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Es la pregunta del millón que ya flota en el ambiente: ¿estamos ante una nueva ‘burbuja’ inmobiliaria? Vicenç Hernández Reche, CEO de Tecnotramit, economista y doctor en Psicología Económica, lo tiene muy claro.

Así, y desde su punto de vista, “el mercado está dando señales claras de sobrecalentamiento. Nos estamos acercando peligrosamente a una nueva ‘burbuja’ inmobiliaria”.

A continuación, te contamos los argumentos que esgrime el experto para hacer tales afirmaciones.

Mercado sobrecalentado

Actualmente, el precio medio del metro cuadrado de la vivienda en España supera los 1.850 euros. Es decir, un incremento interanual del 6%. De forma paralela, los salarios no han aumentado en el mismo porcentaje, quedándose alrededor del 3%.

Son datos recogidos por Tecnotramit que ponen sobre la mesa un hecho que conviene ser tenido en cuenta: una parte importante de la población se está quedando fuera del mercado. Lo que agrava la tensión en el acceso a la vivienda.

Para la compañía, los datos reflejan ya “una desconexión preocupante entre el valor real de la vivienda y la capacidad de compra de la población”.

Además, en provincias como Barcelona, Madrid, Málaga o Baleares el esfuerzo financiero medio ya supera el 45% de los ingresos familiares. Es decir, que se da lo que se conoce como vulnerabilidad habitacional.

De ahí que Tecnotramit advierta que, si no hay políticas de estímulo a la oferta asequible, y se favorece la entrada al alquiler, “los efectos de este desequilibrio podrían ser similares a los vividos en la crisis de 2008, aunque con diferencias de fondo”.

Por eso, Hernández Reche cree que “cuando más del 40% de los nuevos compradores destina ya más del 35% de sus ingresos a la vivienda, entramos en una zona de riesgo”.

Y añade: “Si a eso sumamos la falta de oferta estructural y un mercado tensionado, nos estamos acercando peligrosamente a una nueva ‘burbuja’ inmobiliaria que es diferente a la vivida hace escasos años pero con capacidad de generar desequilibrios si no se corrigen a tiempo”.

Según los datos de la compañía, la oferta de vivienda sigue siendo insuficiente. En 2024 se iniciaron 87.000 viviendas, cuando se necesitan al menos 160.000.

Una carencia que está impulsando tanto los precios de compra como de alquiler. Sobre todo en los grandes núcleos urbanos. Fruto de esta situación, se está generando un ‘efecto expulsión’ hacia la periferia.

Todo esto en una situación de tipos de interés atractiva, situándose en torno al 3%. Pero este punto se contrabalancea con unos precios al alza. Y eso se traduce en una traba al acceso a la vivienda por parte de colectivos vulnerables.