Tenía 35 años, más de un par de logros bastante consolidados a sus espaldas y un futuro que ya querrían muchos. Pero, ese azar que a veces lo tuerce todo decidió volcar su mala suerte sobre ella, así lo sienten en su círculo. La diseñadora de moda Elena Zapico falleció el pasado jueves, día 15, en la madrileña plaza de Cibeles a causa de un accidente de tráfico.

En 2016, creó junto a Raquel Buj la firma ZAP & BUJ y a través de ella ambas empezaron a despuntar y a convertirse en jóvenes promesas de la moda patria. Zapico acumulaba el haber ganado el Samsung Ego Innovation Project, en 2017, y haber llevado su ropa por la Mercedes Benz Fashion Week. También fue dos veces finalista en el certamen Vogue Who´s on Next Spain que sirve de termómetro de la escena.

Pero todo se truncó el pasado jueves. Rondaban las 9:15 de la mañana cuando Zapico tuvo un accidente en la madrileña plaza de Cibeles con un autobús de una compañía privada. Hasta el lugar se trasladaron de urgencia los Bomberos del Ayuntamiento, que tuvieron que elevar el autocar para rescatar el cuerpo de la diseñadora.

Los sanitarios del Samur-Protección Civil de la ciudad intentaron reanimarla, practicando maniobras de reanimación cardiopulmonar durante 40 minutos, pero fueron en vano. La noticia, por motivos que todavía se desconocen, se ha conocido este lunes y ha dejado a su círculo bastante descolocado. Muchos no sabían bien lo que había pasado ni cuándo y en las redes sociales de la marca no se ha emitido ningún comunicado al respecto.

“Era la vanguardia total”

A lo largo de su corta pero fructífera trayectoria Elena Zapico se cruzó con muchos profesionales del sector que no dudan en remarcar su excelente personalidad y su visión y el futuro que tenía entre manos. Era trabajadora, arriesgada, de las que consiguen las cosas.

“Yo las conocí cuando ganaron el Samsung Ego y la verdad es que ellas hicieron una propuesta muy arriesgada con tejidos tecnológicos”, comenta en conversación con este diario Charo Izquierdo, la que fue directora de la Mercedes Benz Fashion Week de Madrid cuando ZAP & BUJ presentaron sus proyectos.

“Otra mañana, estuve con ellas viendo el plan de viabilidad que tenían y veía que tenían un concepto de la moda muy puro. Yo les decía que probablemente su proyecto tan tecnológico a lo mejor era difícil de vender y ellas estaban empeñadas en que se podía hacer”, añade Izquierdo.

Elena Zapico, a la derecha, con su compañera Raquel Buj, a la izquierda. Instagram

“Creo que la moda puede tener dos caminos en el futuro, la sostenibilidad y la tecnología. La pérdida de Elena es brutal porque hay muchos diseñadores jóvenes que trabajan la sostenibilidad pero no tanto la tecnología, al menos de una manera tan profunda como ella”, comenta Izquierdo. “Era la vanguardia total y la verdad es que me da mucha pena”, añade.

Esta visión la comparte Leandro Cano, otro diseñador con el que ella colaboró haciendo botones, etiquetas, de metacrilato. Cuando este diario se ha puesto en contacto con Cano, él no sabía exactamente lo que había pasado y ha necesitado algunas horas para volver a juntarse.

Elena era una grandísima creativa, nosotros con ellos siempre estamos haciendo cosas”, dice Cano. “Era muy profesional y muy buena persona. Me da muchísima pena porque era muy joven y estaba despuntando en la moda porque, a pesar de que lo que hace, tan tecnológico, es una vertiente un poco complicada, ella hacía arte, no moda”, añade. “Estas cosas son bastante dolorosas”, reconoce Cano.

Moda, tecnología y arquitectura

De origen leonés, Elena Zapico acabó estudiando en la Universidad de Alcalá de Henares. En 2015, conoció a su compañera durante los estudios de posgrado en Arquitectura, Moda y Diseño en la ETSAM de la Universidad Politécnica de Madrid. La diseñadora comenzó su carrera haciendo prácticas en la empresa Sybilla, donde trabajó durante dos años en el departamento de complementos, y pronto empezó a mostrar su predilección por los diseños arriesgados.

Las dos diseñadoras en una de las presentaciones de su proyecto. Instagram

Con su propia firma se presentó al Samsung Ego, su primer gran logro, con el proyecto ‘Wall Dress’, en el que convertía planos arquitectónicos en patrones de moda, “haciendo posible la recuperación de la cercanía y conexión entre ambos que se ha ido desvaneciendo en los espacios que habitamos”, subrayaban desde la organización.

En ese gran proyecto incorporaban paneles arquitectónicos en forma de muros o veladuras que se convertían en vestidos a través de la tecnología y el uso de los tejidos con memoria de forma. Pura innovación con la que unían arquitectura, moda y tecnología “en un todo sobre la pasarela”.

Y desde entonces siguió creando, investigando, avanzando… hasta que ese mal azar decidió que ya no. Ahora queda abierto el futuro de la compañía, que ha perdido a su mitad y no está muy claro qué pasará. El silencio, de momento, es absoluto.

Noticias relacionadas