Torrijas caseras.

Torrijas caseras.

Gastronomía

Ni nata ni azúcar, el ingrediente que incorporan las abuelas andaluzas a las torrijas para darle mucho más sabor

Las abuelas andaluzas suelen hacer las torrijas con recetas tradicionales que han pasado de generación en generación, sin grandes artificios pero con mucho sabor y cariño.

Más información: Ni jamón ni bechamel: el ingrediente de las abuelas andaluzas para dar mucho más sabor a las croquetas

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Las torrijas son un postre típico de España, especialmente ligado a la Semana Santa. Aunque se disfrutan en todo el país, en el sur, sobre todo en Andalucía, tienen una conexión particular.

En Andalucía, las torrijas son un dulce esencial en la Semana Santa, aunque también se pueden degustar en otras épocas del año. Son especialmente populares en ciudades como Sevilla, Córdoba y Málaga, donde forman parte de la tradición repostera de conventos y pastelerías históricas.

Las abuelas andaluzas suelen preparar las torrijas siguiendo recetas tradicionales que se transmiten de generación en generación, sin complicaciones pero con mucho sabor y dedicación. En Andalucía, especialmente en Sevilla y Málaga, la receta más habitual incluye miel en lugar de azúcar y canela.

¿Qué ingrediente añaden las abuelas andaluzas para potenciar el sabor de las torrijas? Las abuelas andaluzas suelen agregar la piel de limón o naranja cuando infusionan la leche, lo que aporta un aroma fresco y distintivo que realza el sabor del postre.

Además, algunas también incorporan un poco de anís dulce o vino dulce (como el de Jerez o Montilla-Moriles) a la leche o al huevo batido para darle un toque más especial y tradicional. En las casas más antiguas, era habitual perfumar las torrijas con canela en rama y clavo para intensificar su sabor.

Si quieres hacer la receta tradicional de torrijas andaluzas con miel (receta al estilo de las abuelas andaluzas), los ingredientes que necesitas son los siguientes:

  • 1 barra de pan del día anterior (puede ser pan de torrijas o pan de pueblo)
  • 1 litro de leche entera
  • 100 g de azúcar
  • 1 rama de canela
  • Piel de un limón (sin la parte blanca)
  • 3-4 huevos
  • Aceite de oliva virgen extra suave (para freír)
  • 200 g de miel
  • 100 ml de agua

Con respecto a los pasos a seguir a la hora de elaborar este dulce tradicional, son los siguientes:

  1. Infusionar la leche: En un cazo, calienta la leche con la rama de canela, la piel de limón y el azúcar.
  2. Cuando empiece a hervir, retira del fuego y deja templar para que la leche coja bien los aromas.
  3. Preparar el pan: Corta el pan en rebanadas gruesas (de unos 2-3 cm).
  4. Empapar las torrijas: Coloca las rebanadas de pan en una fuente honda y vierte la leche infusionada (ya colada) sobre ellas.
  5. Déjalas reposar unos minutos hasta que el pan esté bien empapado pero sin deshacerse.
  6. Rebozar y freír: Bate los huevos en un plato hondo.
  7. Calienta abundante aceite de oliva en una sartén.
  8. Pasa cada torrija por el huevo batido y fríe en el aceite caliente hasta que estén doradas por ambos lados.
  9. Coloca las torrijas sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.
  10. Baño de miel: En un cazo, calienta la miel con el agua para hacerla más líquida.
  11. Baña cada torrija con esta mezcla o bien sumérgelas unos segundos en la miel caliente.
  12. Servir: Se pueden comer templadas o frías, y quedan aún más ricas al día siguiente cuando han absorbido bien la miel.

Otras variantes que hacen las abuelas andaluzas son las siguientes:

  • Torrijas con vino dulce: Se sustituyen parte de la leche o toda por vino dulce de Jerez o Montilla-Moriles.
  • Torrijas sin miel: En algunas casas, en lugar de miel, se espolvorean con azúcar y canela después de freírlas.
  • Torrijas de convento: Más gruesas y jugosas, a veces incluso horneadas después de freírlas para que queden más tiernas.

Con respecto a los orígenes de las torrijas, tienen orígenes medievales y se han documentado en recetarios españoles desde el siglo XV. Originalmente, se asociaban con la Cuaresma y la Semana Santa porque permitían aprovechar el pan duro y proporcionaban un alimento energético en una época en la que se reducía el consumo de carne.

Hoy en día, muchos chefs han reinventado las torrijas, creando versiones más sofisticadas con espumas, cremas, e incluso torrijas caramelizadas al estilo de la crema catalana. Sin embargo, la versión tradicional sigue siendo la más apreciada por los andaluces, especialmente en los hogares y en las pastelerías clásicas.