Publicada
Actualizada

Las claves

La pesca, un sector clave en los países del Mediterráneo, se encuentra en una profunda crisis por la limitación de capturas de especies por la Unión Europea, la subida de los costes y la falta de relevo generacional.

Mario Castro es un pescador que lleva cincuenta años faenando en las aguas de la ría de Arousa en Galicia. Ahora, a las puertas de su jubilación, comprueba de primera mano cómo la profesión se está hundiendo.

Explica que históricamente, por el tirón de la venta de marisco y pescado para Navidad, el mes de diciembre era una fiesta para los marineros. Ahora, en cambio, "es un parche". Además, muestra su preocupación por la falta de relevo generacional de una profesión que requiere de muchas horas de trabajo luchando contra viento y marea.

"De esto vivía mucha gente"

De hecho, como se va a jubilar próximamente, ha puesto a la venta su embarcación. Sin embargo, no hay ningún candidato a la compra, un reflejo de la escasa incorporación de las nuevas generaciones. "He puesto a la venta mi barco y nadie pregunta por él", señala ante los micrófonos de los Servicios Informativos de Antena 3.

Y añade: "No te ganas la vida, es muy duro. Y sin relevo esto se acaba. Es muy triste porque de esto vivía mucha gente". En consecuencia, España tendrá que cambiar el modelo productivo y empezar a importar pescado desde otras zonas o aumentar la contratación de trabajadores extranjeros.

La política de sostenibilidad de la Unión Europea, a su vez, ha degradado las condiciones laborales y la facturación de los pescadores españoles.

¿El motivo? Desde los años 80 se ha ido reduciendo la cuota de especies que se pueden pescar en el mar Mediterráneo con el objetivo de proteger a los animales. Asimismo, se ha ido reduciendo paulatinamente el número de días de pesca. De hecho, Bruselas ha propuesto reducir un 65% las jornadas de pesca de arrastre en 2026.

Aumento de los costes

Por otra parte, los costes de producción de los marineros han aumentado considerablemente, en línea con la subida generalizada de los precios en el país, actualmente fijada en el 3%, según datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística.

Esto, sumado a la reducción de las capturas, provoca que se vean obligados a un incremento de los precios del pescado, acarreando una bajada del consumo.