De guasa y entre broma y chanza. Los protagonistas del tercer capítulo de The Last of Us reflexionan sobre sus personajes y su actuación en una entrevista con EL ESPAÑOL. Nick Offerman y Murray Bartlett, que interpretan a Bill y Frank respectivamente, llegan a la serie postapocalíptica para romper estereotipos y demostrar dos de los puntos fuertes de esta obra: su capacidad de conmover y su diversidad.

Pese al tono trágico del episodio que protagonizan, que tiene guisos de obra maestra, eso no les resta un ápice de humor. Se halagan el uno al otro entre pequeños vaciles. Casi parecen una pareja de verdad, tal y como la que muestra la serie. Hay química. "Este tipo de romanticismo te golpea por dentro", defiende Bartlett: "Es como enviar pequeños cuchillos a tus conductos lagrimales".

El actor de Frank destaca la escritura del guion de Craig Mazin, cocreador de la serie. Alaba cómo transmite la "increíble dulzura del amor que dos personas pueden tener de una forma que se siente auténtica y no demasiado romántica". 

Este relato amoroso tiene lugar en un pueblo abandonado, en el que exclusivamente viven ellos, apartados de una sociedad desgarrada por una pandemia. Sólo se tienen el uno al otro durante casi dos décadas: "Vivimos en privación durante 20 años debido a lo que ha estado sucediendo en el mundo, esa pandemia de hongos", cuenta Offerman en tono jocoso, en referencia al Cordyceps que ha acabado con la humanidad como se la conocía.

Y añade: "No estoy seguro de cuál es el término oficial".

"Creo que eso encaja perfectamente", le contesta Bartlett.

Los momentos

El intérprete de Frank remarca cómo "en este tipo de mundo con mucha oscuridad, también hay destellos de luz como los de este episodio": "Son una parte hermosa de este espectáculo. Estás viendo ese mundo tan intenso y de repente 'oh, dios mío', hay esperanza".

"Estos dos seres humanos se encuentran", relata el actor de Bill, conocido por su papel como Ron Swanson en Parks and Recreation. Su personaje pasa por varias fases mientras conoce a Frank hasta llegar a ver en él una "fuente de pasión".

Bill, un conspiranoico solitario que no se fiaba del resto de seres humanos incluso antes de la pandemia, siente primero "terror" por Frank, alguien mucho más sociable que él. Más adelante se preocupa de que esté "bien" y "a salvo". Y finalmente, y haciendo referencia a una escena muy íntima del episodio, está emocionado por tocarle "una canción con el piano".

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Bartlett se refiere también a la misma secuencia, una de las más impactantes: "Recuerdo filmar la escena en la que mi personaje comienza a tocar una pieza musical en el piano, una maravillosa canción de Linda Ronstadt, y luego Bill toma el relevo. Yo estaba viendo a Bill tocar y respondí emocionalmente, de una forma que parecía estar fuera de mi control. Realmente conecté con la dinámica entre esos dos personajes. Sucedió de manera orgánica".

"Así que, específicamente, estás diciendo que tu musa fue mi voz cantando", le pregunta Offerman.

Bartlett no duda al responderle: "Eres más o menos eso".

Entonces Offerman espeta con sorna: "Si este episodio tiene éxito, es por cómo canto".

Y Bartlett le dobla la apuesta: "Sobre las alas de tu voz".

Según él, hubo varios momentos como la escena del piano en los que gracias a un guion "hermoso" y el trabajo "increíble" de su compañero se daban cuenta de quiénes eran por dentro esos personajes. Al fin y al cabo 16 años dan para mucho, incluso aunque se reflejen en un único episodio. 

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Offerman defiende que en la narrativa del capítulo gran parte de lo que buscan se logra alrededor de la mesa del comedor, en la que ambos comparten conversaciones determinantes. "Ahí es donde todo comienza", manifiesta el actor: "Es donde comienza el cortejo. Cuando Bill le sirve su primera comida a Frank".

Allí es también donde tiene lugar "la transacción con el vino y el trago de mortalidad con las píldoras y se revela que Bill irá con Frank al otro mundo". "Para mí, creo que ese es mi pico romántico favorito en esa historia", sentencia.

"Hay un momento que sobresale", destaca Bartlett, concretando más en una secuencia que define la evolución de los personajes: "A Frank no le está yendo bien y está pintando y Bill entra en el jardín. Y simplemente se toman el uno al otro sin palabras. Y eso dice mucho sobre su conexión y la intensidad de la enfermedad de Frank y la de este mundo".

A su parecer, esto va en consonancia con lo que significa el capítulo, que representa muy bien a la obra en general: "Hay tiempo para el amor y el vínculo y para que todo parezca más leve. Tiene mucho poder, aunque se trate sólo de un momento. Muchos de esos instantes, aunque sean sólo una mirada, van a la esencia de lo que trata este episodio".

"No quiero más preguntas después de esa respuesta", contesta Offerman, haciéndose el enfadado: "Hijo de puta".

Su pareja en la serie le hace una confesión: "Había preparado la contestación"

El actor de Bill, entre risas, se da por vencido: "Has ganado esta ronda".

Una de esas secuencias a las que se refería el actor de Frank se da en forma de una frase que Bill le dice a su pareja: "Nunca tuve miedo antes de que aparecieras". El intérprete de Bill explica que él es "un tremendo romántico", por lo que esa cita tiene un significado especial.

Tras 23 años junto a su esposa y una vida de aventuras, hay algo que marca las decisiones de esa pareja en la vida real: "La respuesta a las preguntas que nos hacemos se basan en nuestro amor mutuo. Por ejemplo, si te llevas todo, todos los bienes materiales y todas las experiencias, si no tienes a alguien con quien volver a casa y a quien amar, ¿qué sentido tiene?".

