Aquel día, 31 de agosto de 2017, el gaditano Diego Jesús Flor corría a un distancia de unos dos metros por detrás de Alberto Contador. El escalador español se había escapado durante la ascensión al puerto malagueño de El Torcal y era cabeza de carrera. Diego, al que le apasiona la bicicleta desde niño y es aficionado al ciclismo amateur, esperaba el paso de los corredores junto a varios amigos y a su hermana en una de las curvas de la montaña. Cuando Contador pasó cerca de donde se encontraban, Diego empezó a animarlo siguiendo su estela a una distancia prudencial. “Sin molestar al corredor ni agobiarlo”, explica.

Pero la carrera fervorosa de Diego terminó de forma abrupta. Un guardia civil del dispositivo de seguridad de aquella Vuelta a España le dio un fuerte empujón que lo trasladó desde el lado izquierdo de la carretera hasta la cuneta derecha, donde se estampó contra el asfalto.

Con su caída provocó también la de las dos personas que iban a bordo de una moto de asistencia de la carrera. El ciclomotor, de gran peso, pasó por encima de las piernas de Diego y cayó a la carretera. Diego, tras acudir al hospital por heridas que resultaron leves, denunció los hechos. Tenía claro que el agente se había excedido.

“Fue un ejemplo de autoridad absoluto”, asegura Diego Jesús Flor, de 43 años y a quien la justicia se le ha vuelto en contra. Una jueza ha archivado el caso porque considera que la actuación del guardia civil “no fue en modo alguno dolosa”. Además, la subdelegación del Gobierno en Málaga le ha impuesto una multa de 3001 euros que, por impago, ha crecido hasta los 3.600 a causa de los intereses. 

“Esto se ha convertido en una pesadilla. Tengo embargada la cuenta del banco”, explica Diego, que reside en Arcos de la Frontera (Cádiz), trabaja en una empresa de abastecimiento de buques y es monitor de niños en una escuela de ciclismo en Chiclana.

“En noviembre del año pasado me cobraron 940 euros de la multa. Yo no pagué porque había presentado un escrito a la subdelegación. Pero nadie me ha contestado. A eso se suma que la jueza, en vez de considerarme a mí la víctima, me ve como el culpable. No tiene sentido cuando las imágenes demuestran que yo no estaba haciendo nada fuera de lo normal. Amo el ciclismo y soy respetuoso con los ciclistas”.

Las imágenes del ‘vuelo’ de Diego fueron tema de broma y debate en las redes sociales durante aquel día. En Youtube todavía pueden verse. En alguno de los canales que las subieron tienen más de 40.000 visualizaciones. La escena apareció en informativos de televisión españoles y extranjeros. No se entendía la actuación del guardia civil con aquel aficionado.

Imágenes del empujón de un guardia civil a Diego Jesús Flor.

"Nunca pidió perdón"

Tras recibir el empujón, Diego Jesús se quedó conmocionado durante unos segundos. Según cuenta él mismo a EL ESPAÑOL, el agente de la Benemérita “nunca pidió perdón”. “Tras caer, me giré y le pregunté qué había hecho. Pero él se puso a gritarme '¡¿qué, qué, qué?!' Hasta ahí llegaron sus explicaciones. Si me hubiese pedido disculpas estoy seguro de que yo no hubiera acudido al juzgado”.

Diego marchó al hospital de Antequera para curar sus heridas. Apenas sufrió un corte en el codo derecho, erosiones en la piel de la mano derecha y un hematoma en la tibia. Pero a este aficionado al ciclismo le habían operado de la espalda hacía un mes, por lo que su recuperación se resintió en las semanas siguientes por el golpe. Ha estado dos años de baja. “Estuvieron a punto de operarme de nuevo. Menos mal que hice mucha rehabilitación y evité pasar por el quirófano”, explica Diego.

El aficionado puso una denuncia por lesiones imprudentes contra el agente que lo empujó. Fue admitida a trámite por el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Antequera. Pero el pasado 27 de mayo de 2019, su magistrada titular, Sandra Ortigosa, sobreseyó el caso. El guardia civil Antonio F. G., natural de Valencia, había explicado que su actuación fue proporcionada ya que minutos antes se había producido un accidente entre un ciclista y un aficionado que lo animaba. 

En el auto de sobreseimiento se dice que el agente no actuó “abusando de sus funciones", sino que “su actuación era la propia en relación al dispositivo de seguridad que se estaba desarrollando en aquel momento”.

Diego Jesús Flor es aficionado al ciclismo desde su infancia y monitor de niños en una escuela de este deporte. Cedida

Pero no sólo la justicia le ha sido esquiva a Diego. También la administración. En noviembre de 2018 recibió el acuerdo de iniciación de un expediente sancionador de acuerdo al artículo 7.1 de la Ley contra la Violencia, el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia en el Deporte. El documento estaba suscrito por el exsubdelegado del Gobierno en Málaga, Miguel Briones. 

Se le informaba de una multa de 3.000 euros “por no observar las condiciones de seguridad previstas durante la celebración” de la competición deportiva como espectador “e irrumpir en la zona de juego”. La sanción, que obvia el atropello sufrido por Diego, sostiene que el agente de la Benemérita “procedió a apartarlo de la vía de manera expeditiva” ya que el aficionado estaba "muy excitado".

Aquella etapa en la que Alberto Contador había demarrado en el alto de El Torcal finalizó en las calles de Antequera. El polaco Tomasz Marczynsk acabó primero. Pero para Diego Jesús Flor sólo él fue el único perdedor aquel día. Ahora espera un abogado de oficio para presentar un recurso al sobresemiento de la jueza.

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