Andros Lozano David Palomo

La Guardia Civil, en la mayor operación contra el blanqueo de capitales procedente del narcotráfico en el Campo de Gibraltar, ha detenido a 71 personas a las que se sumarán algunas más próximamente; ha intervenido 150 vehículos –valorados en más de un millón de euros– y 60 inmuebles con un coste de 16 millones de euros en el mercado; ha bloqueado 200 cuentas bancarias e intervenido 550.000 euros en efectivo.

En total, el dinero blanqueado por los investigados asciende a 35 millones de euros. Una cantidad nada despreciable –ya quisieran muchos contar legalmente con una mínima parte del botín en el banco– que, sin embargo, compaginaban con ayudas del Estado. Muchos de los detenidos habían pedido –y cobraban– el paro, el ingreso mínimo vital o la ayuda de 426 euros para parados de larga duración. Es decir, pedían subvenciones al Estado desde lujosos chalets, con coches de alta gama en el garaje y sin ninguna necesidad, según fuentes consultadas por EL ESPAÑOL.

La Guardia Civil culmina así una operación que inició en otoño de 2018, cuando los investigadores pudieron constatar que en una urbanización de la localidad de La Línea de la Concepción, la llamada Villa narco, residían varios de los principales traficantes más importantes de la zona. Allí, en la finca ‘la Piruleta’, como la conocen algunos guardias civiles, se fueron instalando diferentes familias enriquecidas por el lucrativo negocio de las drogas.

Piscina de la mansión de Gareth Mauro en 'Villa narco', durante el operativo desplegado por la Guardia Civil. EE

En la urbanización se fueron instalando, poco a poco a poco, Kiko ‘el Fuerte’; Darren, hijo de Francisco Tejón, uno de los dos hermanos del clan de ‘los Castañas’; José Antonio Cortés Merino, exfutbolista de Segunda B y líder de ‘los Futbolistas’, Gareth Mauro o Jesús ‘el Pantoja’. Allí, ellos, en su particular Sotogrande, instalaron un portón principal que regulaba las entradas y salidas de los vecinos y sus acompañantes. Y allí, también, celebraban desde barbacoas nocturnas a fiestas a deshoras.

Registros

Pues bien, en ese entorno idílico, la Guardia Civil, durante este tiempo, ha ido realizando registros domiciliarios en diferentes operaciones relacionadas con el narcotráfico. ¿Los motivos? Por un lado, las viviendas no constaban en ningún registro y se valían de las empresas pantalla para ocultar su verdadera titularidad; y por otro lado, el coste de construcción y mantenimiento de era incompatible con con los ingresos y rentas declaradas por sus moradores. La mayoría de ellos, jefes de las principales organizaciones dedicadas al tráfico de hachís en la Línea.

Gareth Mauro (segundo por la izquierda) y su hermano Dylan (primero por la izquierda), durante una celebración. EE

Muchos de estos moradores, además, como se ha constatado fruto de esta operación, cobraban ayudas del Estado como el paro o habían pedido el ingreso mínimo vital. Y, mientras, blanqueaban dinero fruto del negocio del hachís: 35.050.900 euros exactamente, lo que llevó a la Guardia Civil a proceder al registro domiciliario de 28 viviendas –19 de ellas en la urbanización de El Zabal.

Entre los detenidos, cinco son gibraltareños y pertenecen a la banda de ‘Mauro Gareth’, el único gran narcotraficante que queda por detener el el Campo, prófugo de la justicia española y de la gibraltareña, escondido en el norte de Marruecos, según confirmaron fuentes de la lucha contra el tráfico de drogas a EL ESPAÑOL.

En concreto, Gareth Mauro tiene abiertos varios procedimientos judiciales en España por tráfico de drogas, blanqueo de capitales y pertenencia a organización criminal, entre otros delitos. Pero, hasta el momento, sigue oculto, “viviendo a todo tren al otro lado del Estrecho”, pero “anhelando la tierra en la que creció e hizo fortuna”, donde, por cierto, desde uno de esos chalets de lujo, tenía bañado en oro parte de su servicio. 

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