Para él, la frase de su personaje "aprovecha eso": "Es una gran verdad humana que está en el corazón de tantas buenas narraciones. Es como si no importara si la gente-hongo está ahí fuera. No importa mientras estemos juntos. Y lo superamos juntos". 

Diversidad

Desde el lanzamiento en 2013 de 'The Last of Us', el personaje de Bill se ganó el corazón de los jugadores. Y, por el camino, varios premios por lo bien que se representaba, de manera elegante y natural, a un personaje homosexual. Algo nada común en el sector.

Fue un paso más del estudio responsable, Naughty Dog, a la hora de hacer de la diversidad uno de sus pilares. Algo que los trabajadores de la desarrolladora sintieron como un acierto. Uno de ellos, incluso quiso (y consiguió) entrar a trabajar allí por lo mucho que Bill significó para él.

Ello refuerza la necesidad de que el tema se tratara adecuadamente en este capítulo. Bartlett asevera que cuando lee guiones tiene muchas cosas en cuenta. Entre ellas, "la diversidad, la representación" y "la importancia y la responsabilidad" que conllevan.

Sin embargo, tiene una matización: "Creo que una de las mejores cosas que puedes hacer es, al tiempo que honras eso, sacártelo de la cabeza". Para él, lo importante es que en el guion había "una historia de amor entre dos personas". Y en eso debía "enfocarse" porque en eso consiste la representación. Gracias a eso la inclusión y la diversidad ganan porque, en verdad, "es sólo una conexión entre personas". 

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Opina que el hecho de que Bill y Frank se perciban como personajes que no se cierren en "estereotipos" y lo "inesperado" de la historia son algunas de las mejores cartas del guion.

A Offerman, por su parte, le encantó que se representara a una pareja que, personalmente, no había visto en televisión ni "en la cultura popular". "Si hay dos seres humanos debería estar permitido que se amen entre sí", explica, independientemente de las "plantillas de pareja convencionales". Que no se vea venir que se van a enamorar es algo que también pone en valor el actor.

Según él, en el pueblo donde creció, "conservador", no habrían permitido que esta historia fuera contada "si pudieran votar" sobre ello. Pero "los Bills y los Franks" viven en esas ciudades, condados, estados y en el mundo. Por eso, está muy agradecido de aparecer en el episodio. Ve realmente positivo no ser "sólo parte de la misma vieja narración" sino intentar "pisar un nuevo terreno".

Preguntados sobre si son conscientes de que este capítulo, por sus propios méritos, pueda hacer historia en televisión, los dos actores se sienten halagados:

"Guau. Eso es potente. Es un comentario encantador, gracias", contesta Bartlett.

"Yo sólo me apunté para que me dieran un sándwich", explica en tono de sorna Offerman. Y agrega: "Va a ser un sándwich histórico".

Cuando la cuestión regresa a la diversidad, la respuesta del actor de Frank trae de regreso la solvencia: "Espero que tenga una especie de resonancia universal que sea memorable".

Desde 'White Lotus'

Bartlett ganó el septiembre pasado el Emmy a mejor actor de reparto por White Lottus. Por ello, durante una mesa redonda con medios internacionales en la que estuvo este periódico, le preguntaron sobre las diferencias entre su personaje en dicha serie y en The Last of Us

"¿Contesto yo?, pregunta el actor australiano.

Mientras asiente con la cabeza, Offerman responde:"Creo que está cerrando sus garras sobre ti".

Con el habitual cachondeo entre ambos, Bartlett vacila a su compañero: "¿Cómo fue White Lotus para ti?"

"¿Qué es eso? ¿Una postura sexual?", responde Offerman, resultando vencedor en esa ronda de chistes. 

"Curiosamente, antes de White Lotus, siempre había interpretado personajes más parecidos a mí", afirma Bartlett. Y prosigue: "No siento que haya interpretado un personaje como Frank antes, pero no me resultó desconocido". El intérprete valora actuar en entornos en los que su personaje sea  "vulnerable". Así, se logra que parezca humano. Algo que va en la línea de The Last of Us.

Offerman no deja pasar la oportunidad de tirar de humor: "Hasta ahora, estoy de acuerdo con lo que has dicho".

"Eso es bueno, ¿verdad?", le pregunta Bartlett.

"No quieres ver una de nuestras discusiones", contesta su compañero.

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El encargado de dar vida a Bill dice que es poco "frecuente" que te manden guiones que tengan, como en este caso, "una escritura sublime"."Le pedí a mi esposa que lo leyera porque en realidad no tenía tiempo para ir a hacer este trabajo, pero no podía rechazarlo. Y entonces, cuando lo leí por primera vez vi la sensibilidad de Bill, un tipo silencioso que es muy competente, que se ocupa de las cosas, especialmente cuando tiene a alguien a quien proteger". "Hizo clic para mí", explica.

Para él fue una vivencia inolvidable. Empezó cuando recibió el guion de Mazin. Precisamente, acababa de ver con su esposa White Lotus, y quedaron boquiabiertos. Ya sólo le quedaba por comprobar la química que tendría en pantalla con Bartlett.

Grabar este episodio fue "una experiencia realmente hermosa para los dos", asegura Bartlett. Su "compañero" (así llamaba Bill a Frank en el juego) coincide. Porque sí, hacen una buena pareja.

Y, por si alguien se lo pregunta, Offerman llevó peluca en todas las escenas: "Cualquier pelo por encima del cuello que aparezca en la serie no es mío, es el trabajo artístico del equipo. El cabello de mis hombros hacia abajo, eso somos yo y la madre naturaleza".