Noticias relacionadas

Cuando César Lucas (Cantiveros, Ávila, 1941) y John Lennon surcaban las carreteras de Almería en otoño de 1966, la gente se santiguaba. Aquel Rolls negro tan alargado “sólo podía ser de muertos”.

Lucas es el fotógrafo que enseñó a un Beatle a jugar al mus, el periodista que sonreía a Brigitte Bardot en busca de su mejor rostro, los ojos tras la cortina en el palacio de La Moncloa, el perseguidor del Che Guevara en su ronda furtiva por Madrid, el tipo que le quitó el camisón a España y la puso en tanga, el flash que hizo de la Transición un orgasmo con las portadas de Interviú. También un hombre de pantalones oscuros y camisa roja que saluda a las puertas de su casa recién conocida la muerte de la revista.

Entrevista fotógrafo César Lucas

Con casi ochenta años en la mochila de lo vivido y más de sesenta cámara en mano, se confiesa dispuesto a colgarse del recuerdo y a lanzarse, de liana en liana, de legislatura en legislatura, siempre cerca del poder, del mejor desnudo. Lo hace sentado frente al ordenador, en el diván de esta casa blanca llena de libros, arrojando una portada para poner pecho, cara y trasero a cada época.

Las fotos de César Lucas son las curvas de Marisol al descubierto, el ombligo de Bárbara Rey para todos antes de que se arrimara a él Juan Carlos I, los pezones sin censura de Marta Sánchez justo después de que su concierto en Abu Dabi revolucionara al ejército español. Todo eso y los secretos que lo forjaron en la revista del grupo Zeta.

El camisón de Bárbara Rey y la muerte de Franco

Esta es la foto de Rey que Lucas hizo subido a una escalera con Franco a punto de morir.

Esta es la foto de Rey que Lucas hizo subido a una escalera con Franco a punto de morir. César Lucas

Se acercaba 1975. Lucas había dejado el diario Pueblo por un malentendido con el director y se encontraba al frente de su propia agencia: Cosmo Press. “Franco se iba a morir en cualquier momento. Llevaba siempre en el maletero un pantalón y una americana oscura por si tenía que presentarme en el velatorio”. Uno de aquellos días se colgó de una escalera sobre la cama de Bárbara Rey: “Ella estaba con el camisón, yo con la cámara… Llevaba un busca en el bolsillo y recuerdo que pensaba: ‘Que no me llamen ahora, por favor, que no me llamen’. ¡Y no me llamaron!”. Lucas disparó: ahí quedó aquella mujer de pelo rubio, cortito, con medias de lija, la tripa al aire y un trozo de tela transparente a la altura del pecho.

Franco murió, pero el desnudo todavía se imaginaba a una distancia sideral. Fotos como la de Lucas hicieron de Bárbara Rey la chica soñada. Adolfo Suárez se la presentó al monarca, que quedó prendado de ella y de su dormitorio hasta que vinieron mal dadas. La vedette, que sería chica UCD en campaña, grabó varios encuentros íntimos y se dijo que chantajeó a Zarzuela durante décadas.

La portada de Marisol: “¡César Lucas está loco!”

Portada de Interviú realizada con la fotografía de Lucas.

Portada de Interviú realizada con la fotografía de Lucas.

El nacimiento de El País se fraguó en Londres: “Habíamos ido a hacer un reportaje con Fraga para la revista Gentleman”. El ministro franquista, reciclado en fundador de Alianza Popular, aparecía cual Churchill tras pasar por el objetivo de Lucas: grueso, embutido en un sombrero negro con gabardina a juego. Poco más tarde, en un piso a orillas de la calle Goya, se fue dibujando la actual cabecera del grupo Prisa. César Lucas fue nombrado editor gráfico del periódico. Era 1976. Sólo duraría allí dos años.

Desde hacía mucho tiempo, Lucas era íntimo de Marisol, de su primer marido, Carlos Goyanes, de la familia Flores… “Un día estábamos en una finca, muy tranquilos, haciendo fotos para un reportaje. De repente, nos acordamos de que necesitaban unos desnudos para no sé qué productora. Lo hicimos. A pesar de todo lo que la conocía, recuerdo que me temblaron las piernas”. Esto ocurría todavía en dictadura. Más tarde, temblaría España con aquellas imágenes.

