Raúl, más conocido como Anónimo García (39 años), ha sido condenado a un año y medio de prisión tras haber creado en diciembre de 2018 la página web en la que se publicitaba el falso Tour de la Manada. En la página, hacía un recorrido por las calles de Pamplona que siguieron los cinco sevillanos condenados por un delito sexual grupal en los Sanfermines de 2016. 

Vecino de Madrid, Raúl ha sido condenado por el Juzgado de lo Penal número 1 de Pamplona. En contra de lo defendido por el Ministerio Fiscal, que ha pedido su absolución, la juez ha considerado a Raúl autor de un delito contra la integridad moral y le obliga a indemnizar a la víctima con 15.000 euros por el daño moral que le ha causado. 

Según comentó el propio protagonista, él no creó la web ni para ganar dinero ni para explorar un posible negocio, sino para retratar a los medios de comunicación entre la fina ironía y la indignación. Lanzó el cebo y las radios, televisiones y periódicos se hicieron eco de la noticia. Pocos comprobaron si lo que se proponía era verdad (o mentira). Consiguió su objetivo. Se ‘quedó’ con todos. Lo que no creía es que, pasados unos meses, el juez viera indicios para llevarlo al banquillo por un presunto delito contra la integridad moral por considerar su anuncio un trato “vejatorio para la víctima”

En la sentencia, que podrá ser recurrida, la titular del juzgado ha considerado que la web agravó el trastorno de estrés postraumático crónico que sufre la víctima de 'la Manada' de Pamplona. Según la sentencia, la joven tuvo que volver a consumir medicamentos para tratar su trastorno

El experimento de Raúl

Según dijo él mismo al enterarse de que le habían citado a juicio, Raúl jamás creyó que su ‘experimento’ fuera a llegar tan lejos. Anónimo García ya había llevado a cabo iniciativas parecidas a través de Homo Velamine, una web (colectivo) creada por él para “luchar contra el cuñadismo”. ¿De qué forma? Retratando, junto a otros compañeros, a la sociedad (políticos y periodistas) mediante los llamados “actos ultrarracionales”, siempre irreverentes, provocativos e irónicos. Por ejemplo, acudiendo con una bandera de España a la manifestación por la independencia de Cataluña. O creando noticias falsas. O 'disfrazados' a la manifestación por la unidad de España convocada por PP, Ciudadanos y Vox. O acampando en Sol a favor del Gobierno. O muchas otras cosas. 

Ese ‘activismo’, entre hilarante y ejemplificador, lo ha cultivado desde 2017, cuando creó Homo Velamine, la última pata de sus muchas actividades. Anónimo García, graduado en Diseño Gráfico en el London College of Communication y en Comunicación Audiovisual por la Universitat Oberta de Cataluña -según cuenta en su perfil-, lleva años moviéndose en diferentes ámbitos.

Trabajó, durante más de cinco años, en el departamento de comunicación de una multinacional y ha formado parte de diferentes organizaciones sin ánimo de lucro y diversos proyectos culturales. Gestiona, además, junto a otro compañero, una plataforma de talleres de comunicación e imparte charlas en diferentes universidades. 

Anónimo García, durante un acto ultrarracionalista.

El 'Tour de la Manada'

Todo eso, creado y desarrollado sin gloria mediática, alcanzó su culmen al lanzar el 3 de diciembre una página en el que se ofertaba hacer el mismo camino que 'la Manada' en los Sanfermines de 2016. Pocas horas después, muchos periódicos –sin comprobar su veracidad– difundían la noticia. Mantuvieron la ‘broma’ hasta el día de la resolución y, entonces, desmintieron el tour. “Cambiamos la web para incluir los pantallazos de la impresionante cobertura mediática, además de una reflexión sobre la desinformación. Ningún medio recogió esta nueva versión de la web”, escribían en un post en Homo Velamine. 

Entre las cosas que reprochaban a los medios: lanzarse “como hienas a cualquier cadáver” y creerse, por ejemplo, “la cosa más grotesca que alguien se puede imaginar: una calcomanía con el tatuaje de El Prenda”, reseñaban en Homo Velamine. Pero también, por ejemplo, que los acusaran de lucrarse cuando el Tour aparecía como gratuito. Nada que, pensaran, fuera a ir a más. Aquello, intuían, se quedaría en una anécdota. Sin embargo, no ha sido así. 

Anónimo García tuvo que comparecer ante el juez el pasado 15 de marzo. A la vista, fue acompañado por el colectivo de Homo Velamine, que se presentó en la puerta con pancartas de #FreeAno, en lo que él tituló, contando su experiencia, como ‘El juicio de Mortadelo y Filemón’. “No sabía si echarme a temblar o a reír, que son dos sensaciones que produce enfrentarse al buromundo cañí”, empezaba a escribir. Y, seguidamente, contaba su experiencia. 

Anónimo García pide libertad.

La vista, según contaba, duró tan solo cinco minutos. Lo relató así: “El juez me hizo solo tres preguntas. La primera, si yo era yo. Sí. La segunda, si sabía de qué se me acusaba. Sí, de “banalización”, aunque es algo bastante vago y desacertado, respondí más o menos. La tercera, si admitía que había sido yo quien había difundido la web. No, le dije, yo sólo la creé, de difundirla se encargaron los medios de comunicación, que hicieron de forma excelente junto a anuncios de El Corte Inglés y Audi. Luego invitó a preguntarme a mi “letrado”, que tuvo que buscarse como pudo asiento cerca de mí. Me hizo tres preguntas para reforzar nuestra posición”. 

Pensó, entonces, que todo había acabado. Sin embargo, no ha sido así. La broma le ha salido cara. La magistrada ha considerado que, con la web, Raúl infligió "un sufrimiento adicional importantísimo", y "cosificaba la figura de la víctima" menoscabando "gravemente su integridad moral".

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