Gonzalo Araluce David López Frías

Gritos, broncas, riñas... Los vecinos de Can Mir, en Rubí (Barcelona) apuntan que “sólo María sabía lo que pasaba dentro de su casa”, pero que los problemas con su ex pareja traslucían a simple vista. Hace varios meses que la mujer, de 66 años, puso punto final a su relación -insostenible- con Antonio, de 73. Él decidió el pasado sábado escribir una última línea, la más fatal de todas, a aquella historia: a mediodía, la mató con un cuchillo y dejó un escenario de sangre antes de darse a la fuga. Los Mossos d'Esquadra lo detuvieron un día más tarde en Cornellá, desquiciado con una escopeta en las manos y disparando a los coches estacionados en las inmediaciones.

María Sánchez Coca, 66 años: “Mari”, la llamaban algunos vecinos. La zona en la que ocurrió el suceso, Can Mir, es principalmente industrial; buena parte de la población local procede de otros puntos de España en busca de trabajo. “Una mujer tranquila -definen a la víctima-, que en los últimos meses estaba más apagada que de costumbre”. Ese estado de ánimo coincide en el tiempo con la ruptura sentimental con Antonio.

Mari era jubilada -apunta una vecina-. Estaba casada y tenía dos hijos”. Pero quien la mató no fue su marido, del que llevaba ya mucho tiempo separada, sino su ex pareja, Antonio, con quien había compartido los últimos cinco años de su vida.

Vivienda en la que se produjo el suceso, en Rubí (Barcelona).

Él vendió su piso y se vino a vivir con ella, pero la relación era peligrosa”, define una de las mujeres que viven más cerca del lugar en el que se produjo el suceso, en el número 12 de la calle de Cornellá:

-¿Y eso por qué?

-Siempre estaban con gritos y peleas. Ella lo pasó muy mal con este señor y le dijo que se marchara de casa [hace cosa de tres meses].

Fuentes próximas al caso niegan que existiesen denuncias previas.

Un rastro de sangre

El pasado sábado, 14 de octubre, se escribió la fatalidad. Antonio se presentó a primera hora de la tarde en el domicilio de María. Llevaba un cuchillo de grandes dimensiones. De nuevo, una gran bronca. Pero los gritos que ahora se escuchaban eran aún más dramáticos a los habituales:

-¡Que me mata!

“La vi en el suelo y estaba chorreando sangre. La llamé, pero yo sabía que ya estaba muerta”, detalla una vecina. De acuerdo a los primeros informes, Antonio la acuchilló en repetidas ocasiones en el pecho.

Los Mossos d'Esquadra se hicieron cargo de las pesquisas en el crimen de Rubí.

El asesino no huyó a la desesperada. Se marchó andando hasta su coche, estacionado varios metros calle abajo. Por el camino dejó un rastro de sangre que goteaba del cuchillo y de sus manos. Al llegar al vehículo, sacó una botella de agua y se limpió. Según relatan los testigos, fue entonces cuando se marchó del escenario del crimen.

Detenido con una escopeta

Antonio permaneció varias horas en paradero desconocido. Los Mossos d'Esquadra, al frente de las pesquisas, trabajaron desde el primer momento con la hipótesis de que era él quien había acabado con la vida de María.

Según ha podido saber EL ESPAÑOL, varios vecinos de Cornellà de Llobregat (Barcelona) alertaron a la policía local de que un hombre protagonizaba un altercado en las calles del municipio. Eran las once de la mañana del domingo, 15 de octubre. La descripción encajaba con la de Antonio.

Agujero por los disparos efectuados por Antonio en Cornellá. Atlas

El individuo se encontraba desquiciado en plena calle, armado con una escopeta de caza. Disparaba sin orden ni concierto, provocando daños en los coches estacionados. Los agentes de la Policía Local se abalanzaron sobre él y lo detuvieron. Al identificarlo se tuvo plena conciencia de que el hombre armado era, en realidad, el hombre perseguido por el crimen de Rubí.

El último adiós a María

“Desgraciadamente tenemos que continuar haciendo minutos de silencio [...] en contra de la lacra de la violencia machista, que hoy en día todavía está presente como una forma extrema de la violencia y la desigualdad que sufren muchas mujeres en Cataluña”, señaló la alcaldesa de Rubí, Ana María Martínez (del PSC), en la concentración celebrada el pasado lunes en la plaza Pere Aguilera de la localidad.

La primera edil consideró el crimen como “inadmisible”, más aún “en la sociedad de hoy en día”: “Debemos superar las profundas desigualdades existentes aún entre hombres y mujeres y lo tenemos que hacer desde la unidad, trabajando juntos y desde todos los ámbitos”.

En señal de luto, el Consistorio decretó tres días de duelo. Las calles de Rubí también acogieron una marcha con antorchas secundada por unas 200 personas en protesta por el suceso: “Basta feminicidios”, rezaba la pancarta que abría la marcha, convocada por la Assemblea Feminista de Rubí.

La alcaldesa de Rubí, Ana María Martínez, y la corporación municipal, en la concentración contra el crimen de Rubí. Ayuntamiento de Rubí

María Sánchez Coca, de 66 años, es la cuadragésimo sexta mujer asesinada por un hombre desde que comenzó el año. En España, en 2017, también han sido asesinadas Ana Belén Jiménez Hurtado, de 44 años; Noelia Noemí Godoy Benítez, de 32 años; Rosa María Sánchez Pagán, de 20 años; Matilde de Castro, de 44 años; una mujer de 25 años cuyo nombre se desconoce; Blanca Esther Marqués, de 48; Toñi García Abad, de 33 años; María de los Ángeles, de 77 años; Virginia Ferradás, de 55 años; Cristina Martín Tesorero, de 38 años; Ana Belén y Ana, madre e hija de 46 y 18 años; Carmen González Ropero, de 79 años; J.D.L.M., de 40 años (solo se conocen las iniciales); Laura Nieto Navajas, de 26 años; María José Mateo García, de 51 años; Leidy Yuliana Díaz Alvarado, de 34 años; Margaret Stenning, de 79; una mujer de 91 años cuyo nombre se desconoce; Mariló Correa Pérez, de 47 años; Gloria Amparo Vásquez, de 48 años; Erika Lorena Bonilla Almendárez, de 32 años; Yurena López Henríquez, de 23 años; María Victoria Zanardi Maffiotte, de 44; Ana María Rosado, de 42 años; Andra Violeta Nitu, de 24 años; Raquel López, de 45; María del Rosario Luna, de 39 años; Eliana González Ortiz, de 27 años; Ana Hilda Linares Báez, de 55 años; Susana Galindo Moreno, de 55 años; Beatriz Ros García, de 30 años; Valentina Chirac, de 37; Encarnación Barrero Marín, de 39; Encarnación García Machado, de 57 años; Fadwa Talssi, de 29; Donna Cowley, de 47 años; Maria del Carmen Carricondo Reche, de 66; María Raquel Castaño Urbán, de 63 años; Ana Belén García Pérez, de 38; Marisela Arauz, de 48 años; Irina G., de 38; Catalina Méndez García, de 48 años; Sofía Tato Pérez, de 42 años; así como Felicidad Bruhn, de 25 años.

En total, la serie 'La vida de las víctimas' contabiliza 46 mujeres asesinadas. EL ESPAÑOL está relatando la vida de cada una de estas víctimas de un problema sistémico que entre 2003 y 2016 ya cuenta con 872 asesinadas por sus parejas o exparejas.

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