“Me llamó Antonio Asensio, líder de la recién nacida Interviú. Me dijo: ‘Oye, tú tienes unas fotografías de Marisol desnuda, ¿verdad?’. Cuando las vio, insistió: ‘Esto lo publico yo sí o sí. ¿Hay alguna de busto para la portada?’ Pensé que estaba loco, que le iban a meter un paquete… ¡Unas tetas en una revista en 1976! Fue muy valiente”.

-¿Qué dijo de todo esto Marisol?

-No lo sabía. Años antes, ella y yo habíamos acabado mal… Al enterarse reaccionó muy bien porque, con la publicación, hubo un tsunami muy positivo, que a ella le sentó bien.

-¿Le denunció?

-No, no. Me denunció la Fiscalía. Tuve suerte porque el juicio se demoró hasta 1980. La democracia había avanzado mucho… No se me condenó, incluso se mencionó en la sentencia “la calidad artística de las fotografías”.

-¿Se arregló con Marisol?

-Sí. Además, te cuento algo que nunca olvidaré. Cuando se supo lo del juicio, nos encontramos en una cena del Partido Comunista. Marisol me dijo: “César, me he enterado. Si puedo hacer algo para ayudarte, dímelo, por favor”. Fue un detalle precioso. Hemos vivido tanto juntos... La quiero mucho.

El desencuentro entre Lucas y Marisol llegó con la primera hija de la actriz. Pepa Flores le dijo al fotógrafo que le avisaría del día del parto, que tendría lugar en el extranjero, lejos del huracán mediático. La llamada llegó cuando Lucas estaba de gira en México con Julio Iglesias. Hizo las maletas y corrió a Mar del Plata, Argentina.

Allí estuvo con los Flores hasta que Antonio Gades, su marido entonces, le dijo: “No queremos que hagas fotos”. Lucas ya había vendido la exclusiva a una revista, así que alquiló una furgoneta y se tiró varios días a las puertas de la clínica hasta que consiguió su objetivo. Marisol y Gades se sintieron traicionados.

Lucas, baúl de secretos, reconoce la existencia de los desnudos nunca publicados de Marisol: “Fue una sesión distinta a la que luego salió en Interviú, los hicimos en la playa, en Río de Janeiro”. Fueron diapositivas marca Kodak, sólo revelables en el laboratorio de la marca. “Pasaban los días y no me llegaba el material… Al final, la casa me envió una carta y amenazaron con destruir las diapositivas la próxima vez. Estábamos con Franco y había una censura fortísima”.

-¿Qué pasó con aquellas fotos? ¿Quién las tiene?

-Si te soy sincero, no lo sé. De las que salieron en Interviú guardé copias, pero esas se las di a Marisol y a su marido. Lo más probable es que se perdieran en el divorcio…

-¿Cree que se publicarán más pronto que tarde?

-No… Si alguien las tuviera, ya habrían salido. De verdad, creo que se extraviaron.

Con la portada de Marisol, Interviú vendió cerca de un millón de ejemplares. Una revolución que dejó sentado un precedente, el del desnudo en primer plano, que sobreviviría hasta 2018. Tras aquel éxito, el grupo Zeta convenció a Lucas en 1978 y lo fichó como director de fotografía.

-¿Qué dijo Cebrián?

-Llegó a mis oídos algo así como: “¡¡¡César Lucas está loco!!! Deja El País para irse a una revista pornográfica que va a durar tres meses”. Se equivocó, ¿no?

Norma Duval, la pana de Felipe y el cachondeo de Suárez

Así retrató Lucas a Duval para la portada de Interviú.

Así retrató Lucas a Duval para la portada de Interviú.

En 1978, Norma Duval posó a los ojos de Lucas con el título Camino de perfección y una especie de albornoz blanco con el escote abierto. Había sido Miss Madrid, era una estrella de la tele y la vedette por excelencia. Aquella bata se abría a la altura del pecho de Duval mientras España perdía su candor, impuesto por Franco y su dictadura.

“Cada día era un acontecimiento. La legalización del PC, las elecciones, la Constitución… Y muchos golpes”, resume Lucas.

-¿Por ejemplo?

