Jennifer López lleva 11 años trabajando como fontanera. A pesar de su juventud, acumula una sólida experiencia en un sector tradicionalmente masculino y, según reconoce, sigue enfrentándose a prejuicios por ser mujer.
"Hay muchos clientes que se sorprenden al ver a una mujer joven y hay veces que no confían en que lo arreglemos una compañera o yo", afirmó en el programa 'Y Ahora Sonsoles', de Antena 3.
La entrevista, conducida por Sonsoles Ónega, sirvió para visibilizar los obstáculos que aún persisten en algunos oficios considerados 'de hombres'.
Jennifer recordó cómo fueron sus inicios: "Cuando yo empecé, tenía 16 añitos y mi padrastro estaba conmigo enseñándome a soldar y el cliente le dijo: 'Mira esta, qué 'guarrilla'".
Ante ese comentario, su padrastro optó por abandonar el lugar con ella: "Dijo: 'Coge las cosas que nos vamos'".
Actualmente trabaja en una empresa en la que suele formar equipo con otro compañero. "Vamos una mujer y un hombre. Pero luego, la mayoría de veces, sí que es verdad que el compañero se queda abajo y sube la mujer", explicó.
Eso sí, matizó que en trabajos que requieren más fuerza, como instalar un plato de ducha de gran tamaño, actúan en conjunto: "Colocar un plato de ducha de 180 es bastante grande y no podemos solas, así que lo hacemos entre dos".
Sobre la motivación para elegir esta profesión, fue clara: "Yo no me veía, por ejemplo, cocinando. Lo que es ser dependienta no lo desprecio en ningún momento, pero me gustaba otro aspecto: el soldar, el arreglar tuberías".
También habló con humor sobre su nombre, que suele generar comentarios: "Siempre hace la coña todo el mundo, lo eligió mi hermano".
Además de ejercer su oficio, Jennifer participa en iniciativas para fomentar la presencia femenina en el sector.
"El año pasado tuvimos la oportunidad de hacer un evento con 'Brico Depôt', donde enseñamos a unas niñas de aquí, de Madrid, que las mujeres también podemos hacer oficios de hombres", relató.
"Ver a niñas de 15 añitos que les llamaba la atención nos ayudó muchísimo, me sentí muy identificada a su edad", añadió.
Cuando se le preguntó si la fontanería es una profesión dura, respondió que no necesariamente: "Es tener habilidad. Es verdad que un saco de runa pesa, pero si tú sabes cogerlo perfectamente sin hacer tanto esfuerzo, no es tan complicado".
Durante la conversación también salió a relucir el tema económico, un aspecto que generó bastante curiosidad. Aunque Jennifer prefirió no dar detalles, sí se acercó a la presentadora para comentarle al oído cuánto cobra por su trabajo.
La reacción de Sonsoles no pasó desapercibida y dejó entrever que la cifra la sorprendió gratamente: "No te puedo creer, ¡gana una pasta esta niña!", exclamó con asombro, dejando claro que se trata de un empleo muy bien remunerado.
Jennifer López representa una realidad que, aunque cada vez más común, aún sorprende: la presencia de mujeres en oficios tradicionalmente masculinos.
Su testimonio como fontanera no solo rompe estereotipos, sino que también visibiliza la necesidad de seguir abriendo camino en profesiones donde el género nunca debería ser una barrera.
