Murcia

En los días previos al puente de la Constitución de 2018, el litoral murciano recibió la friolera de 263 inmigrantes. Esta oleada de pateras que se repite para la Región como un bucle, en el último trimestre de cada año, podría haber sido una estadística más. Sin embargo, ese mes de diciembre está incluido dentro de la investigación desarrollada por la Policía Nacional para esclarecer el escalofriante asesinato que perpetró en Lyon un trío de MENAS (Menores Extranjeros no Acompañados). 

La Brigada Provincial de Extranjería y Fronteras de Murcia confirma a EL ESPAÑOL que de los tres menores que han resultado finalmente detenidos, “dos de ellos llegaron juntos en la misma patera, el pasado mes de diciembre. Y entraron por Cartagena”. La costa cartagenera fue la primera parada del viaje cuyo destino final era la ciudad francesa en la que supuestamente participaron en la tortura de un joven y el apuñalamiento de Ahmed Kourak, de 28 años. Una cruenta agresión que no dudaron en filmar en un vídeo que posteriormente ellos mismos viralizaron a través de Facebook y Messenger.

Estos dos adolescentes cruzaron el Mediterráneo después de dejar atrás Mostagán, en el noroeste de Argelia. Todo ello, previo pago a una mafia por un billete en patera que el 5 de diciembre les permitió hacer tierra en las playas cartageneras. La fortaleza propia de la juventud de estos chicos, de 15 y 16 años, respectivamente, no impidió que llegasen a la costa española con los síntomas de hipotermia y deshidratación que suelen sufrir los pasajeros de este tipo de embarcaciones.

Nada más ser atendidos por Cruz Roja, miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad los trasladaron al Instituto de Medicina Legal para hacerles pruebas óseas que ratificaron su nueva condición en suelo español: MENAS. Fue entonces cuando comenzó la segunda etapa de su arriesgado y alocado viaje, tal y como detalla la Brigada Provincial de Extranjería y Fronteras: “Estuvieron en el centro de menores de Alhama de Murcia”.

Los dos adolescentes argelinos fueron trasladados a la Casa del Ral en la que frustraron una buena oportunidad de intentar labrarse un futuro en España. “No nos dio tiempo a asumir su tutela ni a matricularlos en un instituto”, se lamenta la directora general de Familia y Políticas Sociales, Miriam Pérez. “Su hoja de ruta no era quedarse en la Región de Murcia”, subraya.

La huida del centro de acogida

Foto del centro de protección de menores de Alhama de Murcia, conocido como la Casa del Ral.

Su periplo por suelo murciano fue efímero porque no llegaron a completar ni una semana de estancia dentro de este centro de protección de menores habilitado en un pintoresco casoplón, rodeado de huerta, al sur del término municipal de Alhama de Murcia, y que antaño fue un centro de espiritualidad hasta que Cáritas, propietaria del inmueble, se lo cedió a la Comunidad Autónoma para que la Fundación Antonio Moreno gestionase la atención a MENAS.

La directora de las instalaciones, Judit García, confirma que el equipo multidisciplinar del centro no pudo concluir ni el periodo de observación de estos dos MENAS: “Dura un mes para poder evaluar su adaptación, si se integran con el resto y asumen normas”. En su corta estancia, estos jóvenes se entrevistaron con el trabajador social y el psicólogo, tal y como marca el protocolo de ingreso. Y al día siguiente de su llegada en patera, ya estaban recibiendo su primera clase de español con los educadores y la ayuda de una traductora. 

Todos los chicos reciben tres horas diarias de castellano, concentramos toda nuestra energía en salvar la barrera comunicativa para que puedan integrarse socialmente y escolarizarse”, enfatiza Judit García, que suma más de once años de dedicación y trabajo por la integración de los menores inmigrantes que llegan a las costas de la Región.

Este diario pudo visitar las instalaciones -con capacidad para 50 MENAS- en las que fueron acogidos estos chicos y donde no mostraron ningún comportamiento violento con el resto de argelinos, marroquíes o subsaharianos que se encuentran acogidos. Durante esos días cumplieron con las tareas cotidianas: ordenar la habitación con literas que compartían con otros adolescentes, ayudar a limpiar los espacios comunes de cada una de las tres plantas que tiene la casa y asistir a los talleres, de tipo lúdico, de educación emocional para afrontar el distanciamiento con sus seres queridos, o de inmersión cultural, donde los educadores les preguntan sobre las expectativas y el proyecto de vida que traen de su país de origen. 

“Algunos chicos cuando les preguntamos qué saben de España nos dicen que vienen a Barca, otros piensan que en un mes tendrán un permiso de residencia para ponerse a trabajar, pero no saben que como mínimo tienen que pasar de seis a nueve meses bajo tutela de la Comunidad Autónoma”. En los planes de estos dos chicos argelinos no estaba previsto cumplir con esos plazos para regularizar su situación en suelo español. Solo cuatro días y tres noches después de su ingreso se escaparon de este centro de menores.

