Hay dos ciudades españolas que viven en medio de una restricción económica sin precedentes. Una situación que llega tras una decisión fantasma ejecutada por las entidades bancarias más importantes. Los habitantes de Ceuta y Melilla ven cómo sus opciones de intercambio monetario se han limitado en los últimos meses. Las cajas, ubicadas en estas dos ciudades autonómicas, han dejado de aceptar billetes de cien, doscientos y quinientos euros. Esta determinación ha tenido como protagonista a una de las personas más importantes del mundo bancario en Ceuta: Rafael Herrero Casaleiz, exdirector del Banco de España en esta localidad.

Su voz se ha alzado entre las protestas vecinales para denunciar esta situación en la que se ha visto involucrado tras un incidente. "Nadie sabe de dónde ha salido esta decisión, me da vergüenza", clama en una conversación telefónica a EL ESPAÑOL.

Hace dos días, el pasado 8 de octubre, acudió a una caja común con la única intención de hacer dos ingresos. Al hacer el primero no se topó con ningún problema, el proceso habitual funcionaba sin enigmas, las dificultades llegaron después. Acudía para insertar en una cuenta el dinero de un pariente suyo, una cantidad entre la que se encontraban cuatro billetes de 500 euros. Ahí surgieron las muecas de descontento y las consiguientes peguntas de Rafael.

Rafael Herrero Casaleiz, exdirector del Banco de España en Ceuta.

No podía hacerlo, no se aceptaban billetes superiores a cincuenta euros, un dictamen que él mismo desconocía y que continúa sin entender. "Es una decisión que se ha tomado de una manera excepcional puesto que es algo que no se puede hacer", protesta.

Él se encontró de lleno con los impedimentos que asolan a Ceuta y Melilla desde los meses de verano. Rafael Herrero habla con la coherencia que le da la experiencia y la credulidad de trabajar durante años en uno de los cargos más importantes de la banca española.

El exdirector del Banco de España acudió junto a un familiar a hacer una denuncia, aquel incidente no podía ser cierto, pero lo era. La persona que le acompañaba fue la que llevó a cabo aquel acto en el juzgado de guardia. "Estuve presente en ese momento y me pareció bien que lo hiciera", espeta al otro lado del teléfono.

Rafael Herrero formó parte del cuerpo técnico del Banco de España, allí entró en 1954, y llegó a ocupar el cargo de director en Ceuta. Ahora, ya jubilado, se asombra de las directrices que se están llevando a cabo en las dos ciudades autonómicas. "He tenido muchos cargos y en mi vida había visto algo parecido", dictamina una voz que baila entre el enfado y la sorpresa.

Mantiene una postura tajante pero, aún así, la duda que asola a los vecinos también le sobrecoge a él. "Nadie suelta la verdad sobre a quién se le ha ocurrido semejante disparate", acaba por reconocer.

Hay una idea que sobrevuela la cabeza de Rafael, una posibilidad que pondría nombre a los ejecutores de esta decisión y que sería el epílogo de largas discusiones. "Esto podría haberse hecho como consecuencia de un convenio entre los bancos o bien podría tratarse de una operación policial", enuncia.

La decisión de las entidades bancarias choca con el pensamiento de los grandes y los pequeños comercios de Ceuta que esperan una respuesta sobre cómo actuar en caso de que los clientes les quieran pagar con billetes de gran cantidad.

Este medio se ha puesto en contacto con algunas de las tiendas que circunvalan la ciudad para saber qué postura van a adquirir ante este nuevo escaparate económico. "Yo voy a coger todos los billetes que me den, no voy a rechazar el dinero de un cliente por una decisión de la que no se me ha dado ninguna explicación", protesta Francisca Vega, trabajadora de Confecciones Irene, un negocio de ropa.

"Me han llegado a decir que tengo que pedir el DNI a los clientes que me vengan con billetes superiores a cien euros, pero no lo pienso hacer, eso lo tienen que hacer en los bancos para controlarlo", reprocha la misma dependienta, enfadada con el conflicto.

Como los afectados, la Confederación de Empresarios de Ceuta también expresó su repulsa ante esta nueva medida implantada. Consideran que estas medidas no se pueden adoptar por mera precaución - para evitar el blanqueo de dinero – y tampoco hacerlo de forma generalizada sin valorar la situación de cada empresario.

Las entidades bancarias no parecen querer dar marcha atrás en su decisión, sembrando la duda en los vecinos y el descontento en el conjunto de la ciudad ceutí.

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