAR y Circos Reunidos) se presentaron como Alianza Rural, tres años después de la constitución de Alianza del Medio Rural, la organización original, que no estaba registrada. La nueva organización había decidido formalizarse por su cuenta, sin apoyar la manifestación “organizada meses antes”, explica Carlos Bueno, representante de la plataforma en defensa de la pesca.

Su versión concuerda con la del documento, que señala la constitución de la primera organización con “150 asociaciones”. Las nomenclaturas son parecidas: el documento insiste en Alianza Rural pero también aparece en otras publicaciones como Alianza del Medio Rural al momento de celebrar su primera asamblea, que tuvo lugar “en marzo de 2017” para “formalizar la unión de todos y hacer frente común”. Sin embargo, Alianza Rural hizo su puesta de largo representando sólo a seis colectivos. Carlos Núñez, el presidente de uno de ellos, en una entrevista a EL ESPAÑOL, afirmó que AR aglutinaba a “10 millones de personas”.

¿Culpa de Vox?

Con Alianza del Medio Rural “trabajamos durante más de dos años representando a los colectivos, siendo lobby de apoyo. Se hizo la manifestación en Sevilla y hemos estado al lado de cualquier iniciativa que fuese en beneficio de todos”, recuerda Bueno. Para “los primeros meses de 2018”, tal y como muestra la presentación, Alianza del Medio Rural había aprobado “una macromanifestación”. El 16 de enero de 2018 “no se había hecho nada” y una “escasa mayoría” aprobó posponerla a marzo de 2019: al 3 de marzo de 2019.

Carlos Bueno fue nombrado entonces “coordinador general”. Un equipo se pone a “trabajar inmediatamente” con el objetivo de conseguir “respeto al mundo rural y sus tradiciones”. “Planteé que la manifestación debía ser más plural, que aglutinara a más sectores aunque no estuviesen en la Alianza. Darle cabida a la trashumancia, a los bosques y a otros colectivos”.

Carlos Núñez, en el medio, junto a los distintos miembros de Alianza Rural UCTL

Eso chirriaba con los planteamientos del núcleo de asociaciones que acabaría creando Alianza Rural, liderados por la Unión de Criadores y la Real Federación de Caza. Fernando Fernández Such, experto en políticas agrarias y desarrollo rural, candidato de Podemos por Palencia, escribió en febrero en Público que “cinco o seis entidades han tratado por todos los medios de alcanzar posiciones claramente alineadas con la derecha y estaban dispuestas a cabalgar a los lomos de Abascal”.

Podemos se había declarado a favor de "un mundo rural vivo, sostenible y con futuro" los días previos al 3 de marzo. Vox iría a la manifestación "en defensa del mundo rural y sus tradiciones". 

"Usurpan el trabajo"

En diciembre, “plantean la suspensión” de la manifestación las asociaciones que después crearían Alianza Rural a secas, siguiendo su supuesta estrategia de aglutinar la movilización en torno a Vox. “Ya habíamos asumido una serie de compromisos”, dice Carlos Bueno, “habíamos elaborado contenido para que participasen los distintos grupos políticos, le habíamos dado visibilidad en los medios. Para ejecutar la actividad requeríamos de una documentación que había que ir tramitando”.

El resto de colectivos aprueban “seguir adelante”. Es entonces cuando “las seis organizaciones”, enumera el power point, “se apropian del nombre y el logo”, “cambian la ejecutiva y los estatutos”, “usurpan todo el trabajo realizado, la imagen y la trayectoria anterior”. “Sin la aprobación de la Asamblea”, continua el documento, “y sin contar con la opinión del resto de colectivos, asociaciones, y federaciones que componen la Alianza Rural”, la antigua Alianza Rural.

Además, señalan las diapositivas, “prohíben usar todo lo relacionado con Alianza Rural, que ya ha sido registrado por ellos y para ellos a escondidas”. Carlos Bueno lo confirma: “De buenas a primeras, a la hora de legalizar la entidad, la Federación Española de Caza habla con la UCTL –Unión de Criadores del Toro de Lidia–, que no estaba en el nacimiento, y más colectivos. No se aprobó nada en asamblea. Ponen a una nueva directiva sin consultar. Siempre habíamos tenido formas democráticas hasta ese momento. Las formas fueron muy malas. El fondo sí lo comparto, había que darle valor legal a la asociación, pero no así”.

En ese momento, los caminos se dividen. Alianza Rural por un lado y Asociación para el Desarrollo y Defensa del Mundo Rural por otro, se expone. ASDDEMUR tiene el “objetivo prioritario” de unir “a todos los sectores afectados”.

La estrategia oculta

Para ello, hacen memoria de las “mesas sectoriales” organizadas, en las que no participan la Unión de Criadores de Toros de Lidia ni la Real Federación Española de Caza. Las mesas sectoriales tienen el objetivo de concretar "medidas urgentes para salvar al mundo rural". ¿Conseguido? "A los legisladores les ha convencido nuestro rigor, la responsabilidad, la pluralidad y los argumentos", hace balance el documento.

A pesar de las trabas, la manifestación se realizó. “Invitamos a políticos y medios, conseguimos que Podemos se uniera, se leyó un manifiesto, salimos en prensa, se pusieron muchos mimbres como para tirarlos por tierra. El mundo rural no es sólo caza”, dice Carlos Bueno.

Desde entonces, no hay noticias sobre la nueva Alianza Rural que pretendía puentear el proyecto original. Seis meses después, "la estrategia" no se ha hecho "pública", como defendía Carlos Núñez en este periódico. "Se hará poco a poco", dijo en febrero. "Vamos a contar quiénes somos y serán los políticos los que tendrán que contarnos qué van a ofrecer", decía antes del periodo electoral.

Núñez defendía que "una entidad de este tipo debe ser apolítica: está al otro lado del mostrador frente a las administraciones", preguntado por Vox. Alianza Rural tiene un plan de financiación, "fórmulas financieras", para ir "creciendo poco a poco". "Depende de la responsabilidad de todos nosotros para darle a Alianza Rural la vida que necesita".