Huelva

La hija de María del Carmen Magro la despertó sobresaltada unos minutos después de las 7.30 de la mañana de este pasado martes. Era 8 de enero.

- Mamá, hay fuego en el edificio de enfrente. Mira a los vecinos gritando- dijo la niña a su madre.  

Como el resto de España, ese día Huelva volvía a la rutina tras el período navideño. Pero un incendio desatado en un cuarto piso de 65 metros cuadrados en la humilde barriada La Hispanidad iba a dejar conmocionada a la ciudad durante varios días. Murieron dos hermanos, mientras que la madre de ambos y el hijo recién nacido de una de las víctimas se encuentran hospitalizados. 

Tras escuchar a su hija, María del Carmen de inmediato se asomó por la ventana de su cocina, desde donde divisa el edificio en el que se había originado el incendio. Vio cómo tres personas, entre ellas un bebé de dos años, se asomaban al alféizar de un ventanal pidiendo auxilio a gritos.

Estaban envueltas por un espeso humo negro. Poco a poco, los cristales fueron estallando. En ese momento, dentro del inmueble había ocho personas más. 

"Les dije que cogieran ropa del tendedero y se la pusieran en la cara", recuerda un día después del incendio la propia María del Carmen. La señora atiende al reportero de EL ESPAÑOL en la cocina desde la que alertó a Emergencias 112. 

María del Carmen Magro señala desde la ventana de su cocina el inmueble que sufrió el incendio. A L

María del Carmen llamó a las 7.40 de la mañana. Seis minutos después, desde el 112 la llamaron a ella. “Me decían que los bomberos ya estaban en camino. Me pidieron que calmara a la familia del piso incendiado. Y eso intenté”. 

Según el testimonio de la señora, los bomberos llegaron “sobre las 7.51 horas o así”, 11 minutos después de su llamada de alerta. Dicho cuerpo asegura que sus efectivos llegaron a las 7.46.

"Decía que se tiraba con el niño"

Sea como fuere, se trató de un tiempo de agonía para María del Carmen, aunque lo fue aún más para las tres personas que veía desde la ventana de su casa. Finalmente, las tres salvaron la vida.

“El chico [Óscar] estaba con una cuñada. Él llevaba un bebé encima. Era su propio hijo, el mayor. El otro apenas tiene un par de semanas. El resto de la familia estaba dentro de casa. Me decían a gritos que estaba a punto de quemarse la puerta de esa habitación y que las llamas ya iban a entrar. Intenté calmarlos, pero él decía que se tiraba con el niño. Suerte que no lo hizo”, relata María del Carmen.

En el incendio murieron dos personas. Eran hermanos: Noelia, de 25 años, que era la novia de Óscar, y Juan Manuel, de 15. La Policía Nacional, que ha abierto una investigación en coordinación con el Juzgado de Instrucción número 5 de Huelva, piensa que un brasero de una mesa camilla ubicada en el comedor del inmueble incendió la enagua que la cubría.

En la vivienda, ubicada en la calle Salvador Rueda de Huelva, se encontraban en ese momento 11 personas: Lola, de 50 años, tres hijos -dos de ellos, muertos-, tres nietos -de dos años, nueve meses y un par de semanas-, su yerno, sus dos hermanas y una sobrina.

El marido de Lola, pescador, había salido de la casa a las 5.30 de la madrugada para realizar labores de mantenimiento al barco en el que faena durante períodos de 15 a 20 días en caladeros de aguas de Portugal. Como ahora mismo está vigente un período de dos meses de parada biológica, el hombre hacía trabajos en tierra. 

En total, en el inmueble incendiado pasaron la noche 12 personas. El fuego acabó propagándose por toda la casa. Los bomberos no pudieron rescatar con vida a dos de sus ocupantes. La casa estaba alquilada. La familia llevaba en ella desde el pasado verano, cuando se mudaron desde su anterior residencia, una vivienda en la barriada onubense de La Orden. 

Cordón policial en la puerta de entrada al inmueble incendiado. A L

Lola, la madre de las dos víctimas mortales, continúa en estado grave pero estable en la Unidad de Quemados del hospital sevillano Virgen del Rocío. El recién nacido se encuentra ingresado en el Juan Ramón Jiménez de Huelva. Es uno de los dos hijos de Noelia y de Óscar.

El abuelo paterno de los niños, Juan Manuel Gómez, explicaba este miércoles al periodista que el niño “parece que está respirando algo mejor y los médicos son optimistas”.

Noelia, una de las dos víctimas mortales, ya había sido madre en dos ocasiones. La primera, hace dos años. La segunda, el pasado 22 de diciembre. Ahora, su bebé se debate entre la vida y la muerte. La joven, al igual que su novio, tenía una discapacidad intelectual. Ninguno de los dos trabajaba. Sin ella, él tendrá que hacerse cargo de los dos menores con la ayuda de su suegro y de su suegra, si esta logra salir adelante.

Este miércoles, el obispo de Huelva, José Vilaplana, ofició la misa funeral en la parroquia del barrio La Hispanidad. Óscar, el chico que pedía ayuda a María del Carmen desde el alféizar de una ventana mientras sostenía a su hijo mayor en brazos, asistió al sepelio dejando ver las secuelas que el incendio ha dejado en su cuerpo. Caminaba apoyado en una muleta metálica y llevaba vendas en el cuello y en la oreja derecha. Alrededor de 200 personas acompañaron a la familia de los fallecidos en su despedida.

Lola, la madre de las dos víctimas, no pudo asistir. Los médicos tratan de salvarle la vida pese a que tiene gran parte del cuerpo con quemaduras. En su barrio, donde hablan maravillas de ella, los vecinos cuentan que la mujer cobijó entre sus brazos y su torso a sus dos nietos menores. A uno, seguro, le salvó la vida. Al otro quizás también.

Funeral de los dos hermanos fallecidos al incendiarse su casa en Huelva

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