Son casi las 10 de la noche del miércoles. Un hombre de mediana edad, calvo, con la cara y el cuello tatuados se presenta en la comisaría de los Mossos d’Esquadra de Bañolas (Gerona). Se llama Miguel Ángel y viene a confesar un asesinato machista. Ha matado a su mujer, Alla Bukanocova, a puñaladas. Los hechos ocurrieron unas horas antes en su domicilio, en la localidad de Mata, perteneciente al término municipal de Porqueras.

El hombre se excusa en que iba drogado, que no sabía lo que hacía. En ese momento es detenido y así permanece hasta ahora. No es la primera vez que le ocurre. Miguel Ángel tenía antecedentes por drogas y robos, y había pasado por la cárcel. Alla, en cambio, tenía un historial impecable. Quienes la conocían confiesan a EL ESPAÑOL que no se explican qué hacía con él. Pero ella no se quejó públicamente de su matrimonio hasta hace unas pocas semanas.

Al día siguiente del asesinato de Alla, otro incidente similar ha tenido lugar en Ibiza. Un hombre y una mujer han aparecido muertos este jueves al precipitarse desde un cuarto piso del hotel Torre del Mar en Platja d'en Bossa. La Policía baraja que podría tratarse de una muerte por violencia de género con posterior suicidio, pero habrá que esperar las conclusiones de la investigación. Hasta el momento, Alla, la letona “cacho de pan”, es la última víctima oficial de la violencia machista.

Limpiar y hacer chuches

Alla tenía 48 años y era natural de Letonia. Llevaba por lo menos “12 o 14” en España. La mujer, conocida y querida por todos, llevaba tanto tiempo en Porqueras que ya era una más. “Hablaba catalán y castellano perfectamente”, recuerda una compañera suya en una gasolinera en la que trabajó, muy cerca del lugar del terrible suceso.

La mujer trabajó ahí durante muchos años y en octubre de 2020 volvió a la gasolinera, donde estuvo hasta enero de este año. En el lugar no recuerdan que sufriera ningún tipo de malos tratos. “Nosotros le preguntábamos porque la pinta del marido era un poco así. Le decíamos: ‘Alla, ¿estás bien? ¿Va todo bien?’ Y ella nos decía siempre que sí”, recuerda una compañera.

En el tiempo que no trabajó en la estación de servicio, Alla también fue limpiadora y hasta pasó por una fábrica de chuches de Haribo. Los que la conocieron en el trabajo dicen que era “alegre, abierta, simpática y hablaba con todo el mundo”. Alla estaba totalmente integrada. Su marido, en cambio, no tenía oficio ni beneficio.

La gasolinera Poste de Mata, donde Alla trabajó durante años. Google Maps

La descripción de la víctima es calcada en los bares y el estanco de la zona. La estanquera que le vendía tabaco cada semana no duda en definirla como “un cacho de pan”, y se deshace en halagos, pese a que no conocía su nombre. Ha tenido que pasar esto para saber que esa mujer, rubia, de pelo corto, profusa en carnes, acento extraño y amplia sonrisa se llamaba Alla.

“Nunca la he visto con moratones, ni triste, ni nada parecido. Nada me hacía pensar esto”, asegura la estanquera a este periódico. No constan denuncias de malos tratos hacia Alla por parte de Miguel Ángel. Sin embargo, una vecina citada por el Diari de Girona cuenta que Alla le confesó hace unas semanas que quería separarse, que no podía más con él. Esto desencadenó la tragedia.

Bronca a mediodía

La pareja comenzó a discutir porque ella le reprochó que no tuviera trabajo y que estuviera enganchado a las drogas, según relató Miguel Ángel a los Mossos y recoge la agencia ACN. La bronca empezó a mediodía en la cocina de su domicilio, ubicado en el número 20 de la calle del Canigó.

Durante la pelea, Miguel Ángel cogió un cuchillo del cajón y la persiguió hasta el comedor. Una vez allí, le asestó la primera puñalada por la espalda. Alla cayó herida al sofá y llegaron las sucesivas puñaladas, en la barriga y en el cuello. Después del crimen, Miguel Ángel salió de casa y estuvo horas dando vueltas, hasta que finalmente se presentó en la citada comisaría y confesó lo que había hecho.

