“¿Te gustaría que te llamaran el ‘Rey del poke’? Sí, por qué no”. Jaime Farto (Madrid, 1991) no elude los piropos ni esquiva la fama. Si llega, la aceptará gustosamente. “Aunque, de momento, no me paran por la calle”, bromea. Pero todo se andará. En el Tasty poke bar (nombre del restaurante), en poco más de un año, ha conseguido reunir –junto a sus dos socios (David y Gema, hermanos)– a celebreties, cómicos o futbolistas. Por allí han pasado Jorge Cremades, Dani Carvajal o Anita Matamoros. Todos han probado el plato hawaiano de moda. Es más, han vuelto. Como lo hacen cada día otros 1.500 comensales en sus establecimientos. “Hay un tipo que viene cada noche y va cambiando de ingredientes”, cuenta uno de los camareros en conversación con EL ESPAÑOL. 

El Rey del poke Silvia P. Cabeza

Pero bien, ¿qué es exactamente el poke? Es un plato hawaiano con fusión japonesa que se sirve en un bol con una base de arroz (cocinado al estilo sushi), quinoa o ensalada. Y, después, se le añade salmón, atún, pez mantequilla o tofu marinado con aceite de sésamo, soja o cebollino. A partir de ahí, se complementa con el resto de ingredientes frescos: aguacate, piña, mango, alga… y se le añaden especias y salsas. Eso es todo. No hay más. ¿El secreto? Es saludable, fresco y relativamente barato (tiene un coste de menos de 15 euros, dependiendo del restaurante). 

El mérito, en este caso, era descubrir el plato. “Gema (una de las fundadoras de Tasty) fue la que nos lo mostró. Ella nos dijo: ‘He probado un plato que funciona muy bien en Estados Unidos’”. Después, Jaime y David, socios y amigos, se tiraron a la piscina. Decidieron exportar el poke a España. “Aprendimos rápido cómo iba todo y adelante. Tuvimos que leer mucho sobre cómo hacer el producto y nos inventamos nuestras salsas caseras. Esa es una de las muchas cosas que nos diferencia de la competencia, son nuestro secreto de la Coca-Cola”, explican. Y, a día de hoy, “somos la empresa más potente del sector en España”, continúan. Actualmente, tienen dos restaurantes en propiedad, tres franquicias (en Pozuelo, Las Rozas y Málaga) y van a cerrar 2018 con 10 establecimientos. Incluso, tienen programada su expansión a Brasil, donde comenzarán su conquista internacional. 

Así ha quedado el poke fabricado por Jaime en el restaurante. Silvia Pérez EL ESPAÑOL

Su éxito, en apenas un año y medio de vida, es incuestionable. “Lo que nadie sabe es todo lo que hay detrás, lo que nos ha costado”, suspira Jaime. Ni tampoco cómo él y sus dos socios han llegado a reunir en sus restaurantes a la pompa y el boato de la jet set madrileña. Eso es otra historia y viene de largo… 

De repartir flyers en la discoteca a 'Rey del poke'

Jaime viene de un mundo totalmente distinto. Su madre era abogada y su padre médico y militar. Ni siquiera sus dos hermanos mayores (uno es arquitecto y el otro estudió derecho) han seguido su camino. “Yo, en ese sentido, era distinto, mucho más rebelde. Quería seguir mi camino, no me gustaba eso de estudiar una carrera y ya está”. Él tenía otras inquietudes. Le encantaba, ya desde pequeño, organizar cosas. “Siempre que montábamos fiestas o viajes, era yo el que lo hacía. Era, de alguna forma, el líder”. Y, aunque terminó su carrera (también derecho), nunca ha ejercido como tal. Desde que aprobó la selectividad, exploró un camino distinto al habitual. 

Él llegó a la Universidad y buscó un hueco en la noche. Empezó repartiendo flyers en una sala ya extinta, el Orange Café. “Me convertí en el mejor relaciones públicas de la discoteca y, a los dos años, me llamaron de Kapital para contar conmigo. Ahora soy director de relaciones públicas allí”. Pese a la oposición de sus padres, no cambió su estilo de vida. “Mi madre me quería matar”, bromea, ahora, en conversación con EL ESPAÑOL. “Me decían que a dónde iba, que no podía llegar todos los días tan tarde...”. 

