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En los últimos años, el mercado inmobiliario en España ha atravesado serias dificultades. Entre los altos precios de la vivienda, las ocupaciones ilegales y la falta de personal para levantar nuevas construcciones, el sector se ha visto limitado.

El problema no radica únicamente en la falta de proyectos inmobiliarios, sino también en la carencia de mano de obra cualificada para llevarlos a cabo. Cada vez resulta más complicado encontrar trabajadores dispuestos a desempeñar este oficio.

La ausencia de relevo generacional ha acentuado la escasez. Para muchos jóvenes españoles la construcción ya no resulta atractiva, por lo que ese notorio hueco lo están cubriendo en gran medida trabajadores inmigrantes.

A día de hoy se estima que cerca del 25% de los albañiles en España son inmigrantes. Es decir, uno de cada cuatro trabajadores en el sector de la construcción son procedentes del extranjero.

Uno de ellos es Sergio, un inmigrante ucraniano que compartió en el podcast Sector Oficios su historia de cómo pasó de ser un peón sin experiencia alguna en la construcción a ser un empresario de éxito en las reformas.

Sergio, albañil ucraniano

Si bien 15 años atrás, Sergio era ayudante de pintor y alzado de paredes, lo cierto es que no tenía gran experiencia en el mundo de la construcción y las reformas. En su lugar, era camionero en su natal Ucrania.

Sin embargo, con el conflicto en su país, Sergio decidió marcharse en 2016 y vio en España su oportunidad para crecer laboralmente. Pusieron como destino Tenerife, hogar de la madre de su esposa.

En su llegada a España, la experiencia no fue nada fácil ya que les tomó varios días alcanzar nuestro país y tuvo que llegar de forma ilegal.

“Dormimos casi en la calle, pues es otra historia", rememora. "Pero bueno, llegamos. Vivimos ahí 7 meses en Tenerife. No tenía ni papeles ni idioma, no tenía ni trabajo porque, claro, la gente no te coge sin papeles. Entonces, yo trabajé con mi suegro ayudando algunas cosas en su trabajo”.

En busca de más oportunidades, decidieron marcharse a Madrid en barco, debido a la situación irregular de Sergio. En la capital tuvo su primer acercamiento al mundo de la albañilería: “Entré en Facebook, había un chico ucraniano que ofrecía trabajo como peón, me ofreció una habitación en su casa, pues dijo, ‘Mira, tenemos oportunidad.’

"Trabajé con él dos meses… Antes pagaban 40 € al día al peón, pues muy poco”, contaba el trabajador. Debido a diferencias con el chico ucraniano, decidió abandonar el puesto de trabajo. Probó suerte en otra segunda empresa, pero tampoco llegó a asentarse.

Cambié a otra empresa, la tercera, como pintor", señalaba Sergio. "Allí empecé, claro, tenía que mentir que soy pintor porque si de otra manera no te cogen… empecé a aprender cómo poner ladrillos, pues muchas cosas. Era también mi paisano".

Su cuarto trabajo como pintor le obligó a aprender a alicatar en un trabajo. A partir de ese momento Sergio vio las reformas como una opción real en la que asentarse. Por eso, con la motivación de su esposa, decidió crear su propia empresa.

“Desde este momento hablamos con mi mujer y ella me motivó a hacer la empresa. Habíamos pensado hacer algo, pero no se veía exacto qué queremos", apuntaba el empresario.

Pero claro, sin experiencia y como emprendedor, no era tan fácil empezar su camino en las reformas: "Tenía en casa una radial, una pequeña, por casualidad, para tener en casa. Entonces, ¿cómo vamos a empezar a hacer reforma si no tenemos nada? Yo no tengo ni experiencia, ni idioma, ni nada".

Por ello, decidió poner su anuncio en Telegram y al poco tiempo le llegó su primer trabajo. "Me llamó un señor y dice, ‘¿Puedes venir?’ Sí, vinimos al barrio de Arturo Soria y es una casa de cuatro plantas, un chalet enorme...".

El trabajo prometía quedarle grande a Sergio, pero su habilidad para afrontar los grandes retos le ayudó a cumplir: "Al final terminamos la casa entera, pero me costó. Porque no sabía ni precios ni muchos trabajos no sabía. Nos llevamos con el primer cliente súper bien y luego había otro vecino, conocimos a él, él tenía inmobiliaria, nos ofreció trabajo, pues empezamos poco a poco avanzando”.

Poco a poco, Sergio empezó a ganar más y más clientes, consiguiendo buena fama por sus trabajos. A día de hoy sigue como jefe de una empresa de reformas con la que ha llegado a tener hasta ocho obras activas y 14 trabajadores contratados.