El hombre no tenía claro si la había matado o no, fruto del efecto de las drogas —no se sabe cuáles— que había consumido. Pero cuando los agentes entraron en el domicilio se confirmó la tragedia. Alla llevaba horas muerta, con heridas de arma blanca en todo el cuerpo y desangrada. Miguel Ángel pasó la noche detenido y se ha mostrado colaborador con las autoridades para esclarecer el suceso.

El lugar de los hechos: la calle Canigó 20, en Porqueras (Gerona). EFE

Está previsto que el asesino confeso pase a disposición judicial este viernes o el sábado. El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña ha detallado que Miguel Ángel pasó por la cárcel por robos con violencia e intimidación, y quebrantamiento de medidas cautelares. El hombre, de 45 años, cumplió su pena íntegra y salió de prisión hace cuatro años. Los vecinos consultados creen que Alla le conoció después de salir de la cárcel.

Ayudas económicas

El alcalde de Porqueras, Francesc Castañer, ha precisado que la pareja nunca había recibido atención de los servicios sociales por este tipo de circunstancias. En cambio, ha reconocido que sí lo habían hecho por problemas económicos, tras lo que ha condenado el crimen, ha expresado su respaldo a familiares y amigos de la víctima y ha decretado tres días de duelo en el municipio, a la vez que ha convocado una concentración de repulsa a lo sucedido.

También ha condenado el asesinato la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo: "La sangría no para. Otra mujer asesinada, esta vez en Girona. Toda la sociedad debe alzar su voz e indignación por estos asesinatos machistas. Es intolerable. No caben discrepancias ni matices en la lucha contra la violencia machista".

La presidenta del Senado, Pilar Llop, ha asegurado que esta lucha es "una cuestión de Estado" y que "el machismo criminal no cabe en nuestra democracia". La portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, ha lamentado el nuevo caso de violencia machista y ha abogado por promover políticas reales de igualdad durante una visita a Huelva.

La ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra, ha lamentado desde Avilés que el "repunte" de víctimas de este tipo está dejando semanas "absolutamente negras" en España, por lo que la sociedad tiene que estar "más unida que nunca".

Belarra, que ha trasladado su pésame a los familiares y amigos de la mujer asesinada, ha afirmado que "no caben discursos" que cuestionen la violencia que las mujeres sufren "por el hecho de ser mujeres" y ha subrayado la importancia que tiene la reactivación del Pacto de Estado contra la Violencia Machista para combatir esta lacra.

El gobierno catalán también ha mostrado su pesar por lo sucedido y, a través de un comunicado, ha asegurado que actuará "con toda la diligencia que sea necesaria para hacer frente a estos casos de feminicidios".

Desde que decayó el estado de alarma el pasado 9 de mayo, ocho mujeres y un menor han sido asesinados por violencia de género, un repunte que los expertos asocian al fin de las restricciones sanitarias por la Covid porque los agresores sienten que pierden su control sobre las víctimas. Queda por ver si el incidente ocurrido este jueves en Ibiza también se trata de un asesinato machista. De serlo, serían ya 19 las víctimas, entre mujeres y menores. 

Alla Bukanocova, de 48 años, es la décimo octava víctima de la violencia machista en España desde que comenzó el año. En 2021, también han sido asesinadas Nicoleta Clara, de 41 años; María Teresa Aladro, de 48; Warda, de 28, y su hijo Mohamed, de siete; Betty, de 52; Pilar, de 50; Maria Soledad M. P., de 60; Paula M., de 36; Jordina M.P., de 34; María Cruz, de 48, y su hija Isabel, de 11; María del Carmen M. V., de 46; Alicia P., de 52; Conchi G., de 56; Flora P., de 82, y dos mujeres sin identificar. La serie 'La vida de las víctimas' contabilizó 53 mujeres asesinadas en 2017, 47 en 2018, 55 en 2019 y 43 en 2020.

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