Los casos se parecen tanto que da hasta escalofríos. A Rebeca, su novio la mató a puñaladas, en su piso, enfrente de sus amigas que no pudieron hacer nada para evitarlo. El marido de Gloria acabó con su vida igual, clavándole el cuchillo 10 veces. A Kelly, su novio le cortó la cabeza y después se tiró por la ventana, ella tenía 17 años. 

La última fue María, el pasado domingo, en la localidad de Loeches (Madrid). Él la mató con un arma blanca y luego se cortó las venas. Tenían dos hijos y fue la mayor, la de 11 años, la que al subir a su casa se encontró los cuerpos de sus padres en esa escena. Ambos eran peruanos. 

Estos asesinatos no sólo comparten ser el peor resultado de la violencia de género, sino también el perfil del asesino. De los mencionados, todos ellos son extranjeros. Este 2019 ha arrancado fuerte en violencia de género, las asesinadas son el doble que en el primer trimestre de 2018. Y de los 14 asesinatos que se han producido desde que comenzó el año, seis de ellos han sido llevados a cabo por personas de una nacionalidad distinta a la española. 

Pero no es un fenómeno exclusivo de hombres. Este martes, la Policía Nacional detenía en Ceuta a una mujer por estrangular a su marido con una bufanda y la semana pasada otra mujer apuñaló a su marido en San Pedro del Pinatar, en Murcia. La primera era marroquí y la segunda ecuatoriana. 

El binomio inmigración-delincuencia es una constante en los debates de todo tipo. No hay más que ver los comentarios que se generan en torno a una noticia de estas características cuando el autor es un extranjero. Desde las redes sociales a las conversaciones, es común que salga a relucir la nacionalidad de la persona como uno de los motivos de su conducta

Este debate también ha saltado a la política, especialmente en los últimos meses desde que Vox entró a jugar en el panorama. No es casual que el líder del partido de derecha radical, Santiago Abascal, dijera en un acto que “las mujeres asesinadas en España han sido, mayoritariamente, a manos de extranjeros”. 

Bien, Abascal mintió. Basta con mirar los datos del Ministerio de Igualdad, de este año y de los anteriores, para ver que no es así. La mayoría de los asesinos son españoles. Sin embargo, la cifra de inmigrantes que comete este tipo de asesinatos es bastante elevada.

En lo que va de 2019, los hombres extranjeros que mataron a sus parejas representan el 42,86 por ciento de todos los asesinos machistas. Son casi la mitad. Esta cifra es por ahora más elevada que la de otros años: En 2018 fue del 38,29; en 2017 del 33,33; en 2016 del 34,69%; en 2015 del 26,67; en 2014 del 32,72; en 2013 del 31,48 y en 2012 del 25 por ciento. 

A ello habría que sumar la cuestión de las agresiones sexuales. Según cifras publicadas el año pasado por el Ministerio de Interior, el 48 por ciento del total de agresiones sexuales fueron cometidas por extranjeros. Si estas cifras se entienden en el marco de que la población extranjera en España no supera el 10 por ciento, resulta evidente que sí, los extranjeros matan más a sus parejas y cometen más agresiones sexuales que los españoles. 

Puestos los datos así, en bruto y sobre la mesa, el argumento que intenta vincular inmigración y delincuencia tiene todas las de calar. Sin embargo, aunque el eslogan funciona, si la cuestión se aborda con profundidad se ve que está llena de matices, que en el resultado influyen otros factores y, sobre todo, que más inmigración no significa más delincuencia

La pobreza y la edad, factores que influyen

Uno de los argumentos que más se oye a la hora de intentar explicar la relación de la inmigración con los asesinatos de violencia de género es que los extranjeros provienen de sociedades más machistas. Por ende, se entiende que cuando llegan a la península lo que hacen es simplemente repetir los patrones de su sociedad de origen. Esto en realidad es una generalización.

Para poder confirmar esta correlación habría que estudiar el machismo país por país. Habría que ver cómo de machista es México, República Dominicana, Perú, etcétera, y ver si se corresponde con los asesinos dentro de la población de cada país en España. Meter todo en el mismo saco desvirtúa los resultados reales y el estudio pormenorizado, de momento, es algo que no se ha hecho. 

Lo que sí que se ha abordado, en un sinfín de estudios, es la relación entre los homicidios y las variables de la edad y la pobreza. Estos dos factores influyen directamente en los asesinatos que se cometen y también en la población inmigrante, que en España por lo general es joven y perteneciente a clases sociales más bajas que la media. 

Según el primer informe sobre el homicidio que realizó el Ministerio de Interior a finales de 2018, el 35 por ciento de todos los homicidios cometidos en España fue a manos de personas extranjeras. A raíz de la publicación del informe, el criminólogo del Instituto de Ciencias Forenses y de la Seguridad de la Universidad Autónoma de Madrid Jorge Santos concedió una entrevista al diario El País en la que achacó la edad de los inmigrantes como un factor determinante. 

“Si desgranas la pirámide de población en España, hay un mayor porcentaje de extranjeros entre los jóvenes, que son los que más cometen homicidios. No tiene nada que ver con que los extranjeros sean más violentos”, dijo Santos. 

Pero, sin duda, el factor que más influye en esta cuestión, y que más demostrado está, es que los ambientes sociales en los que hay mayor pobreza y mayor marginalidad son un caldo de cultivo para la delincuencia de todo tipo, incluidos los homicidios. Y, en España, la tasa de riesgo de pobreza que sufren los extranjeros es tres veces mayor que la que sufren los nacionales.

En un informe firmado por el Observatorio Criminológico del Sistema Penal ante la Inmigración, de hecho, se apunta a que el desempleo es un factor que explicaría mejor la tasa de criminalidad, por encima de la nacionalidad. Ese mismo informe deja caer un dato bastante lapidario: a medida que la población extranjera ha aumentado en España, la tasa de criminalidad ha seguido bajando paulatinamente

Por lo tanto, a la hora de abordar el complejo tema de los asesinatos por violencia de género y su relación con inmigrantes se puede decir que sí, que los inmigrantes matan más, pero no por el hecho de ser inmigrantes. Entran a jugar múltiples variables, pero esto no cabe en esos tuits que se lanzan cargados con odio.