Jaime posa en su restaurante hawaiano. Silvia Pérez EL ESPAÑOL

Dio igual. Él siguió haciendo lo que le gustaba. Y, paradójicamente, la noche no le llevó por el mal camino. Todo lo contrario. “Yo era gordito cuando llegué a la Universidad, y entonces empecé a cuidarme. Me gustaba hacer deporte, entrenar, ir al gimnasio… Y no iba a hacer todo eso para después tomarme 10 copas”. Eso lo tenía claro. Por eso, aquello no hizo sino engordar su agenda de contactos. Porque, mientras estudiaba la carrera, también organizaba viajes de fin de curso para institutos o para las diferentes facultades. 

Exportar el poke 

Ese fue su recorrido hasta acabar la universidad. Entonces, le surgieron las dudas. ¿Qué hacer? Era licenciado en derecho, pero él quería montar algo propio. Lo que le gustaba era relacionarse con gente, organizar eventos. “Entonces barajé dos posibilidades. Una era irme con algunos amigos míos a Dubai a montar una empresa de fitness. Me hacía ilusión porque no había hecho un Erasmus ni nada parecido, pero dije que no. Aunque, por cierto, a ellos les va bastante bien. La otra era quedarme en España y sacarle partido a lo que tenía. Al final, opté por la segunda opción”.  

Dani Carvajal, jugador del Real Madrid, probando el poke.

El Tasty Poke lo levantaron tres personas. Gema es la que aportó la idea y el dinero. Había vivido en Estados Unidos y allí había visto la buena acogida que tenía el plato. Sólo necesitaba a dos personas que lo pusieran en marcha. David, su hermano, fue el primer elegido. Odontólogo de profesión, se lanzó de cabeza a sacar el proyecto adelante. El tercero en liza fue su mejor amigo, Jaime. Ambos fueron amigos en el colegio. “Nos hemos movido en los mismos ambientes, con la misma gente, y tenemos buena capacidad para relacionarnos”. Y, aunque la cara reconocible del negocio sea Jaime, los tres son los ‘Reyes del poke’ en España. 

Ahora, con previsión de contar con 10 locales antes de final de año. Pero, en un primer momento, con solo un local abierto. “Allí nos pasábamos todo el día David y yo poniendo platos. Llegábamos a las 12, cuando abríamos, y nos quedábamos hasta el cierre”. Entonces, contaban tan solo con un empleado. Un año y medio después han creado 17 puestos de trabajo directos y 50 con las diferentes franquicias –además del servicio a domicilio, que se hace en cocinas ciegas; es decir, en locales preparados estrictamente para eso–. 

Así ha quedado el poke preparado por Jaime. Silvia Pérez EL ESPAÑOL

Entre celebrities e instagramers 

¿De dónde viene su éxito? En gran medida, de la gran cantidad de ‘influencers’ que han logrado reunir en sus restaurantes: actores, futbolistas, cómicos, famosos… Todos se han prestado. “Al final, la vida que hemos llevado mi socio y yo nos ha permitido relacionarnos con mucha gente. Yo, por el tipo de trabajo que hago (director de relaciones públicas de Kapital), he conocido a muchos de ellos. Lo que haces tú por la noche es facilitarles todo para que se diviertan. Si los tratas bien… luego vienen a tu restaurante”, explica Jaime

Él mismo, de relacionarse con celebrities, se ha convertido en influencer. En Instagram, lo siguen cerca de 12.000 personas. En ella se bautiza como fundador de Tasty poke, abogado y procurador, mánager de Kapital y fitness influencer. “¿Y Rey del poke? Por qué no. Lo que muchos me llaman es Tasty, por el nombre del local". Algo que le ha costado esfuerzo y también alguna ‘discusión’. 

Sus padres, naturalmente, se opusieron a que trabajara en la noche, y, después, también tuvieron sus dudas con respecto al restaurante. “Es normal, son muy clásicos, y ellos querían que estudiara y me dedicara a lo que había hecho”. Sin embargo, conforme fueron viendo lo bien que le iba a Jaime, ya no dudaron. “Se comieron hasta el último grano del poke”, bromea. 

Ese es su éxito, pero, también, el de David y el de Gema. Los tres son las patas de este negocio en auge, del plato de moda en Madrid y, a buen seguro, dentro de poco, en España. “Sin tener tiempo para nada”. Levantándose, muchos días, a las 8:30 de la mañana y de un lado para otro. “Sólo con un hueco para ir al gimnasio. El resto del tiempo estoy en el restaurante”. Esa es su vida, sin “hobbys” ni pasatiempos, pero con un imperio por levantar a corto-medio plazo entre tablas hawaianas, ensaladas y cerveza fresca. No suena mal, desde luego.

Jaime posa para en el restaurante Tasty Poke. Silvia Pérez EL ESPAÑOL

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