-A los cuatro días de fichar por El País, la Guardia Civil, durante una manifestación, nos detuvo a hostias y nos metió en un furgón. Tardaron varias horas en soltarnos. Me pegaron con una barra de hierro y tuve que ingresar en el hospital. Una compañera del Arriba se quejó y entregó su carné: “Oiga, somos periodistas”. El Guardia lo tiró al suelo y le respondió: “Tú eres una puta”.

Lucas estuvo yendo a La Moncloa hasta que llegó Aznar, en 1996. Mantuvo una estrecha relación con Adolfo Suárez (1976-1981) y González (1982-1996), al que conocía desde los tiempos de “Isidoro” y la chaqueta de pana en el exilio. “Eran rivales, pero capaces de acordar, nada que ver con lo que hay ahora. Tenemos unos politicuchos que sólo trabajan para salvar su culo y el de su partido. Te cuento algo –dice mientras muestra una foto de aquel día–: acabábamos de salir de una dictadura. Fraga, ministro con Franco, influía en el club Siglo XXI. ¡Presentó la conferencia de Carrillo en octubre del 77! ¡Eso ahora es impensable!”. De repente, tras un movimiento de ratón, aparece una foto del fallecido líder comunista vestido de corto en el Bernabéu, con la camiseta de la Selección: “Muy poco después de haber aceptado la bandera bicolor en lugar de la republicana”.

El día que Fraga presentó a Carillo.

El día que Fraga presentó a Carillo. César Lucas

“¿Sabes qué me pasó con Suárez?” Adelante. “Un día, me para y me dice: ‘César, me ha dicho mi mujer que eres de Ávila. ¿Por qué no me lo habías contado?’ Le contesté: ‘Presidente, no me gusta presumir’. El tío se partía de risa”.

Sara Montiel y una habitación en el Palace el 23-F

Sara Montiel fue fotografiada por Lucas en Palma de Mallorca.

Sara Montiel fue fotografiada por Lucas en Palma de Mallorca.

Sara Montiel fue chica Interviú alrededor de cinco veces. A principios de los ochenta, cuando la captó Lucas tras una sesión en Palma de Mallorca, el destape fue sonado: “La Montiel que aparecía ahí nada tenía que ver con la que había sido musa del cine español durante el franquismo”.

César Lucas se había comprado una radio con la que interferir las emisiones de la Policía. El 23 de febrero de 1981, escuchó algo de golpe, tiros y Congreso. “Salí corriendo, pensaba que iba a encontrar muertos”. Se puso a la zaga de un coche de la Policía y bajó el Paseo de la Castellana en dirección contraria hasta la plaza de Neptuno. “Estaba cortado, dije que iba al hotel Palace”. Así fue. Cual turista, pidió una habitación con vistas a la Carrera de San Jerónimo: “Desde allí pude hacer mi trabajo”.

Victoria Vera y Juan Carlos I desnudo

Lucas desnudó a Victoria Vera en varias ocasiones.

Lucas desnudó a Victoria Vera en varias ocasiones.

Victoria Vera era eso que llamaban “musa de la Transición”, una de “Las Pícaras” que aparecían en la tele casi todas las semanas. Compañera de rodaje de Alice Cooper, actriz deseada de coproducciones España-México… ¡Rostro conocido incluso en la URSS! César Lucas la fotografió varias veces para la portada de Interviú. Enseña varios ejemplos de este frecuente desnudo en la pantalla de su ordenador. Tras el ventanal, el cielo oscurece y hay que encender un par de lámparas.

-En aquel tiempo, la prensa forjó un pacto de no agresión con la monarquía.

-Sí.

-¿Algo que lo ilustre?

-A Antonio Asensio le llegaron unas fotos del rey desnudo en un barco. Se puso como loco. Dijo que aquello no quería ni verlo. Al final, salieron en una revista italiana. En aquel momento, hasta los republicanos sentían un profundo respeto por el rey Juan Carlos. Más por el papel que había jugado que por la monarquía.

Marta Sánchez, muchos soldados y un desnudo

Sánchez fue desnudada por Interviú poco después de su concierto para el ejército.

Sánchez fue desnudada por Interviú poco después de su concierto para el ejército.

