El jurado popular acaba de declarar culpable a Patrick Nogueira, el descuartizador de Pioz, del cuádruple crimen que perpetró en agosto de 2016 en la localidad de Guadalajara al acabar con la vida de cuatro miembros de su familia. Después de asesinarlos uno por uno, los descuartizó y ocultó sus cadáveres en bolsas de plástico. 

Tras más de una semana de juicio, los miembros del jurado popular han hallado culpable al joven brasileño de los cuatro asesinatos, del de su tío Marcos, del de su tía Janaína y de David y Carolina, los hijos de ambos. El principal argumento de la defensa, el daño neuronal que le abocaba al mal de forma irremediable, ha sido desechado por el jurado. No hay daño cerebral en Patrick Nogueira. Las pruebas presentadas por su abogada, Bárbara Royo, no han sido aceptadas por el tribunal del jurado. Patrick actuó en sus plenas facultades, planeando el crimen desde días antes y controlando la situación en todo momento.

La reunión final, que comenzó a las doce y cuarto de la mañana del viernes, se ha prolongado durante interminables horas a lo largo de todo este sábado. Estaba previsto que el veredicto se conociera a lo largo de la tarde del pasado viernes. Sin embargo, al filo de las ocho de la tarde, tras cinco horas de deliberación, la juez, Elena Mayor Rodrigo, decidió devolver el veredicto al tribunal por falta de motivación en las argumentaciones. 

Ya era tarde, así que las deliberaciones por parte de los nueve miembros del jurado se reanudaron a las nueve de la mañana de este sábado, el primero de noviembre, algo más de dos años después de la detención del joven brasileño. Se esperaba la decisión para las primeras horas del día de hoy. Sin embargo, las conversaciones de jurado se han prolongado hasta última hora de esta jornada. 

Siete hombres y dos mujeres han sido los responsables de emitir el veredicto sobre el joven. Mantuvieron un encuentro a puerta cerrada para dictar su particular sentencia que duró hasta la mañana del sábado. El viernes de noche, el juez devolvió el acta al jurado por falta de motivación, por no haber argumentado bien determinados puntos. Al final del sábado, los nueve miembros han ido respondiendo una tras otra las 22 preguntas de la juez contestando con "culpable" o "inocente".  

Para el asesino de uno de los crímenes más brutales que se recuerdan en España se solicitan dos prisiones permanentes revisables, una por el asesinato de cada uno de los hijos del matrimonio. Tenían uno y cuatro años. Se solicitan también 20 años por cada uno de los otros dos asesinatos, los de Marcos Campos y Janaína Santos. En los próximos días se conocerá la decisión de la juez, de la condena que le termina imponiendo.

Juicio a la mente de un psicópata

La autoría de los crímenes estaba clara desde el principio. Tanto la fiscal, como las acusaciones o la defensa del propio asesino estaban de acuerdo en un hecho irrefutable: Patrick perpetró los cuatro crímenes. Eso es algo que nadie discute.

El sendero del juicio, lo que es la batalla por el relato judicial, ha discurrido sobre la motivación de los hechos, qué llevó al joven brasileño a cometer los actos que cometió. Las acusaciones han defendido durante todo el proceso que Patrick Nogueira no es una persona enferma, sino que tan solo se trata de un psicópata más, frío y calculador.

Es la primera vez que se utiliza en un juicio una imagen cerebral con la intención de analizar el estado mental del acusado. A través de ella, y de tres peritos distintos, la defensa del joven brasileño ha intentado refutar los numerosos informes psicológicos presentados por la acusación, en los que quedaba claro que el estado mental del joven es absolutamente normal. 

La defensa del joven, a cargo de la abogada Bárbara Royo, ha intentado sacar petróleo esbozando la historia de un joven a los que los problemas de la infancia acabaron por trastornarle la cabeza, convirtiéndole en un enfermo mental capaz de perpetrar los más horrendos crímenes con una frialdad monstruosa. Finalmente, los nueve miembros del jurado popular han llegado a la conclusión de que el joven cometió los asesinatos en plenas facultades mentales. 

Marcos pudo defenderse, pero acabó cayendo bajo la navaja del asesino. Los pequeños tampoco. Ni siquiera Janaína logró zafarse. Todos fueron vilmente asesinados por una de las personas más cercanas, por alguien con quien habían convivido. Por alguien a quien habían querido.

Noticias relacionadas