Antonio Luque, hostelero de la plaza de El Salvador: "Tenemos que recuperar nuestra Sevilla de toda la vida"

Lleva más de tres décadas trabajando en la hostelería en pleno corazón de Sevilla. Con un negocio ubicado en un enclave tan representativo como el cruce entre la Plaza del Salvador y la calle Argote de Molina, este sevillano conoce al dedillo el pulso de la ciudad y, sobre todo, cómo se transforma en fechas clave como la Semana Santa.

Para él, estos días no solo son una manifestación cultural o religiosa, sino también un motor económico crucial para el sector, que tanto se ha desarrollado en los últimos años.

Desde su experiencia, Antonio Luque, ex presidente de los hosteleros sevillanos, afirma que el sector en la capital atraviesa un momento dulce: "La situación de la hostelería en Sevilla la veo en un momento pletórico, donde somos el motor principal de economía y empleo, con cerca del 13% del PIB de la ciudad".

Antonio Luque en su cafetería de El Salvador.

Especialmente en el centro histórico, donde la oferta se ha diversificado hasta convertirse en un auténtico escaparate gastronómico: "Se puede disfrutar tanto de la taberna de toda la vida, de la tiza en la oreja, de las tapas, de toda la historia… hasta el restaurante de mantel", comenta orgulloso.

Ahora, en Semana Santa, los hosteleros se preparan con antelación para dar respuesta al aumento del turismo y las exigencias logísticas que conlleva. Y es que durante estas fechas no solo se refuerzan las plantillas, sino que también se ajustan horarios y se tienen que adaptar a las normas municipales.

E.P.

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"Siempre nos hace falta tener las normas a seguir con tiempo", señala, subrayando la importancia del diálogo constante con el Consistorio: "Nosotros y el Ayuntamiento siempre tenemos que ir de la mano, siempre tiene que haber mucho diálogo, mucho consenso y mucho sentido común".

Este año, destaca como avance positivo la relajación de ciertas restricciones. Por ejemplo, se ha ampliado una hora más el horario de almuerzos y se han suavizado algunas medidas durante la 'Madrugá': "Los hosteleros sobre todo lo que damos es un servicio, también al cofrade, y le tenemos que poner las cosas fáciles para que puedan salir a madrugar… tomarse un chocolate con churros, una buena tostada, un buen café…".

El hostelero sabe lo que es la Semana Santa de su ciudad.

Sin embargo, esta semana uno de los factores más determinantes para su éxito es, sin duda, el clima. Y es que la lluvia no solo puede aguar las procesiones, sino también las cuentas de bares y restaurantes.

Por esta razón, en estos días los hosteleros no dejan de "mirar al cielo", ya que gran parte de su facturación durante esta gran semana depende del buen tiempo. Y es que "si llueve en Semana Santa es un 50 o 60% menos de facturación", explica el hostelero.

Los bares miran al cielo con preocupación. Istock

Asimismo, Luque también defiende la necesidad de mantener el espíritu tradicional de Sevilla durante estas fiestas: "Tenemos que recuperar nuestra Sevilla de toda la vida, donde a lo largo de la historia siempre ha habido muchísima bulla delante de los pasos".

El conocido hostelero está a favor de reducir el número de vallas y fomentar una convivencia respetuosa, tanto entre vecinos como con los turistas, quienes deben adaptarse a la educación de la ciudad.

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A pesar de las incomodidades que conlleva vivir en el centro, como el ruido o las aglomeraciones, Luque, quien también es vecino de la zona, se considera un auténtico afortunado: "Es un honor haber nacido en el centro de Sevilla y haberme criado en la Plaza del Salvador".

Y es que echando la vista atrás, este empresario recuerda una ciudad oscura y vacía en los años de su infancia, algo que contrasta con satisfacción con la imagen que acostumbra a vivir ahora en su día a día: "Ahora mismo Sevilla, el centro, está lleno de luz, de magia, de felicidad, de gente en la calle".

Además de hostelero es un gran cofrade.

Como vecino y empresario, Antonio Luque quiere mostrar una hostelería que cuida de su ciudad.

Es por ello que lo tiene claro y recuerda que "nos tienen que utilizar como un sector que ayudamos, que servimos y que colaboramos siempre con esta ciudad", dejando claro que se trata de un pilar fundamental para preservar la tradición de la capital.