Un abuelo, en Mallorca, recogió a su nieta, una bebé de diez meses, para llevarla a la guardería. Era verano y hacía un sol de justicia en la isla balear, donde sucedieron los hechos. Allí, el hombre, que entonces estaba a punto de cumplir 56 años, se bajó de su coche y se olvidó de la pequeña. Pasaron las horas. Una, dos, tres...hasta siete horas, cuando el abuelo volvió a su vehículo y encontró a la pequeña muerta. Por ello, este miércoles ha comparecido ante la justicia y aceptó los cargos, por lo que ha sido condenado a un año de prisión por homicidio imprudente.

En la vista oral, celebrada este miércoles en el Juzgado de lo Penal número 4 de Palma de Mallorca, el hombre reconoció su culpabilidad y la Fiscalía y el abogado del abuelo, Miquel Àngel Ordinas, llegaron a un acuerdo.

La jueza, en consecuencia, sentenció al abuelo a un año de prisión pero no deberá entrar en ella a no ser que en los dos próximo años cometa algún tipo de delito. El hombre no tenía antecedentes penales.

Los hechos

Todo empezó cuando este hombre fue a las siete de la mañana del 10 de agosto de 2018 al barrio manacorí de Son Macià, donde residían su hijo, junto a su mujer y la niña que habían tenido tan sólo diez meses antes. El abuelo acudió para recoger a la menor y llevarla a la guardería, que estaba situada a tan sólo diez minutos, según informa el Diario de Mallorca

Un coche precintado. Última hora

Sin embargo, la bebé nunca llegó a la guardería. Su abuelo se despistó y olvidó de que la niña estaba en la sillita infantil perfectamente colocada en los asientes traseros de su vehículo. Y, en vez de ir al centro educativo, aparcó en la Calle s'Hort des Cabrè, situado en el centro de la localidad de Manacor, muy cerca de donde vive el hombre. Según el citado periódico balear, el hombre se tomó un café en un bar y después prosiguió con su obligaciones diarias. No recordaba que había olvidado a su nieta.

La menor seguía en el coche. Y pasaron varias horas. El calor era asfixiante y la falta del ventilación del vehículo -al estar cerrado- produjeron que a mediodía, cinco horas después de que su abuelo la recogiese, la niña falleciese. Le había dando un golpe de calor que provocó un fallo cardiocirculatorio, según reveló la autopsia.

Hasta las cuatro de la tarde

Hasta las cuatro de la tarde nadie se percató de los sucedido. Fue cuando la madre de la menor acudió a la guardería a recoger a su hija y le comunicaron que ese día no había ido. Extrañada, llamó a su marido para preguntarle. No sabía nada. Este llamó, a su vez, a su padre para preguntarle por la niña. El abuelo, en un principio, aseguró que la había dejado en la guardería, según el Diario de Mallorca.

Al refrescar su memoria y percatarse de que eso no había sucedido, bajó corriendo a su vehículo. Y allí estaba la niña, quien había fallecido cuatro horas antes. "Bajé corriendo al coche y al abrilo me percaté de que me había olvidado de mi nieta", reconocía el hombre.

Los sanitarios, rápidamente, se trasladaron al lugar pero nada pudieron hacer por la menor. Su abuelo, entretanto, sufrió una crisis nerviosa por la que tuvo que ser atendido. La Policía lo detuvo y le tomó declaración. Cerradas las pesquisas, la jueza instructora observó que había indicios de criminalidad y la Fiscalía mallorquina le imputó un delito de homicidio imprudente grave.

Este miércoles, se ha conocido la sentencia: un año de prisión. No pisará la cárcel, no obstante, a no ser que cometa otro delito en los dos próximo años, ya que no tenía antecedentes penales.

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