Bidones de vino de 1.000 litros de capacidad

Bidones de vino de 1.000 litros de capacidad Quincemil

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Los últimos tragos de una tasca de Os Mallos, en A Coruña: "Llegamos a vender 13.000 litros al mes de vino"

Después de 65 años de historia, Bodega O Rey do Viño cerrará sus puertas en diciembre por falta de relevo generacional. Con ello, la ciudad pierde una de las pocas tascas que quedan como las de antes

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Sentados alrededor de un barril, un grupo de jubilados bebe vino mientras recuerda sus tiempos mozos y trata de resolver los problemas del mundo. Así lo llevan haciendo desde hace años, igual que lo hicieron sus predecesores, aquellos que vivieron la apertura de la Bodega O Rey do Viño hace ya 65 años.

En sus vasos quedan los últimos tragos de los bidones de vino que, cuando se vacíen, marcarán el cierre definitivo del local, en diciembre de este año. "Ya no los vamos a rellenar más", cuenta la dueña, que junto a su marido regenta la bodega desde hace más de tres décadas.

A sus espaldas aún se conservan los grandes bidones, con capacidad para entre 1.000 y 3.000 litros cada uno, que dieron de beber a generaciones enteras. "Suman 13.000 litros, y hubo un tiempo en que los rellenábamos una vez al mes", confiesa la propietaria.

Pocos locales quedan como este. Bodegas O Rey do Viño cerrará sus puertas en diciembre, para siempre. Sin relevo generacional y con la jubilación de sus dueños, ya no queda nadie que tome el relevo. Con su marcha, el barrio de Os Mallos perderá la última tasca que quedaba en pie.

Sus dueños se despiden con pena de una historia que sobrevivió más de 65 años, pero que, desde la pandemia, se fue viniendo abajo. Su vino casero desaparecerá del barrio, y solo quedarán los locales que sirven vino embotellado en copas que se rompen casi con mirarlas.

Bodegas O Rey do Viño

Bodegas O Rey do Viño Quincemil

Otras tascas que sobrevivieron al paso del tiempo

Hoy, son pocas las tascas que resisten en la ciudad. La Tasca La Toquera, la más antigua de A Coruña, en As Xubias de Abaixo, continúa abierta, aunque su propietario, Manolo, se acerca a la jubilación. Con él, comienza la cuenta atrás para encontrar a alguien que mantenga el espíritu del local, abierto en 1919.

Algunas otras tascas coruñesas lograron reinventarse o sobrevivir al relevo generacional: A Cunquiña, en la plaza del Humor; Casa Andrés, en la calle Barrera; Bar Sanín, en la calle Orzán; o la clásica Bombilla, en la calle Galera. Negocios que, pese al paso del tiempo, aún conservan la esencia.

Aun así, la pérdida de una tasca como O Rey do Viño dejará un gran vacío en la ciudad. Generaciones crecerán sin haber visto nunca un bidón como los de esta antigua bodega, ni haber probado el sabor de un vino servido directamente de ellos.