Flora llevaba dos años sin apenas pisar la calle, o sin pisar a secas. La mujer tenía graves problemas de movilidad por una caída y vivía postrada en el sofá. Esto minaba su ánimo poco a poco y le provocaba un gran hartazgo de la vida. Y su marido, Paco, iba detrás de ella. El matrimonio de octogenarios tenía un gran hastío vital.

El pasado domingo, Paco decidió poner fin a eso a puñaladas. El hombre presuntamente acuchilló a su mujer hasta la muerte y luego se intentó suicidar. No lo consiguió y fue trasladado con heridas graves al hospital.

Flora ya figura como la primera víctima oficial de la violencia machista en España en 2021. Sin embargo, el relato de quienes conocían al matrimonio es bien distinto. “Esto no es violencia de género, es desesperación mutua”, se oye comentar en Vallecas, donde sucedió todo. Los vecinos creen que la decisión fue pactada. ¿Estamos ante un crimen machista o un crimen piadoso (si es que tal cosa existe)?

Cuatro puñaladas

Los hechos ocurrieron en la mañana del pasado domingo, día 17. El cuerpo de Flora fue hallado sin vida a las 10:30 horas en su domicilio, en el tercer piso del número 4 de la calle Benadalid (Puente de Vallecas). La mujer tenía varias heridas de arma blanca provocadas por un cuchillo en abdomen y tórax a la altura del corazón. Los médicos solo pudieron confirmar su muerte.

Allí también estaba el marido de Flora, Paco C. G., de 84 años. Presentaba heridas al parecer autoinflingidas en el abdomen. Fue trasladado con pronóstico muy grave al Hospital Gregorio Marañón. El hombre se encuentra hospitalizado en calidad de detenido por el homicidio, según explicaron fuentes policiales a Efe. El caso está en manos del Grupo VI de Homicidios de la Policía Nacional.

El edificio de Vallecas donde vivía el matrimonio. J.S.

Las primera informaciones del suceso indicaban que el matrimonio llevaba días sin ser visto. “Eso es mentira, una vecina estuvo con ellos hasta las tres de la mañana”, explica Purificación, vecina del matrimonio. “Yo estuve con Paco el miércoles y me decía que estaba muy cansado ya…”, asegura Pablo, vecino del bloque de enfrente. Todos los vecinos consultados por EL ESPAÑOL hablan de un matrimonio “ejemplar”.

“Esto de violencia machista no tiene nada”. La misma opinión tienen las vecinas del segundo, el piso que está debajo del lugar del suceso. Este lunes, solo se hablaba de una cosa en el rellano.

“Esto es desesperación mutua”, afirma una de las mujeres. “Nadie les hacía ni caso. Llamaban a una ambulancia o al médico y tardaban horas”. Todo el corrillo asiente. Los únicos que se ocupaban ya de ellos eran sus propios vecinos, aunque el matrimonio tenía dos hijos. “Los hijos, venían lo que podían, pero claro…”.

Un pueblo de Cáceres

Laura Plaza de la Flor, más conocida como Flora, nació hace 82 años en el municipio cacereño de Madrigal de la Vera. Ella y Paco salieron hace más de 50 años de allí, pero el suceso ha llegado a comentarse en las calles del pueblo, según explica Urbano Plaza, el alcalde, a este periódico. "Nos hemos quedado sorprendidos", explica Plaza. "El hombre trataba a la mujer como una reina". Lo sabe porque Flora y Paco pasaban los veranos allí. "No es normal. No me cuadra que una persona de 80 y pico haga eso". 

El matrimonio tenía una casa en la calle Cañería Nueva, en el "17 o 18", recuerda de memoria el alcalde. La primera caída de Flora fue, precisamente, en el pueblo. El verano de hace dos años y a las puertas de casa de su hermana, Flora se partió la pierna. 

Cuando Flora y Paco salieron de Madrigal se instalaron en el barrio obrero de Madrid por excelencia: Vallecas. Durante toda su adultez el matrimonio vivió allí, de manera “ejemplar”. Él era “un caballero”, asegura una vecina mientras charla con Purificación por la ventana. “Voy al súper, ¿quieres algo?”, cambia de tema. Al rato volverá con una barra de pan para su vecina.

Esa misma camaradería de barrio obrero y envejecido era el sustento emocional de Flora y Paco. Los vecinos pasaban a menudo por su casa para que la mujer no estuviera sola. En un tercero sin ascensor —y siendo una mujer “gruesa” y lesionada—, bajar a la calle no era una opción. “Se cayó tres veces. Se rompió la cadera o algo de la pierna”.

Los vecinos consultados por este periódico, siete en total, coinciden en que lo sucedido el domingo tuvo que ser pactado entre Flora y Paco. “Tú me matas y luego te matas”, resume una de las vecinas del segundo piso. Pero Paco no consiguió consumar su suicidio y ahora permanece ingresado en el Gregorio Marañón y acusado de asesinato.

La calle Benadalid (Madrid), este lunes. J.S.

La ley dice...

Penalmente, este caso es violencia machista, tal como explica la psicóloga y experta en maltrato María Gomis. Pero, moralmente, ¿puede tratarse de un crimen piadoso? “Habitual no es, pero se da”, explica Gomis. “Me acuerdo de un crimen en Galicia hace muchos años. El hombre tenía 80 y pico años y la mujer tenía alzheimer. Al marido de diagnosticaron un cáncer, entonces pensó: ‘Si yo me pongo malísimo, ya no puedo cuidar de mi mujer. Lo mejor es que acabemos los dos’. Y la mató a hachazos, porque no tenía otro medio el hombre. Y luego él se pegó un hachazo también”.

“Según la ley, es un crimen machista, porque es un hombre que mata a su mujer. Cumple todos los requisitos de violencia machista. Pero a esas edades ya se han dado casos como esos, de desesperación. Hay varios casos al año que son así”, asegura la psicóloga valenciana.

Ahora una juez deberá dilucidar si, efectivamente, la muerte de Flora fue pactada o la decisión la tomó solo Paco. “Habrá que ver el estado mental de la mujer”, dice Gomis. Los vecinos aseguran que Flora estaba perfectamente lúcida y sin un solo problema mental. Su problema estaba en su movilidad y, por tanto, en la soledad, un mal endémico de los mayores españoles.

Flora ya figura como la primera víctima de violencia machista en España en 2021 y como la segunda muerte violenta en la Comunidad de Madrid. La primera fue el homicidio el pasado viernes de madrugada de un hombre en el distrito de Latina tras una pelea.

Laura Plaza de la Flor es la primera mujer asesinada por su pareja o su expareja desde que comenzó el año. La serie 'La vida de las víctimas' contabilizó 53 mujeres asesinadas en 2017, 47 en 2018, 55 en 2019 y 43 en 2020.

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