"Es indiscutible la gravedad de delito". José Francisco Cobo Sáez es el único de los tres que se ha mantenido siempre firme en sus decisiones a lo largo del proceso judicial ya conocido como el caso 'La Manada'. Hasta en tres ocasiones se votó para dejarles en libertad durante la instrucción. En las tres, Cobo decidió que debían seguir en prisión dada la gravedad de los hechos. Luego, en la sentencia condenatoria, el que figura como presidente del tribunal detalló con su compañera Raquel Fernandino las monstruosas situaciones que la víctima tuvo que soportar.

Ahora, en el auto, al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, que decide la puesta en libertad provisional de los cinco sevillanos, Cobo es el único que considera como una situación de alto riesgo que los condenados a nueve años de cárcel por abusos sexuales puedan abandonar la prisión. 

El juez Cobo continúa por tanto firme en su posición. En su voto particular es absolutamente claro en su exposición. Debido a la gravedad del delito, es entendible y lógico que ninguno salga de la cárcel y que comiencen a cumplir sus respectivas condenas. "Teniendo en cuenta las características y gravedad del delito por el que han sido condenados los acusados, y ponderando las circunstancias del caso y las personales de dichos procesados, se revela como razonable y proporcionado”.

El tribunal de La Manada, de nuevo dividido

Es tal la magnitud del delito como la crudeza de los hechos probados. La narración descarnada y aséptica que Cobo realizó en la sentencia acerca de lo ocurrido en la noche del 7 de julio de 2016 describe hechos tan graves que al magistrado no le queda otra opción: "Es indiscutible la gravedad de delito, expresada en el contenido de la pena impuesta”. Y por eso considera que deben continuar en la cárcel. 

Expresando su opinión en base a razonamientos puramente jurídicos, Cobo se erige en la voz de lo que clama en los últimos tiempos la sociedad. Lo que clama, también, buena parte de la esfera judicial. Como por ejemplo la ministra de Justicia, Dolores Delgado, quien anoche reclamaba que en el ámbito judicial "hacen falta reformas mentales, formación y desarrollo de una perspectiva de género".

No se protege a la víctima

El juez es absolutamente claro y discrepante con sus colegas de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Navarra. La decisión que Fernandino y González han tomado, dejando a Prenda y sus adláteres libres a la espera de sentencia firma, dista mucho de ir en la línea de proteger a la víctima. Cobo lo razona así:

-"Ponderando el peso específico de esta finalidad de protección de la declarada “víctima”, las medidas establecidas con esta finalidad en la decisión mayoritaria, pueden resultar ineficaces, para la consecución del designio propuesto".

Antonio M. Guerrero (D1), Alfonso J. Cabezuelo (D4), Jesús Escudero (D5), Ángel Boza (D2) y José Ángel Prenda (D3).

Para el presidente de la Sección Segunda de la Audiencia, “en conclusión, por todo lo expuesto, entiendo que resultaba procedente acordar como así se hace en la decisión mayoritaria, la prórroga de la prisión provisional, pero configurada por las razones expuestas de modo incondicional”.

El juez de la 'mano dura' contra La Manada

Si hay un hombre con mano dura para los delitos de abusos y agresiones sexuales, ese es José Francisco Cobo. No es la primera vez que el magistrado tiene que lidiar con casos de carácter mediático. El de 'La Manada' lo ha sido hasta el extremo. Pero el magistrado ya contaba con cierta experiencia en la materia. Hace 14 años, presidió el primer jurado popular que juzgó en Navarra un caso de violencia machista.

Aquel fue un crimen que sacudió la conciencia colectiva de la Comunidad foral, un crimen que conmovió profundamente a la sociedad navarra. Y el asesino, en aquel caso, fue condenado a 22 años de prisión.

El homicidio tuvo lugar el 9 de abril de 2002, a las 9.12 de la mañana. Alicia Arístegui, de 37 años, esperaba con una amiga en una parada de autobús de la calle Mayor de Villava, muy próxima a Pamplona. Hacía unos minutos había dejado en el colegio a sus dos hijos, de 13 y 10 años. La existencia de la mujer se resquebrajaba entre las amenazas de muerte de su marido, Jesús Gil Peláez, un año mayor que ella: “Si te divorcias, te mato”. Aquel hombre acabó asesinando a Alicia a cuchilladas. José Francisco Cobo rubricó la sentencia: 22 años de prisión. Ahora, Cobo vuelve a mantenerse firme frente a los casos relacionados con la violencia machista.

La ficha policial de José Ángel Prenda.