Este tipo de instalaciones no tienen fuertes medidas de seguridad porque, legalmente, la Administración regional no puede retenerlos, sólo tutelarlos. De forma que el plan de fuga de estos menores fue bastante básico: consistió en propinarle un empujón a un educador que estaba en la puerta de acceso a la casa y escapar a la carrera por el camino de tierra que da acceso a la finca, y que está franqueado por pinos, palmeras y una valla perimetral de poca altura. El 10 de diciembre comenzó la tercera etapa de su viaje: su huida de España.

Denuncia ante la Guardia Civil

La víctima mortal de los MENAS, Ahmed Kourak. Le Progrès

La Dirección General de Familia y Políticas Sociales de Murcia interpuso ante la Guardia Civil una denuncia tras la desaparición de los dos menores. No sirvió de nada porque estos chicos entraron a formar parte de la estadística de la ONG Convivir sin Racismo: “El 80% de los menores argelinos escapa de los centros de acogida porque los propios grupos que trafican con ellos se ocupan de llevarlos a Francia o Bélgica”.

Su llegada a Lyon tampoco varió la condición de sin papeles de estos adolescentes, tal y como han reflejado en sus páginas los periódicos Le Figaro y Lyon Capitale, o los portales digitales fdesouche.com y lyonmag.com: “Todos son indocumentados en Francia”

En sus vidas lo único que sí cambió fue su futuro. Y para peor, porque canjearon la tutela de la Administración por la de las calles, en las que estuvieron acompañados por un compatriota argelino. Otro MENA, de 17 años, que llegó a Lyon después de que su patera fuese interceptada por las Fuerzas de Seguridad tratando de hacer tierra en Andalucía. Ya estaba constituido el trío que a la postre protagonizaría el que bien podría denominarse: el crimen viral de Lyon.

El robo del teléfono

A lo largo de la semana, la prensa gala ha ido desgranando la truculenta agresión que estos tres MENAS supuestamente perpetraron -en presencia de un cuarto menor- contra dos compatriotas argelinos. Los medios franceses afirman que los seis protagonistas del vídeo son naturales de Mostagán, se conocen entre sí y que el torrente de puñaladas que reciben las víctimas se desencadena por la sustracción de un teléfono móvil.

“Los torturadores reprochan al joven por robar un teléfono”, afirma el diario Le Progress. La sangrienta secuencia fue filmada en un apartamento del número 34 de la calle Jean-Baptiste-Say de Lyon y en la misma se ve a un joven, con el torso desnudo, esposado, y con numerosos cortes, deambulando por el salón mientras trata de protegerse de las patadas y cuchilladas que recibe. “¡Me duele, me duele, déjame ir al hospital!”, implora a uno de sus presuntos torturadores.

En el otro extremo de la sala yace en el suelo, sobre un enorme charco de sangre, Ahmed Kourak. Uno de los agresores, pese al estado moribundo de Ahmed, tras haber recibido sesenta puñaladas, no tiene ningún reparo en acercarse a él para propinarle tres cortes en la mejilla y un puntapié en la cabeza. Milagrosamente, el chico que inicialmente aparece maniatado en la grabación logró llegar a un centro hospitalario después de conseguir escapar de este apartamento que habría causado pavor hasta a los mismísimos guionistas de ‘La Matanza de Texas’.

Ahmed Kourak, de 28 años, murió desangrado. Su cuerpo fue descubierto por las autoridades galas el martes 5 de marzo. La investigación, entre otras cuestiones, trata de esclarecer si el apuñalamiento múltiple se produjo ese día o el domingo 3 de marzo. 

La víctima mortal, de nacionalidad argelina, llevaba tres años viviendo en Lyon y en ese tiempo ya se había convertido en un viejo conocido de la justicia por varios delitos de robo y violencia agravada. Su última condena, de 18 meses de prisión, según el diario Le Progress, data del 6 de diciembre de 2017. Atesoraba problemas psiquiátricos y un historial de delincuente de poca monta: robo de bolsos a mujeres, amenazas…

“Me ha llegado un vídeo muy feo”

La Policía gala y agentes de la Científica en la calle Jean-Baptiste-Say, Lyon. Le Progrès

Los tres MENAS abandonaron Francia tras el asesinato  y trataron de esconderse de las autoridades galas en el sureste español. Sin embargo, durante su huida cometieron un error infantil: trataron de colarse en el tren sin pagar el billete. Solo 24 horas después de que se emitiera una orden internacional de detención, el 7 de marzo, fueron detenidos por la Policía Nacional en la Estación del Norte de la capital del Turia.

