Una piscifactoría.

Una piscifactoría. Europa Press.

Economía

Las 'granjas de gambas' abastecen los mercados ante el temor a que se recorten más las capturas de bacalao y caballa

Tras dar el sorpasso en 2022 a la pesca de captura como principal productora de animales acuáticos, la acuicultura acelera para atender la demanda.

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Las claves

La acuicultura, especialmente las 'granjas de gambas', se ha convertido en el principal motor de abastecimiento de pescado ante posibles recortes en las capturas de bacalao y caballa.

En 2025, la producción acuícola crecerá un 2,7%, superando ampliamente el crecimiento de la pesca tradicional, que solo aumentará un 0,7%.

Diez países, liderados por China, India y Vietnam, concentran casi el 90% de la producción acuícola mundial, generando importantes beneficios económicos.

La divergencia entre pesca y acuicultura también se refleja en los precios: productos de pesca como sardinas y boquerones han subido, mientras el salmón de acuicultura ha bajado de precio por mayor oferta.

El próximo mes de diciembre, volverá una de las citas en Bruselas que más repercusión tiene para España: aquella en el que se acuerdan los totales de capturas para la pesca durante el próximo año. Es una decisión que se toma tras analizar diferentes informes científicos que, en muchas ocasiones, acaban recomendando reducir la actividad para proteger a las especies.

De ahí la tensión con la que armadores y pescadores aguardan el encuentro anual. Este 2025, apunta la FAO, los expertos abogan por recortar aún más la pesca de bacalao y caballa, "lo que hace prever que se recorten las capturas de estas especies", advierte en un informe publicado este mismo mes.

Ante este escenario, la acuicultura está acelerando para garantizar el suministro de pescado. De hecho, este año es el principal motor de crecimiento en el abastecimiento a los mercados de animales acuáticos visto desde enero, remarca el organismo.

Porque el aumento de la producción de acuicultura es del 2,7% en 2025, frente al tímido 0,7% de la pesca. Sigue pues ganando terreno, tras haber dado por primera vez en 2022 el sorpasso a la pesca como principal productora de animales acuáticos.

Es una victoria que mantiene. Este año aporta algo más de 100 millones de toneladas del total de 197 millones de toneladas que llegan a los mercados, y es clave en el acceso a algunas especies.

Un negocio multimillonario... con pocos actores

El emblema es la gamba, especialmente apreciadas en Navidad, aunque no solo. Porque las gambas, recuerda la FAO, son la commodity de mayor valor comercial en este sector y, casualidad o no, la estrella de la acuicultura, hasta el punto de ser percibida esta actividad como 'granjas de gambas'. 

En aras de subirse a ese carro de rentabilidad, este año la acuicultura ha potenciado otras especies de alto valor de forma significativa, como carpas, salmones y bagres. Es un negocio del que se benefician directamente los principales países productores de animales acuáticos en acuicultura, sobre en un contexto de recortes de capturas.

Y pese a su despegue, esa lista la componen aún un pequeño número de países. Diez de ellos —China, Indonesia, India, Vietnam, Bangladesh, Filipinas, Corea del Sur, Noruega, Egipto y Chile— producen casi el 90% del total, según consta en el último monográfico de la FAO dedicado en profundidad a la pesca y acuicultura.

Pocos lo hacen y pocos logran los multimillonarios ingresos que reporta. Este año, por ejemplo, nadie ha mejorado más que Vietnam, que embolsa 1.000 millones de dólares extra en comercio exterior, tras haber mejorado especialmente las exportaciones de langosta viva.

Le sigue Ecuador, con un crecimiento de 900 millones de dólares por haber aumentado ventas al exterior de gambas crudas congeladas y la India, que suma 800 millones adicionales en solo un año por el mismo producto. 

Desfase de precios en pesca y acuicultura

La marcha divergente entre la pesca, con caídas de capturas en algunas especies, y la producción sostenida de la acuicultura se nota además en los precios mundiales del pescado, sometiendo a algunos productos a un yo-yó.

El índice de precios de la FAO recoge estas dos diferentes realidades. Por un lado, los precios mundiales del pescado blanco de captura han aumentado once puntos desde enero, mientras que sardinas, boquerones o pez espada se han disparado 50 puntos por una caída en la disponibilidad.

En el otro extremo, el salmón de acuicultura ha bajado en once puntos su precio al aumentar la producción.