El sábado 16 de abril de 2016, Juan Manuel Reyes Macías llevó del brazo hasta el altar a su hermana Ana. La boda de la niña, como él la llama, iba a ser sonada en La Línea de la Concepción (Cádiz). Con sus padres muertos, era su hermano quien ejercía de padrino y el que le iba a regalar el posterior convite. La prometida llegó a la iglesia en carroza, con corte de acompañantes y luciendo un casi interminable velo. Luego, durante la fiesta, habría carros de marisco, limusinas y actuaciones del bailaor Farruquito o del cantaor Parrita. Una celebración que se alargó durante 18 horas y en la que no se escatimó ni un euro. 

Pero este miércoles, cuatro años y tres meses después de aquella boda, la Guardia Civil fue quien condujo, no al altar pero sí al calabozo, a más de una treintena de miembros de la banda de narcotraficantes que presuntamente colidera Juan Manuel Reyes Macías, apodado 'el Potito'. La Guardia Civil ha activado la orden policial de busca y captura del presunto narco y la ha solicitado al juzgado que instruye el caso. 

“Él fue quien pagó aquella sonada boda de la hermana”, explica una fuente que ha participado en la gestión del operativo para desmantelar a su organización. En él actuaron alrededor de 300 agentes del Instituto Armado. 

Los investigadores se incautaron de alrededor de 10 toneladas de hachís, lanchas semirrígidas dedicadas al transporte de droga (las denominadas gomas), coches robados y miles de litros de combustible, entre otros bienes. También se registró un astillero clandestino, donde se intervino una embarcación. 

Boda de la hermana del presunto narcotraficante apodado 'el Potito'.

Las fuentes consultadas explican que 'el Potito', quien pertenece a una familia linense de etnia gitana a la que se le conoce como 'los Ramones', “está aliado” con Jesús 'el Pantoja', detenido la semana pasada en Chiclana de la Frontera (Cádiz), y con José Antonio Cortés Merino, líder del conocido como el ‘clan de los Futbolistas’ y en libertad con cargos desde la primavera de 2019 tras un breve paso por prisión.

A ambos se les imputará también por su presunta implicación en el procedimiento que permitió el operativo de este miércoles, el cual se encuentra bajo secreto de sumario. La causa se instruye en el Juzgado número 2 de Chiclana.  

Según las citadas fuentes expertas en la lucha contra el narcotráfico “el Potito, el Pantoja y el Futbolista son la cúpula de la organización” a la que la Guardia Civil asestó ayer un importante golpe a su capacidad logística, a su estructura jerárquica y a su canal de distribución de la droga.  

"Dejadnos comer ya"

A lo largo de las diversas fases de la operación, iniciada con anterioridad en días precedentes, han participado agentes del Centro de Concentración contra el Narcotráfico (CCON Sur), el Órgano de Coordinación contra el Narcotráfico (OCON Sur) o el Grupo de Acción Rápida (GAR), entre otros cuerpos de las comandancias de Algeciras, Huelva, Cádiz y Málaga.

El OCON Sur, desplegado sobre el terreno y compuesto por unos 90 agentes, se está mostrando sumamente efectivo en la lucha contra los distintos clanes de traficantes que operan, principalmente, en la provincia de Cádiz. 

Coordinado con el CCON Sur, el cerebro de los operativos, el OCON Sur consigue incautarse de 20 toneladas de hachís de media al mes y ha podido debilitar notablemente a numerosas organizaciones de narcos andaluzas en los dos últimos años.

Fruto de esa presión policial, 11 personas ingresaron ayer en prisión por blanqueo de capitales. Fueron detenidas por la Guardia Civil este pasado lunes, cuando 450 agentes irrumpieron en una urbanización a las afueras de La Línea conocida como 'Villa Narco'. Hace unos días, un arrestado en otro operativo le pedía a un alto mando del OCON que se marchara de Andalucía. “Dejadnos comer ya”, le suplicó.

Salvo que se fugue a Marruecos siguiendo el ejemplo de otros narcos como Abdellah El Haj, apodado ‘el Messi del hachís’, o Kiko ‘el Fuerte’, José ‘el Potito’ “también caerá”, explican desde la Guardia Civil. “Es cuestión de tiempo”. 

En el convite se pudieron degustar centenares de kilos de marisco servidos en carros como el de la imagen. EE

La boda: cinco fotógrafos, cigalas, 400 invitados

El día de su boda, Ana llegó a la Iglesia de la Inmaculada vistiendo de un blanco impoluto y agarrada del brazo izquierdo de su hermano Juan Manuel. 'El Potito' lucía un traje gris con estampados y una flor lisiantus en la solapa de la chaqueta. El padrino de la novia se apoyaba sobre un bastón aterciopelado.

Los novios, Ana y José Luis, dos veinteañeros, lo habían anunciado a bombo y platillo. En la invitación que enviaron a sus 400 invitados se decía: "La gran boda del siglo". El enlace se celebró entre el asombro de los vecinos de una ciudad que por ese tiempo tenía un 46% de paro, la segunda con mayor porcentaje de población desempleada del país.

Las fotos del enlace comenzaron a correr como la pólvora por las redes sociales. Algunos vecinos de La Línea que vieron llegar a la novia hasta la iglesia en una carroza empujada por un todoterreno grabaron vídeos para inmortalizar el momento.

Algunos invitados llegaron en limusinas. Ana iba acompañada de un séquito de mujeres que le ayudaban a trasladar la interminable y pesada cola de su vestido. Por aquel tiempo se dijo que los tíos de ella y la familia de él quisieron darle la boda que siempre imaginó. Pero la mayor parte de los gastos corrieron del bolsillo del padrino de Ana.

A las tres de la tarde arrancó un convite que se celebró en la elitista Hacienda Almoguera, en Los Barrios (Cádiz), y que no tocó a su fin hasta las nueve de la mañana del domingo. Dieciocho horas de baile, cante y disfrute. Los invitados, distribuidos en 32 mesas, disfrutaron de kilos y kilos de gamba blanca, mejillones, cigalas… 

Los novios contrataron un equipo de cinco fotógrafos. Durante la fiesta contaron con la actuación, entre otros, de Farruquito, del grupo Los Sinaí y del cantaor Parrita. La novia se cambió de ropa en cinco ocasiones.

La pareja de novios recién casados, junto a 'el Potito' (segundo por la derecha). EE

Este periodista contactó en su día con varios familiares de los novios. Se mostraron molestos con determinadas imágenes que circulaban por Facebook. En ellas aparecían la novia y su corte sobre una lancha como las que hacen la travesía entre Marruecos y España cargadas de fardos de hachís. 

Fernando, un miembro de la familia de la novia, explicó a EL ESPAÑOL: "Somos gente trabajadora, nada más". "¿Y a qué se dedican?”, preguntó el reportero. No hubo respuesta. Cuatro años después, la Guardia Civil sí parece haberla encontrado.

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