Las claves
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La okupación es un problema que afecta a muchos ciudadanos españoles. Al fin y al cabo, con todo el proceso legal que acarrea, descubrir que una vivienda está okupada es una situación difícil de resolver.
Así, muchos optan por, con tal de librarse del problema y recuperar algo de dinero, poner la propiedad en venta con el okupa residiendo dentro.
Ese fue el caso de Rafael Ostio, un hombre de Marbella que compró una vivienda por la mitad de su valor y, aunque pensaba que la vivienda estaba vacía, en realidad era la segunda residencia de un okupa.
Viviendas okupadas en venta
La okupación en España se ha convertido en un fenómeno social complejo, alimentado por varios factores: el alto precio del alquiler, la falta de oferta de vivienda, la lentitud de la administración pública y la existencia de grupos que se organizan para aprovecharse de la situación.
De tal manera, Rafael Ostio compartió en Y Ahora Sonsoles cómo él, ante el deber de comprarle una vivienda a su hija, decidió adquirir una propiedad en su ciudad, Marbella.
El hombre acabó pagando 210.000 euros en lugar del valor real de la vivienda de 400.000 euros. "Compré una casa para mi hija, porque los precios aquí en Marbella están locos, y compré una casa que me la ofrecieron a mitad de precio", contaba Ostio.
Después de cerrar el proceso de compra, Rafael se aventuró a ver su nueva vivienda para descubrir que estaba okupada. Eso sí, ya tenía advertencias por parte de la propiedad.
"Como me la vendió una inmobiliaria de Madrid, me dijeron que la casa estaba okupada, pero no sabían quién estaba", señalaba Rafael. "Sospeché pero estuve durante cuatro meses tocando la puerta y nadie contestaba. Entendí que era un okupa que se había ido y había dejado la casa. Yo inocentemente compré".
El hombre pensó que la vivienda estaba libre otra vez y la había conseguido a un precio especial...pero no era así.
"Investigué y el okupa no estaba, nunca había nadie. Hasta que me atreví, firmé y cuando llegué, intenté acceder a la casa pero resulta que era un hombre que vive en Luxemburgo y que tiene la casa en Marbella de segunda residencia", afirmaba Ostio.
No obstante, Rafael confiesa no tiene arrepentimiento alguno de haber pagado por la vivienda con el okupa dentro: "Sabía lo que compraba y no me arrepiento porque gracias a Dios mi niña va a poder tener una casa".
Desde entonces, el nuevo propietario sigue luchando por acceder a su propiedad, negociando con su okupa sin éxito y confiando en la justicia.
"Estamos, luchando. Es una casa de vacaciones. El hombre tiene varios coches. Y ahora mismo estoy cerca de la urbanización, el hombre se ha ido de vacaciones pero ha metido a un chico vigilando la casa para que no pueda acceder a ella", narraba Rafael.
"Ahora mismo está okupada. El hombre ha contactado conmigo y me ha pedido dinero pero yo no fomento esto porque si le doy dinero, el hombre se sale y se mete a la casa de enfrente", indicaba.
El problema de la okupación se agrava especialmente por el marco legal. En España, un propietario no puede desalojar por su cuenta a quien ocupa su vivienda, incluso si la okupación es evidente.
Cualquier desalojo requiere una orden judicial y el proceso puede extenderse durante meses o incluso años, especialmente si los okupas alegan situación de vulnerabilidad.
Justo es ese el caso en el que se encuentra Rafael, esperando una respuesta legal a su problema. "Hoy precisamente me han notificado que ya han admitido la demanda y el okupa tiene 10 días para contestar. Seguramente se considerará vulnerable y seguirá", apuntaba.
