Una imagen de El Rocío.

Una imagen de El Rocío. E.P.

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Así es la Virgen del Rocío que procesiona por Carolina del Sur, en Estados Unidos: "Guapa, guapa y guapa"

Desde 2012, una réplica de la Blanca Paloma preside la finca de Coves en Springfield. La talla fue encargada a una tienda de arte sacro madrileña.

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A más de 7.000 kilómetros de la aldea del Rocío, en pleno corazón de Carolina del Sur (Estados Unidos), se celebra una romería que reproduce con fidelidad y fervor el espíritu rociero que cada primavera envuelve a Almonte.

Esta insólita devoción cruzó el Atlántico gracias a la iniciativa de Miguel Coves, un empresario alicantino residente en Estados Unidos que, tras superar una grave enfermedad, prometió construir una ermita dedicada a la Virgen del Rocío si se curaba. Y así lo hizo.

Desde 2012, una réplica de la Blanca Paloma preside la finca de Coves en Springfield. La talla, encargada a una tienda de arte sacro madrileña -El Ángel Arte Sacro-, se aloja en una ermita consagrada.

El establecimiento se encuentra edificado sobre un bloque de piedra caliza de más de cinco toneladas, y contiene incluso reliquias como las que requiere cualquier templo oficial.

El proyecto fue bendecido por el obispo de Charleston y ha contado con el respaldo de la comunidad hispana local, especialmente de aquellos andaluces y latinos que han encontrado en esta devoción un lazo con sus raíces.

Cada mes de junio, esta pequeña aldea rociera estadounidense cobra vida. Allí no faltan trajes de flamenca, sombreros cordobeses, carretas tiradas por caballos de pura raza española ni, por supuesto, las sevillanas y los vivas a la Virgen que culminan con el tradicional "guapa, guapa y guapa".

También tienen el salto a la reja

La romería incluye una misa rociera, el rezo de la salve y una procesión que emula el famoso "salto de la reja", uno de los momentos más icónicos de la celebración en Almonte.

Según relató Miguel Coves en el programa La noche de Adolfo Arjona de COPE, los asistentes llegan desde distintos puntos de Estados Unidos como Miami, Atlanta o Washington, demostrando que la devoción por la Virgen del Rocío no entiende de distancias.

Muchos de ellos no han vivido nunca la experiencia en Andalucía, pero sienten como propia la espiritualidad y la emoción que se genera en torno a esta advocación mariana.

La ermita, construida con elementos que recuerdan a la aldea de Doñana -incluida la característica concha sobre la puerta-, es un lugar de recogimiento espiritual durante todo el año, pero en estas fechas se transforma en un punto de encuentro para los rocieros de ultramar.

"Es como estar en El Rocío, pero a este lado del charco", afirman algunos de los participantes.

El expresidente de la Hermandad Matriz de Almonte, Juan Ignacio Reales, mostró su sorpresa y admiración al conocer esta iniciativa, que considera una forma hermosa de extender la fe rociera más allá de las fronteras andaluzas.

De hecho, Coves ha mantenido contacto con la hermandad almonteña y no descarta que algún año puedan acudir hasta Carolina del Sur para compartir juntos esta experiencia única.

Con esta réplica del Rocío, Estados Unidos no solo importa una tradición, sino que demuestra cómo las raíces culturales y espirituales pueden adaptarse a nuevos entornos sin perder su esencia. "Estáis todos invitados a vivir el Rocío en Estados Unidos. Será un orgullo para nosotros", concluye Coves.

Así, la devoción a la Virgen del Rocío vive también al otro lado del Atlántico. Una romería que une fe, cultura y emoción, y que reafirma que el grito de “¡Guapa, guapa y guapa!” resuena con la misma fuerza, esté donde esté.