En la Nochebuena de 1990, Marta Sánchez viajó a Abu Dabi con su grupo, Olé Olé, para cantar ante las tropas españolas. Su desnudo era el que todas las revistas buscaban. Ella pedía muchísimo dinero, además de un fotógrafo norteamericano, pero la pillaron en el extranjero cambiándose de bañador y su caché cayó en picado. Interviú compró aquellas fotos y negoció su portada: fue la más cara. Más de treinta millones, de los cuales se llevó cerca de la mitad en una bolsa de El Corte Inglés. Luego denunció, decía que no se le había pagado una gran parte, contó Gordillo, histórico director de la revista a El Confidencial.

César Lucas resalta la importancia del momento. “1991, muy poco después de aquella actuación para los soldados. ¡Un boom!”. Reconoce que no fue fácil trabajar con ella: “A veces es muy diferente lo que uno quiere de lo que luego sale”. La fotografió más veces, “nunca fue bien del todo”.

Sánchez con algunos soldados del Ejército durante su visita a Abu Dabi.

Sánchez con algunos soldados del Ejército durante su visita a Abu Dabi. EP

Por entonces, Felipe González, “un buen presidente” a ojos de Lucas, ya había apolillado sus camisas de cuadros en favor del traje a medida.

-Su cámara vio ese cambio, de la pana al yate.

-No me preocupa. Existen convenciones. No es lo mismo estar en el exilio que ser presidente del Gobierno. Igual que cuando yo iba a velatorios, pues me ponía un traje.

-Circuló mucho por Moncloa. ¿Cree que Felipe supo algo de los GAL?

-Me acuerdo de José Amedo en la televisión, aquel policía que participó de ese terrorismo. Era un personaje siniestro. Las entrañas del Estado se oscurecieron demasiado. Creo que sí que lo sabía. Es imposible que un presidente estuviera al margen de algo así.

En 1993, dos años después del desnudo de Marta Sánchez, González ganaría sus últimas elecciones. Tras las del 96, Aznar recalaría en La Moncloa y César Lucas dejaría de aparecer por allí.

Lucía Lapiedra y las últimas portadas de Lucas

Lucas fotografío a Lapiedra para Interviú dos veces.

Lucas fotografío a Lapiedra para Interviú dos veces.

Lucía Lapiedra, ahora Miriam Sánchez, era en la primera década de los 2000 uno de los rostros televisivos “más calientes”. A sus espaldas, una larga trayectoria como actriz porno. Interviú ilustraba otra dictadura, la de la silicona, que se imponía sin remedio.

“Estos fueron mis últimos trabajos. Mira, ésta es el final, 2008… Muchas ya no son conocidas, igual que muchas de las que os he enseñado antes. Ocurre con las fotos en general. Cuando capté al Che, no sabía que aquello iba a ser un icono. El tiempo pone a las imágenes en su lugar”, susurra nostálgico.

Cuando la conversación languidece, son casi tres horas y César Lucas ha quedado para comer, arroja esta reflexión: “A veces los directores se enfadaban… Imagínate, yo había pedido una localización concreta, una capa, un atrezzo determinado. Por algún desajuste había que posponerlo. Cuando se lo decía al jefe se cabreaba y me decía: '¡Cómo sois los artistas! ¿Qué más da? ¡Lo importante es que se le vean las tetas!' Y eso no es un desnudo. Siempre he procurado que la mujer esté cómoda, que aparezca con personalidad, que se guste, que no se sienta un trozo de carne”.

Lucas, con una cámara antigua en la terraza de su casa.

Lucas, con una cámara antigua en la terraza de su casa. Jorge Barreno

Unas palabras para los fotógrafos: “¡Que no se nos olvide!”

Antes de cerrar la puerta de su casa, César Lucas posa ante la cámara con el móvil brazo en alto: “Estos días se ha escrito mucho sobre Interviú. La gran mayoría de sus fotógrafos, que hicieron un trabajo cojonudo, no ha aparecido siquiera mencionada. Esto va por ellos, sigo recopilando nombres, aquí los veis. En España, el fotógrafo parece el acompañante del periodista ¡y no! No es un problema de ahora, sino de siempre. En el extranjero a veces es incluso al revés”.

Se despide César Lucas, uno de los pilares que esculpió Interviú. Lo hace con la puerta abierta para los recuerdos, los sueños ocultos y el destape, el relato de una España que se esfuma.