A Europa le faltan huevos y a España le sobran. Literal. No es la última metáfora deportiva, sino la situación actual que vive el sector después del cierre de miles de granjas desde el pasado mes de julio en otros países europeos debido al uso del insecticida tóxico fipronil. Una crisis alimentaria que no llegó a las granjas de nuestro país, pero que sí está empezando a asomarse al bolsillo del ciudadano: España se ha convertido en el principal proveedor de huevos para nuestros vecinos comunitarios y el precio de la docena de este producto básico se ha disparado hasta un 120%.

En pleno centro de Madrid, en el barrio de Malasaña, una de las pocas pollerías que resiste a los supermercados abiertos casi 24 horas tiene en su mostrador tres tipos de huevos: los M, los X y los XL. Varios clientes esperan su turno y a ninguno se le escapa de su atención los precios de la docena de huevos. 1,30 euros, 1,60 y 2,40, en función de su tamaño.

-¿Nota usted un aumento en el precio de la docena de huevos?

-¡Sí, claro! ¡Hasta 50 céntimos más caro el paquete! Y es el mismo que siempre compro.

-¿Sabe qué ha ocurrido?

-Ni idea...

Quien responde a las preguntas del periodista es Julián, padre madrileño de tres niños que, según cuenta, es el encargado en casa de "hacer siempre la compra". Puede ser que su formación profesional como estadista, le haga medir al milímetro la cesta del super cada semana. "Eso y que alimentar cinco bocas en casa es muy complicado", aclara. Por ello, no se le ha escapado la subida del precio de los huevos que empieza a notarse en los rótulos de este producto. 

Para explicar estos céntimos -de momento- que comenzamos a pagar por los huevos es necesario remontarse al pasado mes de julio cuando se denunció el uso del friponil, un pesticida prohibido para desinsectar aves de corral, en granjas de Holanda y Bélgica. La alarma se extendió por toda Europa y miles de toneladas de huevos contaminados con una sustancia peligrosa para el consumo humano, comenzaron a ser destruidos.

No sólo eso. La denuncia inicial del uso de este insecticida utilizado para combatir plagas que pueden afectar al ganado y aves de corral -siempre y cuando no vayan a entrar en la cadena alimentaria para consumo humano-, sirvió para detectar el fipronil en partidas de huevos procedentes de 40 países: 24 europeos y entre ellos no estaba España. ¿El resultado? Millones de gallinas no españolas sacrificadas y hasta 600 granjas contaminadas -ni una sola en España- cerradas.

"Producir huevos no es tan fácil como hacer tornillos"

Desde entonces, el interés por el huevo español se ha disparado "diariamente". Holanda y Bélgica, que tradicionalmente han sido los grandes productores, han dejado paso a España. Así lo asegura e EL ESPAÑOL Mar Fernández, directora de la Asociación Española de Productores de Huevos (Aseprhu). El problema -y causa de la subida del precio- radica en que "no hay tantos huevos como se están demandando", explica Fernández. 

"Producir huevos no es tan fácil como darle a un botón y hacer tornillos. Se requiere una cadena mucho más compleja", añade la responsable de la asociaciones que agrupa a los productores de huevos.

Partida de huevos contaminados retirada de la cadena de producción tras la crisis del fipronil EFE

En esta línea, un ejemplo que sirve para dibujar la situación que vive el sector. La empresa Dagu, que es líder en producción de huevos en España con dos millones de gallinas y una comercialización de 47 millones de docenas cada año, ha aumentado sus precios más de un 120%. "Hay escasez de huevos en Europa, sobre todo para la industria, porque es un producto perecedero y los precios se han disparado", informa su director comercial, Bienvenido Ríos, en declaraciones a EFE.

Pese a estas cifras, no hay consenso sobre cuánto ha subido el precio de la docena de huevos. Puede que en su mismo barrio encuentre locales en los que lo que paga por 12 huevos no se haya visto alterado -el establecimiento no ha decidido trasladar la subida a los clientes- y otros cuyo precio haya aumentado, dependiendo de la granja con la que trabaje.

DE 60 CÉNTIMOS A 1,30 EUROS

En las grandes superficies el precio apenas se ha alterado porque los contratos de compra y venta -firmados a largo plazo- ya fijan una base de costes y no se contaminan por fluctaciones inesperadas: ya sea al alza o la baja. Por ello, algunos negocios -bares, restaurantes o, por ejemplo, pastelerias- han empezado a huir del mercado libre en el que se abastecían hasta ahora, para comenzar a comprar sus huevos en las tiendas que escapan de las variaciones. 

"Estamos en un periodo prenavideño y las pastelerías empiezan a hacer acopio de ingredientes para preparar sus productos. Por ejemplo, los roscones de reyes", explica Fernández. Para ello, los propietarios de estos establecimientos tienen dos opciones: ir al mercado libre, donde una docena ahora vale 1,30 euros mientras que hace tres meses no pasaba de los 60 céntimos, o ir a los lineales de los super donde el precio ronda entre los 90 céntimos y un euro. La elección se presenta fácil.

¿Y cuándo se volverán a normalizar los precios? Fernández explica a este diario que el cierre de hasta 600 granjas en los 24 países de la Unión Europea afectados se hizo "uno a uno". Por tanto, las aperturas será también siguiendo este criterio. Puede, según unos cálculos estimados, que hasta dentro de dos o tres meses no se produzcan estar reaperturas una vez descontaminadas las instalaciones.