La cárcel de Huelva pide auxilio. El envenenamiento con metadona de gran parte del personal sanitario ha dejado la prisión bajo mínimos: el 50% del personal están siguiendo un tratamiento para desintoxicarse. “Todos están muy afectados tanto física como psicológicamente”, reza el comunicado del sindicato penitenciario. Actualmente, están de baja tres médicos y siete enfermeros. La situación reviste gravedad. “Yo no había visto nada igual en mi vida”, se sorprenden fuentes cercanas en conversación con EL ESPAÑOL. 

El número de empleados afectados se ha ido incrementando con el paso de los días. Los primeros que tuvieron que ser trasladados al hospital intoxicados fueron seis. A este número se han sumado otros cuatro más. En total, el 50% del personal penitenciario. Todos ellos, según la investigación, habrían sido envenenados por los presos, probablemente, con metadona. De primeras, sin saber a qué se debía, cayeron desconcertados, con dolor de estómago, nauseas y malestar corporal. 

Después, descubrieron que los habían tratado de envenenar. ¿Cómo? Al parecer, lo habrían hecho a través del café, según sospechan algunas fuentes conocedoras del caso, con sustancias psicotrópicas, probablemente metadona. La investigación se centra en saber quiénes fueron los causantes de entre los más de 1.200 reclusos del centro penitenciario. 

Más allá del malestar físico y piscológico, lo peor es que el envenenamiento por parte de los presos podría haber resultado mortal. Un hecho que se circunscribe dentro de la mala situación de personal que viven en la prisión andaluza, donde trabajan 420 funcionarios para atender a esos 1.2000 reclusos. 

Ahora, son muchos menos. Desde el sindicato denuncian que el 50% del personal sanitario está de baja. Es decir, tienen dificultades para atender a todos los reclusos del centro. Es más, temen que pueda ocurrir algo grave y que se encuentren desamparados y desbordados sin saber qué hacer. 

A esto se le añade la desinformación de los últimos días. Desde el sindicato también exigen a la subdelegada del Gobierno que reconozca que se equivocó diciendo que la intoxicación se debía al mal estado de algunos alimentos. Una negación que ha llevado a las instituciones penitenciaras a no tomar ninguna medida desde que ocurrió el suceso. La situación, no obstante, es grave.