Durante su arresto, a los agentes les llamó la atención que los menores que habían intentado colarse en el tren tenían restos de sangre en su calzado. También apreciaron diversos cortes recientes en las manos, causados en apariencia por un arma blanca. La respuesta al sospechoso estado que presentaban los menores le llegó al Grupo de Homicidios de Valencia desde la Brigada Provincial de Extranjería y Fronteras de Murcia.

El vídeo con las torturas y las puñaladas que sus propios autores no dudaron en viralizar, no solo llegó a manos de los familiares de Ahmed Kourak, sino que también alcanzó el centro de protección de menores de Alhama de Murcia, de donde habían escapado semanas atrás. Su directora, Judit García, relata a este diario que ese 7 de marzo uno de los chicos acogidos en la Casa del Ral recibió la grabación, de apenas un minuto, a través de Messenger.

“El chaval se asustó, vino a verme y me dijo: ‘Me ha llegado un vídeo muy feo’”. Nada más coger el móvil y visualizar las imágenes, Judit reconoció con claridad que entre los tres agresores había un MENA que había pasado por sus instalaciones en la oleada de pateras de diciembre de 2018. “Llegó a mis manos la prueba de un hecho delictivo y tuve claro que tenía que ayudar, no tardé ni un minuto en ponerlo en conocimiento de la Policía Nacional”. La Brigada de Extranjería de Murcia agradece la colaboración prestada por la directora de las instalaciones porque la grabación que aportó permitió confirmar que “de los tres menores detenidos por la Brigada Móvil de Policía de Valencia, dos de ellos estuvieron en el centro de menores de Alhama de Murcia”.

Los educadores del centro como Judit celebraron esta semana una asamblea con los residentes para reflexionar sobre los hechos violentos que circulaban por la red social y en los que estaban envueltos dos chicos con los que habían convivido unos días.

- La agresión ha catapultado de forma peyorativa el término MENA a todos los medios de comunicación españoles y franceses. ¿Cómo han encajado los chavales acogidos en la Casa del Ral lo sucedido en Lyon? 

- Ellos son los primeros críticos con lo sucedido porque se les etiqueta en algo que no tiene nada que ver con ellos ni con su naturaleza y no es justo.

En los mismos términos se expresa la directora general de Familia y Políticas Sociales de Murcia, Miriam Pérez: “Estos chicos son buenos”. La tutela de estos menores le cuesta 80 euros diarios al Gobierno regional, que en 2017 prestó atención a 411 MENAS y en 2018 a un total de 505. La fuga de dos de estos adolescentes de uno de los catorce centros de la Administración regional ha vuelto a servir para que ONGs como Convivir sin Racismo exijan más medidas para protegerlos: “Los MENAS pasan de media menos de un mes en un centro de protección, lo que tardan en asearse, cambiarse de ropa y reponer fuerzas del viaje en patera”.

En Madrid a la espera de ser extraditados

Uno de los supuestos autores del asesinato, cuyo vídeo fue difundido en internet.

Para los que ya no habrá oportunidad alguna de huir es para los tres MENAS, de 15, 16 y 17 años, que fueron arrestados en la estación de tren de Valencia. Después de que el Grupo de Homicidios comprobase en el vídeo aportado a la investigación que eran los autores de la brutal agresión ocurrida en Lyon, la Fiscalía de Menores acordó su ingreso en tres centros de reforma distintos, en régimen cerrado. El 13 de marzo fueron trasladados a Madrid para ser puestos a disposición de la Audiencia Nacional en base a una orden internacional de arresto por delitos de asesinato, torturas, detención ilegal y pertenencia a banda organizada. 

En la capital de España aguardan a que se ejecute su orden de extradición a Francia, mientras la investigación iniciada en Lyon por el fiscal Nicolas Jacquet ha permitido localizar y arrestar al joven que presenció las torturas y puñaladas. Este joven, también argelino, según publican diversos medios franceses, era el cuarto en discordia y fue el encargado de buscar a los familiares de Ahmed Kourak y llevarlos hasta la escena del asesinato. Inicialmente todo apunta a que no participó en el supuesto ajuste de cuentas por el robo del móvil. Presumiblemente fue el encargado de filmarlo todo con el móvil.  

Los periódicos de Lyon han confirmado que ingresó en prisión de manera preventiva acusado de no denunciar lo sucedido y de omisión del deber de socorro a las dos víctimas. Entretanto, por redes sociales como Twitter todavía se pueden encontrar algunos de los mensajes que la Police Nationale lanzó el 6 de marzo, alertando de que  compartir este video se podía castigar con 5 años de prisión y una multa de 75.000 euros. Está claro que no lo consiguieron. Aún y todo, la viralización del vídeo permitió identificar a los autores de la barbarie del piso de la rue Jean-Baptiste-Say de Lyon.